C: 2 - MUNDO MÁGICO

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1990.
Expreso de Hogwarts-


-El primero de Septiembre de 1990, el joven Riddle había logrado salir por fin de aquel martirio, de aquel Orfanato. Lleno de una energía inquebrantable, Donker abordó por primera vez, aquel tren escarlata que lo llevaría a su destino. Hogwarts sería por fin su hogar, el Mundo Mágico por fin volvería a tener al último descendiente de Salazar Slytherin, y Donker, sin saber su parentesco, ya se veía demasiado entusiasmado por quedar en aquella casa. Claro, al llevar a sus dos amigos consigo, estaba más que claro que lo que quería era comodidad.

Silver y Cronos, aquella tarántula y aquella serpiente que conoció cuando era más infante, se volvieron sin dudar, sus más importantes amigos. Él le era fiel a ellos, y ellos siempre le serían fiel a él. Así, el viaje en el Expreso de Hogwarts dio inicio, las primeras tres horas, Donker Riddle se la paso solo, observando dentro de su compartimento, y sentado en su banca, el horizonte que aquel viaje le regalaba. Nunca creyó que se sentiría tan bien viajar en un tren, jamás lo había hecho, pero sabía que esa locomotora no era cualquier cosa, era el símbolo de su libertad, y sin duda, la atesoraria por siempre.

Apenas el sol se oculto, un joven pelirrojo que parecía un par de años más grande que el ojimarrón, abrió la puerta, mirando con curiosidad al niño que se había girado para ver al intruso que había osado entrar sin su permiso o una invitación-

Donker: ¿Qué quieres y quién eres? -lo miró serio-

Percy: Percy Weasley. -lo miró- Cuarto año, casa Gryffindor y futuro Prefecto y Premio Anual de mi generación. -expresó con orgullo-

Donker: ¿Qué cosa? -ladeo la cabeza-

Percy: Eres de primer año, ¿no? -suspiró rendido, sabiendo que aquella presentación había sido una pérdida de tiempo-

-el castaño asintió-

Percy: Deberías cambiarte, estamos por llegar a la estación. Debes estar presentable para la ceremonia de las casas.

Donker: Bien, me cambia...

Fred: Hey, Perce. -expresó con diversión un pequeño pelirrojo de segundo año, asomándose por la puerta de aquel compartimento- ¿Qué haces? Vamos, debes cargar nuestros baúles. -rió divertido-

George: Oh, Fred, ya encontré a Percy. -sonrió, asomándose del extremo de la puerta-

-el ojimarrón observó con confusión a aquellos gemelos, pero al ver como el mayor de los pelirrojos, rodó los ojos, frunció el ceño-

Donker: ¿Hermanos tuyos?

Percy: Por desgracia. -suspiró rendido- Vayan a sus compartimentos y esperenme allá, chicos. -miró a sus hermanos- Estoy haciendo mi labor de futuro Prefecto.

George: Que aburrido. -rió divertido-

Fred: ¿Quién eres tu? Eres nuevo, ¿no? -miró al niño que permanecía sentado en su lugar-

Donker: Sí, soy Donker, Donker...

George: Un placer, Donker. -sonrió- Yo soy Fred, y él es George. -apuntó a su hermano gemelo-

Percy: Deja de confundirlo. Tú eres George. -apuntó al menor- Y tú eres Fred. -apuntó al mayor de los gemelos-

Fred: Oh vamos, Perce, era solo una broma. -rió divertido-

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