Silje

Capítulo 12

Esposa

Entre el constante pensamiento de que podría dar a luz a una niña y la angustia de saber que pronto sería la esposa del hombre que la había comprado sólo para darle un hijo, pasó la última semana antes de la boda. Había momentos en los que tenía que detenerse a asimilarlo, que todo esto estaba pasando, era como si hace un pestañeo hubiese estado siendo llamada a la habitación de su antiguo amo para ser sometida. Y ahora estaba ahí esperando un bebé cuyo padre era un noble y a punto de convertirse en la esposa de éste.

Esposa. Ella era una esclava, lo había sido toda su vida, ¿Cómo podría ser ella una esposa? ¿Cómo era realmente posible que un noble estuviera a punto de casarse con ella? Pensaba en aquellas novelas que habían leído, se había encontrado con un par de historias en las que un hombre noble y de alta cuna posaba sus ojos en una mujer pobre y sin ninguna posición, pero, aun así, luchaban para estar juntos, y se amaban de verdad. Había asumido hace mucho que este tipo de cosas sólo ocurrían en este tipo de libros.

Aunque ella estuviera por casarse con un noble, la situación era claramente distinta a la de esas novelas. Ella no era una chica pobre que había elegido estar con él, era una esclava que él había comprado para un cruel propósito, además, no había ningún sentimiento de por medio, simplemente era una decisión tomada por el Señor Clemens sobre la cual ella no tenía voz ni voto.

—Aquí está —anunció Kaira entrando a la habitación con un vestido en los brazos—, lo dejó sobre la cama extendiéndolo.

Silje sólo lo vio a través del espejo de su tocador, mientras Aina a sus espaldas continuaba sujetando su cabello, había elevado en un moño la mitad superior, mientras que la otra mitad caía libremente por sus hombros y espalda alta. El vestido se veía de un tono azulado, muy claro, no pudo distinguir bien la forma, pero de primera vista se notaba que era mucho más fino que cualquier otra prenda que hubiera usado en su vida.

—Ya tenemos que vestirte —habló Aina.

Silje posó su vista en su propio reflejo durante un par de segundos, antes de ponerse de pie. Parecía ser una persona diferente, con su cabello sujetado de esa manera y esa capa de maquillaje en su rostro. Nunca lo había usado, había visto a las nobles usar esto, pero jamás se imaginó que ella misma lo usaría algún día.

Finalmente, se puso de pie y fue hacia la cama, pudo ver mejor el vestido, era muy bello, la tela azul se veía muy fina y tersa. Era muy diferente a todo lo que hubiera usado desde que llegó a esa casa, este incluso tenía encajes. Era como los que las nobles usaban.

Mientras Kaira y Aina le ayudaban a ponerse el vestido, comenzó a sentir náuseas, el embarazo le había causado náuseas hace meses, pero sospechó que estas náuseas podrían no tener nada que ver con éste. Simplemente no se sentía bien, tenía miedo y nervios; y se sentía cansada.

No había dormido mucho en la noche anterior, caída dormida un momento, y de pronto la despertaba el inconsciente pensamiento de lo que ocurriría al día siguiente. Su boda. Boda, matrimonio, esposa, se sentía raro pensar en esas palabras, se preguntaba cómo se efectuaría esa unión, se suponía que todo sería discreto y secreto, supuso que sólo sería una insignificante ceremonia sin nadie presente.

—«Una unión ante los dioses no puede romperse» —pensaba mucho en eso desde anoche.

Le colocaron un collar, Silje no pudo evitar comparar este detalle con el hecho de que antes lo único que había colgado de su cuello era un candado que la identificaba como una esclava. Esta era la segunda joya que había portado, la primera era el brazalete que justo ahora también llevaba en su muñeca.

Cuando finalmente Aina y Kaira terminaron de arreglarla, se acercó al espejo y se observó. El vestido se veía realmente hermoso, aunque supuso que se vería mejor si no fuese por lo ancho que era en su cintura, debido a su embarazo. Finamente ambas jóvenes le ayudaron a ponerse los zapatos, lo cuales, si bien también eran hermosos, le resultaron muy incómodos.