C: 12 - ENEMIGOS DEL HEREDERO, TEMED

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Hogwarts-


-A tan solo un par de semanas de haber vuelto a clases, Donker se había vuelto aún más solitario de lo que ya era. La mayoría de sus compañeros de casa apenas y sabían que regresaba a las Mazmorras a dormir, pero cada tarde, después de clases, el muchacho de cabellos castaños oscuros se disponía a ir al baño de niñas del segundo piso, claro, siempre y cuando no hubiera alguien ahí.

Encontrar a un adolescente en plena pubertad, en esos baños, sería algo difícil de entender y muchas cosas que pensar.

Aún así, aquella tarde del jueves, Donker se encontraba sentado en el suelo de aquel baño, con su espalda recargada en la pared fría y húmeda, con su vista en su única amiga que parecía comprenderlo, al menos cuando no intentaba coquetear con él-

Donker: Aún sigo sin entender, Myrtle. -expresó impaciente- ¿Cómo puedo entrar a la cámara?

Myrtle: No lo sé, créeme que si supiera más del día en que morí, te ayudaría en todo lo que quisieras. -sonrió ilusionada-

Donker: Gracias, Myrtle. -suspiró- Quisiera saber la forma de entrar.

Myrtle: ¿Ya intentaste diciendo todas las palabras que existen?

Donker: Cada una de ellas, Myrtle, tú has sido testigo.

Myrtle: Lo sé, te conté treinta veces mi historia de muerte. -suspiró feliz- Nadie había querido antes escucharla.

Donker: Bueno, somos amigos, ¿no?

Myrtle: ¡Sí! -sonrió feliz-

Donker: Y como somos amigos, no le dirás de esto a nadie, ¿cierto? Te harás la desentendida sobre el tema de la cámara. -le sonrió-

Myrtle: Lo que sea por ti, Donker. -expresó en tono coqueto, volando por los aires hasta llegar al lado del castaño, y "recostar" su cabeza, en el hombro de este- Que lindos ojos.

Donker: Sí, yo... eh... creo que seguiré buscando la forma de entrar. -sonrió nervioso, caminando de inmediato hacia el lavabo-

-al ver la serpiente gravada frente a sus ojos, suspiró rendido, definitivamente necesitaba encontrar la respuesta a la entrada a aquel lugar, pero simplemente no entendía.

La serpiente solo le recordaba a alguien, a Trueno, su amiga serpiente. Sonrió de solo pensar en ella-

Donker: Ojalá estuvieras aquí. -susurró en parcél, como si estuviera hablándole a su amiga-

-Donker no pensó bien lo que había hecho, ni siquiera se dio cuenta de que había hablado en aquel idioma, pero se sobresaltó cuando se dio cuenta de que el grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar. Al cabo de un segundo, el lavabo empezó a moverse.

El lavabo, de hecho, se hundió, desapareció, dejando a la vista una tubería grande, lo bastante ancha para meter un hombre dentro. Donker miró con una sonrisa llena de orgullo a Myrtle, quién, a pesar de ser un fantasma pálido, se veía sorprendida, demasiado-

Donker: Por Merlín, Myrtle. ¡Lo encontramos! -expresó, mirándola con emoción-

Myrtle: ¡Sí! Lo hicimos juntos. -le sonrió coqueta, levitando frente a él con sus codos flexionados y sus manos en cada una de sus mejillas- Somos un gran equipo. -rió con aquel chillido característico en ella-

Donker: Ya lo creo. -murmuró incómodo, mirando hacia la pared de su izquierda-

-lo que menos quería el chico, era ver a la fantasma en esos momentos, y más al saber que era un poco, por no decir mucho, intensa-

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