Out of Time || KookMin

27. Lo que se quiere decir

Los gatos negros siempre se le han hecho místicos.

Cómo si el mundo los obedece sin chistar.

Su vida ha estado poblada de ellos y cada uno, dejó su huella.

Su padre era un gato negro, uno que murió pronto.

Su tía fue una gata negra, se suicidó cuando él tenía cuatro.

Su tío era un gato negro, ayudó mucho a su mamá.

Jimin es un gato negro, que siempre lo hizo sentir incluido.

Jungkook no es particular fanático de pensar en el pasado. Prefiere ni siquiera rememorarlo. Estando solo desde la niñez más tierna. Su madre no lo quiso, no era un gato negro y extrañaba a su papá. Por lo que un hijo interrumpía su ciclo de ebriedad o drogadicción por fármacos. Esto implicaba que Jungkook no tenía a quien recurrir.

Un día se quedó solo en casa y nunca cambió. Su tío, que vivía en Incheon, tan solo pagaba el alquiler y lo más básico de la comida. Nada más. Jungkook empezó a resentirse con todos alrededor. Pensar que tienen más suerte que él o que destruyeron su vida. Después de todo... ¿Quién no odia a los gatos negros? Dónde él ve maravilloso misticismo, algunos ven plagas aprovechadas y despreciables.

Ellos mataron a su papá.

Alejaron a su mamá.

Atormentaron a su tía.

Forzaron a su tío a huir.

Y de repente, delante suyo hay otro gato negro. El más pequeño de todos. Con mejillas enormes, labios esponjosos y ojos verdes como dos brillantes faroles de fuego mágico. Jungkook se perdió ahí, en la sonrisa, en la presencia, en la voz. Ese tono débil y tierno que se presentó tan fácil:

—Hola, sé que estás solito porque eres grande y estás aquí otra vez, seamos amigos. —Extiende su mano, pequeña y regordeta como él. Jungkook vio alrededor y todo lo que había, eran niños escondidos, uno apenas más cerca y tembloroso

Sus ojos se dilataron.

Su corazón se alborotó

Tomó esa pequeña mano y la presionó, nervioso, feliz—. Me llamo Jimin ¡Seamos buenos amigos!

Jungkook no quiso soltarlo.

Lo hizo... ¿Por qué lo hizo?

A más abraza a Jimin por la anoche, se cuestiona que es lo que causó el distanciamiento, pues no recuerda.

Se cuestiona si en algún momento sujetó a Jimin con tanta fuerza... tal vez por eso se alejaron, porque no lo sostuvo lo suficientemente fuerte y el viento se lo llevó.

— ¿Qué tanto piensas? Estas muy callado y empiezo a creer que vas a decir alguna mala noticia. —murmura Jimin, abrazando a Jungkook de regreso, tan solo escuchando su corazón. Jungkook mira la mesa de noche. La lámpara, el reloj levantador de emergencia y los dos celulares que tienen varios mensajes sin revisar.

Jungkook suspira, presionando a Jimin en sus brazos, sintiendo que de alguna forma, siente que aún no puede alcanzarlo. Que aún no lo tiene del todo con él. Como si hay una barrera que desconoce...

— ¿Por qué viniste a Seúl?

—Quería visitarla.

— ¿Por qué me buscaste?

—Porque pensé mucho en ti hacía unos días y... odié el hecho que dejamos de hablarnos—Jimin abre los ojos, tamborileando los dedos en la espalda de Jungkook—. Antes no me dejabas ir a ninguna parte solo. Vivías la mitad de tu tiempo en mí casa, hacíamos todo juntos... Antes fuiste todo en lo que pensaba, pero desapareciste.