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Agosto, 1981
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Yo solo me dedicaba a mirarlo.
No entendía porqué de un momento a otro Tommy parecía una pequeña garrapata con Paul, pero no iba a interferir, para nada. Hace unos días no se veían, sé cuánto lo ha de haber extrañado.
Esté había sido un cumpleaños bastante tranquilo a comparación de los anteriores. Me sentía muy comodo con las personas que llegaron.
Sin embargo, las horas pasaron y el cielo empezó a oscurecerse.
— Nos gustaría quedarnos un poco más, pero debo ir a casa y debo llevar a Emmanuel a la suya, ¿verdad? — Brooke muestra una linda sonrisa ante el niño, quien sonríe.
— Es cierto, ya debemos irnos —
— Oh, está bien. Pero espero verlos mañana en mi casa, realmente me gustaría pasar más tiempo con ustedes — dije imitando el mismo gesto que ella, aún con Emmanuel en mis brazos.
Luego de unos diez minutos, al fin terminamos de despedirnos. Ambos se subieron al vehículo y se marcharon, algo que Paul y Linda también estaban por hacer.
— Michael, gracias por este día, tu familia es encantadora — Linda me dice, después de un bonito abrazo entre ambos.
— No, gracias a ti Linda por haber asistido, te hemos extrañado mucho —
— Oh, y yo a ustedes. Pero bueno... con lo que sucedió con John, viajar de nuevo a Londres, los niños, tener que cuidarlos... Estuve buscando el tiempo correcto para poder regresar aquí —
— Lo entiendo... ¿Y ellos? ¿Cómo están los niños? —
— Están perfectamente, Ruth, su tía, los está cuidando muy bien. A ellos les encanta estar con ella. Le agradezco mucho que haya querido cuidarlos, Ruth sabía muy bien lo agotada que estaba —
— Me imagino. Y oye, ¿sabes algo de Julian y Sean? No he escuchado de ellos hace bastante —
— Están mejor... Suelo visitarlos con frecuencia, a la casa de Yoko y Cynthia. A veces los invito a mi casa y ellos jugan con los demás chicos. La pasan muy bien, pero... noto de vez en cuando algo de tristeza, ¿sabes? Especialmente en Julian —
— Me da mucha tristeza a mí también, son solo niños y ya están pasando por tantas cosas... Me gustaría ir a verlos, muy probablemente después del lanzamiento del álbum y algunos shows. Thomas pregunta en muchas ocasiones cuándo volveremos a Londres, extraña a Sean —
— Recuerdo cuando jugaban en el patio, cuando Sean lo cargó en su espalda y luego ambos cayeron — también lo tenía presente en mi cabeza, no perdería nunca ese divertido momento.
— ¿Cómo olvidarlo? Se rasparon las rodillas y luego Yoko tuvo que sanarlas. Pero ellos ni siquiera lloraron, después de eso siguieron jugando como si nada —
Estaba muy feliz de que Thomas tuviese a alguien más de su edad con quien relacionarse, a demás de sus primos, pero tengo muy en cuanta de que deberemos esperar para poder ir visitar Londres nuevamente.
Y justo ahora, cuando Paul se acercó a nosotros junto a Tommy, oyó la conversación y aportó algo en verdad llamativo para todos, principalmente para mi niño.
— Conseguí el nuevo número de Yoko, hablé con ella hace unos días. Me dijo que Sean también estaba preguntando mucho por ti, querido — una de sus manos revuelve sus rizos, mientras un brillo se prende en los ojos avellana.
— ¿De verdad, tío Paul? ¿Puedo luego hablar con él? —
— Si tu padre no tiene problema en pagar la llamada de aquí a Inglaterra, supongo que puedes hacerlo — una sonrisa se forma en ambos.
— Papi, por favor, ¿puedes pagarlo? Quiero hablar con Sean — él va hacia mí enseguida, mirándome con ese dulce rostro de cachorro.
— Claro que puedes llamarlo, cariño. Mañana por la mañana puedes hacerlo si así deseas, Tommy —
Tras eso, él me agradeció con su reluciente sonrisa, aferrándose a mí.
Ambos terminamos de despedirnos, entrando después a la casa. Saludamos igualmente a mis hermanos y padres, yo ya quería volver a casa.
Le di las gracias a mamá por lo que hizo este día, apesar de que no me gustara esta clase de celebraciones, la pasamos muy bien y eso es lo que importa.
Cuando finalice de aprochar el cinturón de Tommy, fui a mi asiento y dejé en el del copiloto un paquete, o mejor dicho, un regalo que mamá dio. Sinceramente, me da algo de pena recibir obsequios, pero ella quería que lo abriera ya misno delante de todos, algo que evidentemente no hice.
No mentiré.
Realmente estaba ansioso por saber que tenía ese paquete forrado en papel rojo, así que al poner un pie en casa y arropar mi hijo - quien se había dormido en el camino -, fui a por ese paquete.
Y lo que vi al deshacer el envoltorio, simplemente hizo que mi corazón acelerara.
Ahí estabamos los tres, en esa foto. Samantha tenía al bebé en sus brazos, yo estaba a su lado. Los dos nos hallábamos en mi habitación, con un pequeño que ni siquiera había llegado al mes.
» Cuanto tiempo pasó... —
Creo que esta debe ser una de las pocas fotografías en la que estamos los tres juntos. Y prometo cuidarla como un tesoro, porque en verdad lo es para mí. No sé dónde colocaría el retrato, no quiero que algo le suceda. La fotografía en blanco y negro se mantiene muy bien, y quiero que así siga. Mientras tanto, pienso mantenerla guardada hasta conseguir un lugar adecuado en donde colocarla.
Entré de nuevo a la habitación, silenciosamente para no despertar a Tommy. Pero de todas formas, fui hacía él para acariciar su cabello, besando luego su rostro. Después de eso, me dirigí a mi mesa de noche, donde ahí puse el portaretratos, cerrando el muble con su llave.
De un momento a otro, el sueño me invadió totalmente. Hoy había sido un dia largamente bueno, pero todo tiene sus consecuencias, y es lo que sucedía conmigo ahora mismo. Ni siquiera tenía ganas de ponerme la pijama, pero tuve que. Así que lo tomé y caminé hacia el baño, a regañadientes casi.
Mañana debía continuar con las grabaciones, con Beat It para ser exactos. La coreografía ya estaba perfectamente bien ejecutada, aunque no puedo decir lo mismo de Billie Jean. Si bien había sacado la canción hace poco, aún no tenía bien en claro una coreografía en mi mente. Quería hacerlo por mi propia cuenta, puedo sacar algunos pasos con el ritmo, pero necesito más coordinación.
