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Katsuki


La música resuena en todo su alrededor, en aquel local convertido en un taller de escultura, dónde un joven con un suéter de lana verdosos mueve su cuerpo al compás de la melodía.

Observando la figura que tiene enfrente suyo, estaba casi hecho un desastre, con un delantal puesto protegiendo su ahora preciada pertenencia aquel suéter verdosos del barro que manipula con sus manos.

Se detenía un segundo, y retrocede observando la figura humanoide enfrente suyo, deforme que poco a poco toma forma. Inclina su cabeza varias veces analizando su obra y se devuelve a seguir moldeando.

La fuente música no dejo oír cuando alguien llegó a su taller, un joven peliverde que sonríe de par en par al verlo. Aquel pecoso que observa con cariños al rubio moldear su escultura tomo su cámara y aprovecho la distracción del contrario para tomar un par de fotos.

Después de tener una buena cantidad, se acercó a Katsuki que seguía concentrado y lo abrazo por detrás, provocando que el cenizo pegará un brinco del susto.

—¿¡Que mierda!?¡Izuku!¡Te he dicho mil veces que no hagas eso! — Gritó Katsuki dándole codazos en vano al peliverde que se reía mientras hundía su rostro en el cuello de Katsuki haciéndole cosquillas —¡IZUKU...!

El pecoso se echó a reír otra vez, Katsuki le hizo un chichón en la cabeza por reírse, quitó la música y con su ceño fruncido observó a Izuku que seguía observándolo con profunda admiración y cariño. Kacchan se limpio sus manos con un pañuelo furioso.

—¡Llegas tarde...! — Reclamo Katsuki, cruzándose de brazos molestó —¿¡Por qué carajos demoraste tanto!?

— Lo siento, Kacchan. Tuve contratiempos — Dijo, alzando su mano donde tenía un par de compras — ¿Tienes hambre?

— ¿Me trajiste comida? — Preguntó Kacchan, con la rabia bajando de nivel. Y dejando paso a un ligero rosado en sus mejillas.

— Si, y tú favorita.

— Curry... — Murmuró Kacchan, observando a Izuku con una burlona sonrisa — Maldito nerd...

Con cuidado, Katsuki se acercó a Izuku para dejar un beso inocente en los labios del mismo. Beso que el peliverde devolvió al segundo, uniendo sus labios con los ajenos, dejando atrás el beso suave e inocente, cambiando por uno más intenso.

Tomo la cintura fina de Katsuki entre sus manos cicatrizadas y lo apego más a él, para profundizar el beso que ambos abrieron más sus bocas para probar más. Cuando se separaron, Kacchan estaba apretando el blusón del peliverde totalmente rojo.

—¿Que fue eso... Kacchan? — Preguntó Izuku confundido.

— Tú recompensa, nerd. Por ser un buen chico — Eligió Katsuki alborotando los rizos verdes, provocando un sonrojo en las mejillas pecosas.

— Creo que me merezco más — Comentó, uniendo su frente con la de su amante.

Frotando sus narices, Katsuki rodeo con sus brazos el cuello de Izuku. Quien no deja de observar con profundo cariño y anhelo al rubio. Uno de ellos le subió volumen a la canción que estaba reproduciéndose.

Izuku dejo sus manos en la cintura de Kacchan, ambos se movieron al compás de música que se reproduce, un movimiento ligero y sin prisa, disfrutando ese lindo momento entre los dos.

Deku observa esos ojos rojizos que tanto lo vuelven loco con tanta adoración, ha querido fotografíar de cerca aquellos rubís brillantes y feroces. Hasta cree que su imaginación no es suficiente para plasmar como se verían esos rubís, esas pestañas largas rubias cenizas y esa forma de aquellos ojos en un plano detalle.

Cree que si la toma, la realidad va superar su mente. Pero nada va superar a sus ojos. Cómo desea congelar esos ojos rojizos en una foto.

Porque lo ama, Izuku ama a Katsuki, pero este último ni siquiera sabe la obsesión y amor que tiene el peliverde.
Katsuki era único a pesar de tener un hermano idéntico a él, para Izuku, Kacchan era único.

Se siente como un acosador, su memoria solamente estaba llena de fotos de Kacchan, de su existencia, de su alma especial en su vida. A pesar de que ha tenido el permiso de él para tomar algunas fotos, en parte se siente mal de tomarlas en momentos imprevistos o sin que esta misma se de cuenta.

Pero no podía resistir fotografía el Alan que ahora mismo ama con todo su corazón, siente que la existencia de Katsuki estaba destinada a estar con él. Un sentimiento que nadie entendería.

Cuando la música terminó, la pareja de rió entre ellos y se dieron un lindo beso. Antes de soltarse para empezar a comer  la comida que los estaba llamando desde hace rato.

Izuku no solo le dió ese local a Katsuki como cumpleaños además del suéter, le compró un pastel, materiales, un vino para celebrar y, le dió su cuerpo entero esa noche.

Porque lo ama.

Y estaba tan obsesionado con él. Oh, si Izuku supiera que no es el único. Katsuki tenía un cuarto entero lleno de escrituras de Izuku, un cuaderno lleno de bocetos, libros, de todo. No para, Izuku es su musa.

Estaba tan obsesionado, que podría hacer cualquier cosa por tener a Izuku solo para él. Por esa razón sus obras dónde plasma la existencia de Izuku no estaban a luz de los demás. Solamente eran para él.

Solamente él tenía derecho tener a Izuku en sus manos, nadie más iba tocarlo.

Y Katsuki se aseguraría de eso.

•••

ENVIDIA - [Dekubaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora