Capitulo 4

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Capitulo 4


Había dos coches de la policía detenidos frente a la ferretería. Cinco o seis mirones merodeaban afuera; un agente uniformado custodiaba la entrada. Al bajar del auto, Lena vio que el agente era Linda Howiett, cuya hermana menor había estado en la clase de Lena dos años atrás. Al ver a Lena, Linda le hizo señas de que pasara y la pelinegra se apresuró a entrar en la tienda. La escena que vio era tan espantosa, que se detuvo de golpe.
En el suelo estaban tendidos una mujer y un hombre, la mujer postrada, el otro sentado y tres agentes uniformados se agachaban sobre ellos. Greg Skaggs, hijo de Idell y hermano mayor de Chris, había ingresado en la fuerza policial de Tylerville el año anterior. Tenía una rodilla apoyada sobre la espalda ancha de una mujer con camisa blanca sin mangas, mientras oprimía la pistola contra la cabeza rubia despeinada. Otro agente, Kerry Yates, se hallaba arrodillado y sujetaba con fuerza el brazo retorcido de la mujer postrada. Lena no necesitó más que una mirada para reconocer a Kara. Atrás de ella, se encontraba el hombre derribado, a quien no lograba identificar. Sobre él se inclinaba el jefe Oliver Queen, cuya postura indicaba que no percibía mucho peligro pues estaba verificando con dos dedos el pulso de la garganta del hombre. Tras el mostrador, Olivia Tompkins, que tenía diecinueve años y trabajaba media jornada en la ferretería, observaba con ojos desmesurados y pintadísimos. Mientras Lena titubeaba, Winn Schott, el gerente de la tienda, salió de un cuarto de existencias situado al fondo. Evidentemente, ninguno de ellos había advertido aún la presencia de Lena.

"Dijo la señora Luthor que ya viene Lena "dijo Winn al jefe Queen.

"Bien."

"¡Suéltame, imbécil! Me estás rompiendo el maldito brazo."

Ese gruñido provino de Kara, quien hizo un movimiento para intentar zafarse, pero fue detenida con un duro tirón en su brazo retorcido. Kara reaccionó con un lenguaje tan soez, que hizo pestañear a Lena. Se le ocurrió pensar que, por más inocente que pudiera haber sido Kara cuando fue procesada y condenada, tal vez la prisión la hubiese cambiado tanto que ahora era verdaderamente una amenaza para la sociedad. Lo cierto era que no había sido nada delicada con ella. Cualquier cosa que la hubiera llevado a esa situación debía haber sido terrible para merecer semejante reacción por parte de la policía de Tylerville, habitualmente tan contenida.

"Sigue resistiéndote, basura, y acaso yo logre agujerearte el estúpido cráneo con una bala. " Esta amenaza, pronunciada por Greg Skagg con pausado acento, sacó a Lena de su momentánea incredulidad. Fuera lo que fuese Kara, ella no iba a presenciar cómo la mataban frente a sus ojos.

"En nombre del cielo, ¿qué ocurre aquí?" preguntó adelantándose. El jefe Queen, sus agentes, Winn y Olivia alzaron la vista al mismo tiempo.

"¡Lena, no lo he podido evitar" se lamentó Olivia. "Ya estaba muy nerviosa porque esa Kara había entrado en la tienda cuando Winn había prometido que nunca lo haría mientras yo estuviese aquí, y entonces entró el señor Rojas y supe que había problemas. Hubo una pelea terrible, con ellos rodando por todos lados y ahogándose y golpeándose, y yo llamé a la policía, ¡y menos mal que lo hice! Esa tal Kara dio un golpe al señor Rojas en el cuello con el puño y lo dejó inconsciente. ¡Me extraña que no lo haya matado!"

"Evidentemente, Carl se enteró de que Danvers estaba aquí. Vino a buscarla y la encontró. Yo le dije a usted que emplear a Kara era un error, y ya ve cuán acertado estaba. No hace más que un par de horas que está aquí y mire lo que ha pasado" dijo Winn, indicando con un gesto al grupo en el suelo. " Han hecho trizas la tienda con la pelea. ¡Mire qué revoltijo!" Lena miró. El piso estaba sembrado de latas de pintura, pinceles, rodillos y diagramas cromáticos, caídos de un muestrario volcado. Una lata se había reventado al caer y se había derramado el esmalte escarlata sobre las baldosas blancas y negras. Un barril de plástico que antes contenía un enorme surtido de pernos y tuercas yacía de costado, con su contenido disperso por todas partes. El alpiste, que había estado guardado en un gran bote de metal, formaba una alfombra arenosa bajo los pies. El propio envase, ahora abollado, reposaba contra el mostrador de madera. A juzgar por su aspecto, había sido arrojado contra alguien.
"Debió haberme consultado antes de hacer algo tan necio como dar empleo a Danvers, Lena" dijo el jefe Queen. "Cualquiera que tuviese un poco de sentido común habría previsto que los hermanos Rojas vendrían por ella tan pronto como llegara al pueblo. Demonios, yo no puedo culparlos, aunque defenderé la ley como es mi obligación. No está bien que la hermana de Carl esté muerta y su asesina ande suelta y de vuelta en nuestro pueblo."

In The SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora