C: 19 - CONTROL

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Hogwarts-


—Dumbledore solo miraba fijamente a Donker, quien se encontraba sentado frente al escritorio del viejo, mirándolo sin expresión.

En la mente del chico solo pasaba que antes ese lugar podría parecerle el más increíble del mundo, uno donde podía estar seguro y ser él mismo.

Ahora, después de tres años, solo pensaba en que odiaba estar ahí, tal parecía que solo lo obligaban a volver cuando creían que había hecho algo horrible-

Dumbledore: No te reconozco, Donker. -habló por fin después de largos minutos en los que ambos se mantuvieron en silencio- El chico que solía sentarse en esa silla, lleno de curiosidad y entusiasmo... ya no está aquí. -suspiró-

Donker: Ah, sí. El gran Albus Dumbledore. -sonrió sarcásticamente- Siempre tan rápido para juzgar a los demás. ¿Qué sabes tú de mí, viejo? ¿Qué sabes de lo que he pasado? -se cruzó de brazos- Que yo recuerde, nada, al menos no desde que preferiste ser amigo de Potter y desecharme como un juguete viejo.

Dumbledore: Sé que nuestra amistad ha estado en un momento tenso, Donker, pero...

Donker: ¿Un momento tenso? -repitió divertido- Casi entro al cuarto año aquí en Hogwarts, Albus, no me has hablado como solías hacerlo desde que terminé el primer año. No me vengas con tus comentarios pasivos cuando fuiste tú el culpable, no yo. -le apuntó-

Dumbledore: Donker...

Donker: Solo dime lo que tengas que decirme sobre lo que realmente importa, a lo que vine. -lo miró mal- Dejemos de perder el tiempo en absurdos y ridículos recuerdos del pasado. -rodó los ojos-

Dumbledore: De acuerdo. -suspiró rendido- Sé que has estado pasando tiempo con Hermione Granger. -lo miró fijamente- Y sé que estabas en la biblioteca cuando ella fue atacada.

Donker: ¿Y qué? ¿Qué importa eso? -se encogió de hombros- Yo llegué ahí primero, fue ella quien se acercó. No por eso soy yo quien la atacó.

Dumbledore: Importa porque creo que estás metido en algo peligroso, Donker. Algo que podría ponerte en grave riesgo.

Donker: ¿Riesgo? -rió- ¡Ja! Tú no sabes nada de riesgo, Albus. Tú solo sabes sentarte en tu despacho, beber té y dar consejos vacíos. -sonrió con burla- Eres un viejo.

Dumbledore: Donker, por favor... déjame ayudarte.

Donker: No necesito tu ayuda. -se levantó- No necesito nada de ti. Si eso es todo lo que me vas a decir, yo ya no tengo nada más que decir aquí. -comentó, caminando hacía la puerta-

Dumbledore: Donker...

Donker: Ve a darle de comer a tu cerdito con lentes, Albus. -comentó sarcástico-

Dumbledore: Donker, espera un... -pero el chico ya se ha ido, con un fuerte portazo que indicó la enorme tensión que seguía presente en ambos lados-

-Donker pensó en que culparlo por algo que no había hecho, solo le hacía darse cuenta de que ni siquiera los profesores tenían el beneficio de la duda en él.

Tal parecía que todos solo esperaban a que hiciera algo malo, ya sea muy pequeño, para tener la oportunidad perfecta de correrlo de Hogwarts.

¿Por qué parecía que todos lo tenían en la mira? Madame Pince se lo hizo saber hace un rato, Snape siempre lo veía como si fuese a embrujar a todo el salón o la sala común de Slytherin. Ahora Dumbledore incluso le decía que era peligroso.

¿Él peligroso? Sí, claro. Si querían a un Donker Riddle peligroso, era eso lo que él les daría.

Aun así, no pudo evitar preguntarse el por qué siempre todo lo que hacía, recaí en su apellido. ¿Qué tan horrible pudo ser su padre como para que a él también lo señalen por cosas que ni siquiera sabía? Pensaba en que era injusto que lo señalaran como su igual cuando ni siquiera fue criado por ese hombre, no tenía ningún recuerdo de él, ni una foto, no tenía ni idea de cómo era.

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