Después de nuestra conversación en mi apartamento, sentí un alivio momentáneo. Parecía que Alejandro estaba comprometido a trabajar en sus problemas y a hacer que nuestra relación funcionara. Sin embargo, a medida que pasaban los días, comencé a notar pequeños cambios en su comportamiento que me preocupaban.
Una tarde, mientras estaba en el trabajo, recibí una serie de mensajes de texto de Alejandro. Quería saber dónde estaba y qué estaba haciendo en todo momento. Al principio, pensé que era una muestra de su interés y afecto, pero pronto comenzó a sentirse invasivo.
—¿Dónde estás ahora mismo?
—¿Con quién estás?
—¿Cuándo vas a volver a casa?
Los mensajes seguían llegando, uno tras otro, y comencé a sentirme agobiada. Sentí como si Alejandro estuviera tratando de controlar cada aspecto de mi vida, y eso me hizo sentir incómoda y atrapada.
Cuando finalmente llegué a casa esa noche, Alejandro estaba esperando en la puerta. Su rostro estaba tenso y su mirada era intensa.
—¿Por qué tardaste tanto en responder mis mensajes? —preguntó, su voz rígida.
—Estaba ocupada en el trabajo. No pude responder de inmediato —respondí, tratando de mantener la calma.
—Pensé que algo te había pasado. Estaba preocupado —dijo, su tono de voz lleno de acusaciones.
—Estoy bien, Alejandro. Solo estaba trabajando —dije, sintiendo una creciente sensación de incomodidad.
—¿Por qué no me llamaste para decírmelo? —preguntó, su voz elevándose ligeramente.
—No pensé que fuera necesario. Estaba ocupada y no quería interrumpirte —respondí, sintiéndome cada vez más atrapada.
Alejandro pareció calmarse un poco ante mi respuesta, pero todavía había una tensión palpable en el aire. Me sentí como si estuviera caminando sobre cáscaras de huevo, tratando de evitar cualquier cosa que pudiera desencadenar su ira.
Esa noche, mientras cenábamos juntos, Alejandro siguió haciendo preguntas sobre mi día y mi trabajo. Cada respuesta que daba parecía insatisfactoria para él, y sentí que estaba siendo sometida a un interrogatorio.
Después de la cena, mientras estábamos sentados en el sofá viendo una película, Alejandro comenzó a acariciarme el cabello de manera posesiva, como si estuviera marcando su territorio.
—¿Por qué no me has estado respondiendo los mensajes durante el día? —preguntó, su voz baja pero cargada de autoridad.
—Te he estado respondiendo, Alejandro. Solo estoy ocupada en el trabajo —respondí, tratando de mantener la calma.
—No es suficiente, Valeria. Necesito saber dónde estás en todo momento —dijo, su mano apretando mi cabello con más fuerza de lo necesario.
—Alejandro, estás lastimándome —dije, tratando de apartarme de él.
Él me soltó bruscamente, su expresión cambiando de una mezcla de celos y posesividad a una de remordimiento.
—Lo siento, Valeria. No quería lastimarte.
—No puedes seguir controlándome de esta manera, Alejandro. Necesitamos establecer límites —dije, sintiendo una sensación de desesperación crecer en mi interior.
—Lo sé, y lo siento. No quiero asfixiarte. Solo estoy preocupado por ti —respondió, su voz suavizándose.
—Entiendo que estés preocupado, pero necesitas confiar en mí. No puedo vivir bajo un microscopio todo el tiempo —dije, buscando una solución a nuestro problema.
—Lo intentaré, Valeria. Prometo trabajar en mis celos y en mi necesidad de control —dijo, tomando mi mano con suavidad.
Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente mirándonos el uno al otro. Había una sensación de tensión en el aire, una conciencia de que habíamos cruzado un límite que no podíamos deshacer.
Esa noche, mientras me acostaba en la cama, no pude dejar de sentir una sensación de malestar en el fondo de mi mente. Sabía que Alejandro estaba tratando de cambiar, pero también sabía que el camino por delante sería difícil y lleno de obstáculos.
La atracción y el miedo seguían siendo compañeros en mi viaje, pero estaba determinada a enfrentar lo que viniera. Sabía que necesitaba establecer límites claros y protegerme a mí misma, incluso si eso significaba alejarme de Alejandro. Era una decisión difícil de tomar, pero sabía que mi seguridad y bienestar eran lo más importante.
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The Toxic Boy | El Chico Toxico
Teen FictionValeria, una joven atrapada en la rutina, encuentra una pasión arrebatadora en Alejandro, un hombre carismático pero peligroso. A medida que su relación se profundiza, Valeria descubre el oscuro y violento lado de Alejandro, quien empieza a controla...