Silje

Capítulo 6

Embarazo

Pasaron cinco días desde esa conversación con Ragna, en la que ésta le había hablado sobre su pasado. El asunto de que tenía que tener un bebé era algo que asimilaba cada día más, era algo que tendría que pasar al menos una vez, mientras más pasaban los días, llegaba cada vez menos a su mente, realmente no quería pensar en ello, no sabía cómo se sentiría al confirmar un embarazo, pero tal vez desde ese momento le fuese indiferente.

Esas cinco noches transcurridas fueron sumamente pacíficas, puesto que en ninguna de éstas el Señor Clemens se apareció en su habitación. Silje supuso que el hombre había decidido sólo buscarla durante sus días fértiles, este pensamiento fue algo que la alivió, tanto como la preocupó. Ragna le dijo que tenía que mantener interesado en ella al Señor Clemens, pero él ya no la había buscado, ella no podía hacer nada al respecto más que esperar que él la buscara para intentar “complacerlo”, cosa que a fin de cuentas tampoco quería hacer. Buscar su contacto; corresponderle, no quería hacerlo, simplemente no quería tocarlo, si él deseaba tocarla, que hiciera lo que necesitara y ya. Si había algo que no asimilaba era el tener que corresponder íntimamente a Clemens.

Durante estos días Ragna había seguido sacándola de su habitación para desayunar en el salón de descanso, era el mejor momento del día, siempre, después de tomar su desayuno, la mujer la dejaba quedarse unos minutos sólo viendo el exterior y sintiendo la brisa de la ventana, después de esto, era especialmente deprimente tener que estar el resto del día encerrada.

Fue la sexta noche después de aquella conversación, que Clemens fue a buscarla nuevamente. La tomó por sorpresa escucharlo entrar a la habitación, en ese momento, ella se hallaba acostada en su cama lista para dormir, al verlo, de inmediato se dispuso a desvestirse y, como de costumbre, mantuvo su mirada en la ventana mientras él se subía en ella.

Se sintió frustrada al sentir cómo nuevamente sus manos vagaban por su cuerpo, pensaba en las palabras de Ragna, sabía que tenía que mantener más contacto con él, no sólo debía mantenerse dócil, tenía que ser más activa en el acto, sin embargo, no fue capaz de hacer nada más que mantener su mirada fija en la ventana y sus manos sujetas a las sábanas.

Cuando aquellas extrañas sensaciones comenzaron a llegar a ella, abandonó cualquier pensamiento y nuevamente trató de reprimir cualquier sonido que tratara de escapar de sus labios. Cuando él finalmente se unió a ella y rodeó su espalda elevándola y pegándola completamente a su cuerpo, se vio casi obligada a mantenerse sujeta de su cuello, no fue su intención, simplemente fue un acto reflejo, al necesitar sostenerse de algo, también fue un accidente verlo a los ojos, se sintió paralizada al hacerlo, recordó como en aquella tercera noche la obligó a mirarlo, temió que él se molestara si ella apartara la mirada, aun así, al cabo de unos segundos, lo hizo.

Estas involuntarias acciones por su parte parecieron ser suficientes para que Clemens se sintiera más entusiasmado, sus efusivos movimientos y los guturales sonidos que emitía lo evidenciaban.

El hombre continuó visitándola un par de noches a la semana durante el próximo mes. No todas las noches era tratada de la misma manera, había noches en las que todo era rápido, y otras en la que el hombre parecía tomarse el tiempo de jugar con su cuerpo, como si esperara lograr ciertas reacciones en ella, eran en esas noches en las que se sentía frustrada por no lograr contener su cuerpo, además de sucia, confundida y extrañamente culpable.

Esta mañana mientras desayunaba junto a Ragna, ésta notó una señal en ella. Mientras mordisqueaba un pan con conserva, Silje sintió su estómago revolverse ante el dulzor del alimento y tuvo que levantarse lo más rápido que pudo de la mesa para correr hacia la ventana y expulsar el contenido de éste.