C: 20 - LA VERDAD

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Hogwarts-


—Donker terminaba de matar a los gallos que cuidaba Hagrid cerca de su cabaña, y, con la cabeza colgandoles, corrió a toda prisa y sin ningún poder de consciencia, de vuelta al castillo.

La noche empezaba a llegar, el ocaso terminaba y el sol estaba a punto de esconderse detrás de las gloriosas y altas montañas qué adornaban la vista de Hogwarts. El clima fresco de la noche llegaba, con una corriente de aire que echaba hacia atrás el cabello del chico de cabellos castaños que cada vez corría más cerca del castillo.

El cielo empezaba a iluminarse por los luceros poco a poco, dejando ahora una tonalidad entre azul marino y morado el ambiente. Donker sentía su corazón latir tan rápidamente, esperando que alguien no lo atrapara, lo que menos quería era ser retenido, porque eso significaba dejar a Ginny en la Cámara de los Secretos.

Eso significaba, defraudar a Percy Weasley, y eso es algo que no soportaría hacer.

Así que, cuando por fin entró al interior del castillo, corriendo como si su vida dependiera de eso, recorrió los pasillos hasta llegar al último corredor del segundo piso, justo donde la primera inscripción que Ginny Weasley había escrito para hacerle saber a todo el Colegio que la Cámara de los Secretos había sido abierta, Donker suspiró, sin poder luchar contra lo que le habían ordenado.

Y, con los gallos muertos en cada una de sus manos, alzó la mirada frente a la primera inscripción-

Donker: Por favor, perdóname, Percy. -susurró con tristeza-

-no dijo más, no hizo más esfuerzo para intentar luchar contra la orden que resonaba en su cabeza y que era su único objetivo y pensamiento presente.

Así que, quitandoles la cabeza a los gallos y, llenándose los dedos y manos de la sangre, empezó a escribir un nuevo mensaje, debajo del primero.

Pensó que, si iba a hacer eso, mínimo debía hacerles creer que alguien más bajo que quien escribió el primero, había hecho el otro, o al menos la misma persona, pero sin tener más opciones de espacio en la escritura.

Y lo hizo, escribiendo con una caligrafía un poco tosca por la posición en la que estaba y usando su mano izquierda por completo para pintar, escribió en el muro.

"Su esqueleto yacerá en la Cámara por siempre"


Y al terminar de escribirlo, sintiendo un poco del peso de orden irse, corrió de vuelta a la cámara, esperando que Ginny siguiera con vida, esperando tener la oportunidad de salvarla ahora que tenía una segunda oportunidad de enfrentar el recuerdo de su padre.

Al llegar al baño de Myrtle, la fantasma lo miraba con la preocupación que jamás en muerte había mostrado. Sentía pena por el chico, al verlo tan ido y decidido, al verlo tan fuera de sí, quiso por primera vez, en más de cincuenta años, estar viva.

Para poder darle un abrazo y detenerlo. Hacerle saber que no estaba solo y que debía seguir luchando.

Pero era imposible. Ella no podría jamás regresar a la vida, y solo esperaba que su vivo amigo continuará así, vivo, con su corazón latiendo por muchos años más.

Cuando Donker abrió la entrada y se aventó por el hoyo que lo llevaría a la Cámara, la adrenalina que sentía era extremadamente intensa, y apenas llegó al final del tobogán, aventó los gallos muertos que chorreaban la poca sangre que les quedaba, al montón de huesos que estaban almacenados debajo de sus pies, y cuando siguió corriendo, sintió un mareo llegar a su cabeza.

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