Octubre, 1981
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Con el pasar de los días, las visitas en la casa se hicieron constantes.
Emmanuel venía casi todos los días, o incluso los acompañaba a la casa Jackson, junto al resto de la familia. El pequeño Thomas Peter creyó que aquel sentimiento de celos había sido descartado, pero ahora volvió a despertar de una manera distinta. No era esa clase de celos intensos, de envidia, estos tenían una gran carga de tristeza. Ver como la familia se llevaba con él, hasta la "cariñosa" tía Toya.
Podría estar en el regazo de su padre, abrazado por él, pero Michael miraba a Lewis.
Se aferraba a la mano de Janet cuando su papá cargaba a Emmanuel, mirándolo desde abajo, como él estaba en la cima. La joven Jackson podía notar el comportamiento de su sobrino, haciendo alguna cosa para que no le prestara atención a ese par. No quería arruinar el momento familiar, todos comentando sobre el trabajo proximo de sus hermanos que pronto saldría a la luz, pero tarde o temprano debía decirle las cosas.
Volvió a los brazos de Paul, buscando aquel consuelo paterno que lo aliviaba un poco.
El británico notó lo decaído que su ahijado estaba, aquel pequeño podría estar horas sobre sus brazos o caminando aferrado a su pierna. Thomas se sentía a un peor cuando su padre ya ni siquiera se daba cuenta de lo apegado que se volvió a McCartney, como antes, que lucía molesto. Ya ni siquiera eso. No sabía qué más hacer para llamar su atención completamente, lo llevaba de acá para allá con el asunto del álbum y los preparativos. Por las noches, siempre su papá le decía que lo quería antes de apagar las luces y cerrar los ojos y perderse totalmente en el sueño.
Tampoco volvieron al balcón a verla.
O al menos, Michael, porque Tommy se escabullía fácilmente hasta el sitio, reflejándose aquel brillo lunar en su mirada.
— Mami, ¿qué puedo hacer? —
Musitó más de una vez, sintiendo como a lo lejos ese brillo titilaba, tomándolo como una respuesta que tarde o temprano debía descifrar.
Le da calma, sentir la brisa fresca le otorga una sensación relajante, haciendo que esos sentimientos negativos se fueran por un instante. Había permanecido ahí hasta dos horas, en el suelo, aferrado a sus propias piernas mientras la luz de su madre lo acompañaba. Dejó ir alguna que otra lágrima en alguna ocasión, pero había contenido los sollozos para no despertar a su papá.
Lo estaba perdiendo, eso sentía.
En este mes las cosas se volvieron muy agitadas. En varios momentos Thomas se quedó a cargo de su tía, ya que su padre no iba solo al estudio, sino también, a ayudar. Comenzó a frecuentar en hospitales, dando cantidades de su dinero mientras visitaba a los pacientes, especialmente los niños, bebés recién nacidos. Michael se veía feliz en las fotos, su hijo lo estaba por él.
No refutaría por eso, sabe que su padre también está haciendo feliz a mucha gente, a todos esos otros niños que tristemente estaban en ese lugar.
Ese sentimiento dentro suyo solo despertaba cuando Michael estaba en casa, cargando a alguien más en sus brazos, sin siquiera inclinarse para darle un beso en la mejilla. Cuando lo seguía por detrás como un cachorro pero no lo veía. Tiraba de su ropa a veces, ya pudiendo alcanzar un poco su camisa, ahí su padre le acariciaba el pelo y le preguntaba qué sucedía. Thomas negaba y se aferraba.
Algo es algo.
Por lo menos tenía cierta compañía en casa: sus animales. De un momento a otro, las cuatro paredes se volvieron las de un zoológico. Habían varios loros que peleaban con Tornado, el perro. Después Lion-el, la serpiente no precisamente pequeña. Y por último, su favorito, el bebé chimpancé.
Bubbles.
Cuando su papá no estaba en casa, se entretenía con ellos. Janet estaba horrorizada con aquel reptil, el cual mantenía encerrado en su jaula y alejaba a su sobrino lo mejor posible de él. Desconfiaba un poco del chimpancé apesar de que es muy lindo. Sentía que su hermano estaba siendo bastante descuidado con los animales que traía a la casa teniendo un niño en ella. Si no fuese por Janet, abría un cachorro de tigre en el sofá. Michael había querido traer consigo ese felino que estuvo con él en la sesión de fotos, para Thomas. Pero su hermana menor se interpuso enseguida, diciendo que era una total locura.
Michael cedió, siendo suficiente los otros animales, por ahora.
Tommy le daba de comer a las aves, les gusta escucharlas hablar, enseñarle palabras, como: "Te quiero" o "Eres muy bonito". Con Tornado, jugaban en el jardín la mayor parte del tiempo, o sino en la sala. Mientras que Bubbles podía estar apegado a él a toda hora. Le gusta bañarlo, vestirlo, cuidarlo como si fuese su hermanito.
Bubbles se volvió un gran amigo.
Y hablando de amigos, las llamadas con Sean empezaron a ser constantes. Todas las tardes, el pequeño Jackson estaba pegado al teléfono. Lennon le hacía sentirse mejor, le decía cosas bonitas, como que lo extrañaba, que quería volver a verlo y quizás repetir lo que había pasado en aquella ocasión como consuelo y despedida. Sean le dijo que lo quería por primera vez, causando que mariposas revolotearan en su estómago. Sin dudas, esperaba pronto volver a verlo.
Mientras tanto, esperaba que todo esto pasara lo más rápido posible, que solo se tratara de un plazo corto en el que su padre estaba muy ocupado como para quedarse más tiempo a su lado, pero sí con Emmanuel Lewis. Tal vez ese niño le proporsionaba más amor y confianza a su papá, tal vez él merecía ese lugar en el que simplemente ya no se sentía perteneciente.
Con eso, dejó que las últimas lágrimas cayeran por sus mejillas, luego de haber estado hace unas horas en el suelo cerámico del balcón, con su madre observándolo en su punto más alto en la oscuridad del cielo, siendo ella la única fuente de luz.
Su luz.
Se puso de pie, dándole las buenas noches a su mamá antes de volver a adentrarse a la habitación, recostándose su lado, abrazando con sus pequeñas manos la cintura de su padre, aferrándose en busca de su calor.
Esperando a que las cosas volvieran a ser como antes.
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𝐖𝐄 « 𝐦𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥 𝐣𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧 » (ʀᴇᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ)
Random𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥 𝐉𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧 | "Tenerlo en mis brazos por primera vez fue un sueño, del cual no quería despertar"