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Gogo

Habían pasado varios días desde él y Yamikumo se reconciliaron, semanas, meses, estaba tan feliz con su nuevo amigo que no se dió cuenta que Katsuki se estaba despidiendo de él.

—Quiero que la tengas tú. El apartamento es demasiado pequeño para tener tantas cosas —dijo el cenizo, colocando la caja en el piso.

Gogo se había quedado perplejo al caer en cuenta que Katsuki se estaba mudando a su nuevo apartamento del cuál ahora, iba compartir con Izuku.

Kacchan se transfirió a una universidad mejor, dónde podía pulir su talento que en ese pequeño barrio, incluso hacer más contactos que lo lleven a varias puertas.

Sin embargo, Gogo no se sintió feliz de que se fuera. En realidad, prefería irse él a que Katsuki se fuera, ahora sus papás van a prestarle más atención, cuando nunca lo han hecho. Y eso iba ser incómodo para Gogo.

Nunca ha tenido la atención de sus padres. Ahora con Katsuki fuera de casa, la iba tener. No sabía si era malo o bueno. De todas maneras, no tenía tanto tiempo para prestarle su máxima importancia.

Luego de aquella discusión, Gogo les comento a sus papás que tenía un amigo, que cualquier cosa, siempre salía de casa era a estar con él. Al principio, sus papás se miraron preocupados pero, forzaron una sonrisa.

Gogo sabe porque, así empezó Katsuki con Izuku. Decía que iba a ver un amigo y bam, después era su novio. Aún que, cree que le va pasar los mismo. ¿Por qué? Bueno, Yamikumo y él, se comportan más que simples amigos.

Eso era lo que más temían sus padres.

De todas maneras, eso es un tema aparte. Gogo salió de su cama para revisar la caja. Eran fotos de ellos dos cuando eran bebés, eran inseparables. Sonrió con nostalgia al verlo, cerró la caja después de asegurarse de lo había adentro y la guardo.

Ahora tendría que ver el cuarto de Katsuki vacío todo los días, no se sentía bien sino... Algo extraño. Sus padres estuvieron muy decaídos por la decisión de su hijo mayor, aún que, no interfirieron en su camino.

Katsuki se fue de casa un martes en la tarde, el camión de mudanza cargo todas las cajas e Izuku estaba ayudando. Antes de irse, el cenizo se dirigió a su hermanito gemelo que estaba jugando con sus manos.

—Oye —llamó, Gogo alzó su mirada chocando con los rubís ajenos — Te voy a extrañar. Créeme. No es fácil acostumbrarse a no tener a tu gemelo.

—Yo...

—Ya sé que no me vas a extrañar. Debes estar feliz de que me voy ¿No? —dijo Katsuki con una sonrisa, para después alborotar la cabellera de su hermanito — Desde ahora serás tu el protagonista, ya no estaré en tu vida para opacarte. Asegúrate de hacerlo bien.

—Katsuki... Yo quería pedirte disculpas —dijo Gogo, paralizado por completo a su hermano mayor — Perdón por todo, por lo de Izuku, por envidiarte y demás...

Katsuki parpadeó un par de veces, el otro cenizo se rasco la nuca mirando a otro lado. Hasta que vio una gran sonrisa en el rostro de su hermano.

—Estas madurando —le dijo —Eso es bueno. Sigue así, tonto.

Gogo hizo una mueca, que parecía una sonrisa. Katsuki le dió espalda caminando hacía la camioneta para irse con Izuku. Se despidió por último de sus padres diciendo que les escribiría cuando llegue.

El gemelo cenizo se fue adentro de su casa, encerrado en su cuarto para no tener que escuchar a sus padres lamentarse de su hermano mayor. Lo único que le saco un sonrisa genuina de esos sentimientos extraños hacia la ausencia de su gemelo, fue un mensaje de Yamikumo.

ENVIDIA - [Dekubaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora