C: 4 - TERENCE COMO PADRE

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Caldero Chorreante,
Londres-


-Había pasado un mes desde que Donker había llegado a aquel Caldero Chorreante en Londres, un mes donde estuvo todo el tiempo junto a un Barty Crouch Jr, claro, este con algunas modificaciones en su propio cuerpo. Era claro que no se dejaría ver así porque si frente a todos los magos y brujas que podrían saber realmente quién era él.

Aun así, Donker estuvo feliz. Saber que no iba a regresar al Orfanato ese Verano, le proporcionaba una gran paz, una satisfacción que nunca antes había sentido. Además, Cronos estaba con él, y aunque ambos hablaban sobre cuanto extrañaban a Silver, ninguno se dejó solo.

Así que aquella mañana de Agosto, mientras Donker leía El Profeta, sentado en una silla vieja de madera que el pequeño comedor de la habitación que el Caldero Chorreante les brindaba, un responsable Barty Crouch Jr. preparaba un desayuno nutritivo para ambos, incluso para aquella serpiente-

Barty: ¿Así que te gustaron tus clases de vuelo? -sonrió, dándole la espalda al chico, gracias a la comida que estaba preparando-

Donker: Fue jovial para mí el poder concretar mis clases de vuelo sin ningún problema, pero no creo que jugar quidditch sea mí fuerte. -comentó, sin dejar de leer aquel famoso periódico del Mundo Mágico- Aun así, me gusta estar en escoba.

Barty: Ya eres todo un mago. -sonrió orgulloso al escuchar eso-

-Donker sonrió divertido, el hombre de peinado ridículo y tic raro en la lengua, era el único, además de Cronos, que podían sacarle una sonrisa sincera-

Donker: Necesitaré una túnica nueva. -comentó, girandose para ver la espalda de su cuidador y amigo fiel- Crecí un poco, me llega arriba de los talones mi antigua túnica. -frunció el ceño- ¿Sabes dónde pueden contratar niños de mi edad para trabajar?

Barty: ¿Para trabajar? -preguntó burlón, girandose para ver al niño, y con un plato en cada mano con un sándwich sobre estos- ¿De qué hablas?

Donker: Debo conseguir dinero para comprar mis túnicas y mis libros de segundo año. -comentó, mientras se giraba regresando su cuerpo frente a la mesa, al mismo tiempo que el mayor, se sentaba frente a él-

Barty: Come, niño. -sonrió divertido- Después iremos a tu bóveda.

Donker: ¿Bóveda? -frunció el ceño-

Barty: A diferencia de tu padre, tú madre sí que tiene riquezas para no dejarte desamparado en la calle, pequeño Riddle. -sonrió con su tic- Odio admitirlo, pero en eso sí que era mejor.

Donker: ¿Mi madre? -se sorprendió- ¿Quién es ella? Nunca la mencionas, ni siquiera su nombre. -lo miró con una ceja alzada-

Barty: Porque creo que es una traidora a Lord Voldemort. -susurró enojado- Mira que cuando naciste fuimos felices, todos, pero apenas y nos fuimos para platicar sobre las buenas nuevas, ella desapareció, sin dejar rastro de tu paradero.

Donker: ¿Cómo me encontraste?

Barty: Oh, te seguí el rastro. -sonrió- No fue muy difícil. Sabía que quizá no debías estar en el Mundo Mágico, tu madre es experta ocultando cosas. Así que busque descripciones de ti por años. Hasta que escuché a una encargada de tu tonto Orfanato decirle a una vieja muggle sobre un niño que causaba terror a los otros niños, especialmente después de haber hecho cosas inexplicables. -susurró, dándole misterio a la trama- Sabía que serías tú.

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