Septiembre, 1981
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Habían algunas cosas en el tintero aún, pero no quiso arruinar el momento.
Todavía seguía la duda del comportamiento de su niño, y tal vez su madre tenga la razón y solo se trataba de eso: está creciendo. Es doloroso, pero es algo que debe de aceptar. Thomas cada día está más grande, en menos de cinco meses ya cumpliría sus cinco años, aunque siempre lo vería como una pequeña cosa capaz de sostener con sus brazos. Le gustaría poder llevarlo en su bolsillo, manteniéndolo consigo en todo instante y protegido el resto de sus días, pero tristemente eso no podría pasar tal cual.
El tiempo era veloz, demasiado para su agrado. Tan así que hoy mismo debían regresar a los Estados Unidos.
Su última noche en la casa Lennon, el pequeño Sean lloró en su cuarto junto a Thomas, quien no le gustaba verlo así. El niño de piel crema tenía su corazón roto, no quería que su Tom-Tom se fuera, pero no había nada que hacer al respecto. El joven Jackson tampoco deseaba marcharse y dejar a su único amigo en ese estado. Necesitaba tranquilizarlo, necesitaba darle algo especial antes de irse.
Lo estuvo pensando desde aquella ocasión en la que habló con su padre. Romper las reglas una vez no le haría daño, su papá no tenía porqué saberlo. Le hizo prometer a Sean que no diría una palabra, este asintió con las lágrimas en sus mejillas, sin saber qué iba a hacer. Fue entonces cuando todo volvió a tener color para el Ono.
Thomas le dio un beso en los labios, pequeño y dulce, como lo había soñado.
No duró más de cinco segundos, los cuales fueron los más emocionantes para ambos niños. Nunca habían hecho algo así, solo lo vieron a las caricaturas, con aquellos personajes enamorados, desde humanos hasta ratones, con el detalle de que ahora se trataba de dos varones, una cosa que no se veía en los dibujos.
En el momento que el hijo de Michael se apartó, aún su corazón seguía latiendo con esa rapidez. Lennon tenía sus mejillas rosadas, ambos niños en realidad.
— Me diste un beso... — habló Sean, ya sin lágrimas cayendo. Sus ojos estaban fijos en los de su amigo, quien esbozó una pequeña sonrisa.
— Sí... — murmuró Thomas, sin querer dejar de mirarlo.
Corazones aparecieron a su alrededor.
⟨ ... ⟩
En el momento en el que el sol comenzó a teñir con su luz el cielo, fue cuando los Jackson junto a McCartney y Lewis partieron de la casa al aeropuerto. Los niños más jovenes compartieron una última mirada, prometiéndose que se llamarían en estos días.
En el transcurso del vuelo fue mucho mejor que el último. Padre e hijo compartieron asientos en esta ocasión, incluso durmieron cubiertos por una misma manta. Thomas no quiso comentar algo sobre sus actitudes pasadas, no quería arruinar el momento o que su padre se sintiera mal por culpa suya. Era algo que guardaría solo para él mismo. Ya todo estaba mejor y anhelaba que así siguiera.
— Tommy... —
El pequeño sintió tomaban su rostro, sintiendo frío, sintiendo la escasez de aquella calida tela que lo cubría. Abrió sus ojos poco a poco ante el llamado de su papá.
» Ya llegamos, estrella — Michael tomó la manta y la doblo.
Al aterrizar el avión, lo primero en lo que los cantantes se fijaron fue en las personas en la puerta del aeropuerto, fans y fans gritando como locas. Camaras y seguridad sumados.
¿Cómo lo supieron? Solo el destino podía responder a ello.
— No te preocupes, yo tomo las maletas — habló Paul, observando al de piel morena quien cargaba a su hijo adormilado, tapado de pies a cabeza por la manta, como un capullo.
Bajando, solo cruzaba los dedos para poder irse de aquí sin problemas. Le parecía muy dulce la cantidad de gente que vinieron por ellos, pero ahora estaba su hijo presente y no quería meterlo en esto. La seguridad ayudó a hacer un pequeño camino para que los famosos pasaran entra la multitud. Se oía de todo en el medio, desde periodistas preguntando sobre su proyecto que pronto vendría, hasta pidiendo que mostrara a su niño.
¡Ja! Cómo no.
Al salir con la multitud a sus espaldas, una bocina captó la atención de los tres. Un chico salió de un mercedes, llamándolos. Jermaine junto a Janet.
— ¡Vamos! — su hermano gritó, con la chica saludando saliendo de la ventana. Sonrió ante eso, no teniendo que esperar un taxi.
— ¿Y? ¿Qué tal el viaje? ¿Cómo les fue? — la señorita Jackson al instante consulto, en el medio de ambos artistas, observando a su pequeño sobrino en los brazos de su hermano más joven — ¿Cómo estás, Tommy? — pellizcó una de sus mejillas dulcemente, haciendo que el niño se despertara un poco más, sonriendo en el proceso.
— Genial, ha sido un lindo viaje después de todo, valió la pena tomarnos unos días — McCartney dio su voz, siendo asentido por Emmanuel en el asiento del copiloto — Yoko y Sean están muy bien, los niños se divirtieron mucho, ¿verdad, querido? — él miró a su ahijado, quien le brindo la misma sonrisa como respuesta, la cual cargaba con una pizca de travesía que solo Michael podía captar.
— Sí... todo salió muy bien, estamos contentos con lo que pasó, y de volver — musitó el padre de Thomas, dándole palmaditas en la espalda — Pero eso implica también volver al trabajo. Lo del álbum me tiene bastante inquieto —
— Conociéndote, estamos seguros de eso — Jermaine habló, mirándolo de vez en cuando por el retrovisor — No deberías preocuparte, ya te lo dije, a nadie le gustan los zombis. Puedes darte una idea de cómo le irá — tal comentario hizo que Michael sonriera, los dos hermanos realmente.
— Claro, puedo decir lo mismo de "Let Me Tickle Your Fancy", a la gente simplemente no le gustas — ante tales palabras, Janet contuvo algunas risas, mientras que Paul y Lewis alzaron las cejas, sorprendidos por esa respuesta.
— Di lo que quieras, nunca llegarás al puesto uno, ni siquiera entrando a la fila de los diez, hermanito — contestó el otro Jackson, manteniendo sus ideales de victoria para su propio trabajo.
Apesar de que se trataba de un juego, las inseguridades se presentaban para Michael. Había trabajado tan duro en este proyecto que un par de comentarios malos lo hacían caer del hilo. Nunca se sintió satisfecho con sus trabajos, este no sería una excepción, y lo sabía muy bien. Tal vez su hermano tenga razón, este solo sería un disco más... A las personas no les gusta el terror, seguramente menos como un músical.
Quizás nunca debió haberlo hecho desde un principio, pero lo realizado, realizado está.
— Sí, ya lo veremos, Jermaine — fueron sus últimas palabras antes de enfocarse en la ventanilla, observando el camino.
Sintió como todo se volvió silencio en su mente en el transcurso del viaje, de vez en cuando con la voz de su hermano rebotando en su cabeza. Lo dicho por él había prendido nuevamente esa pequeña negatividad sentimental consigo mismo, con su trabajo. Esa incomodidad en el pecho siguió permaneciendo hasta que un ligero tirón en su camisa lo devolvió a la tierra.
— ¿Papi? — creyó que su bebé se había dormido, pero no fue así al parecer.
— ¿Sí, cariño? —
— 'Thriller' es lindo, a las personas les gustará — sintió su corazón encogerse tras ese susurro, el dulce tono de Thomas, la manera tan repentina en decir aquello, como si leyese su mente.
— Gracias, estrella... Tú eres igual o incluso más lindo que 'Thriller' — acarició su cabello en el proceso, con ese alivio que necesitaba.
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𝐖𝐄 « 𝐦𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥 𝐣𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧 » (ʀᴇᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ)
Random𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥 𝐉𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧 | "Tenerlo en mis brazos por primera vez fue un sueño, del cual no quería despertar"