#26 Planificación de Escape

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Después de mi huida precipitada de la casa de Alejandro, me refugié en un lugar seguro que conocía: la casa de mi amiga María. Sabía que no estaría a salvo por mucho tiempo, pero necesitaba un momento para recuperar el aliento y planificar mi próximo movimiento.

María me recibió con los brazos abiertos, su rostro reflejando preocupación y alivio al mismo tiempo. Nos abrazamos con fuerza, conscientes del peligro que me acechaba.

—Valeria, ¿qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó María, su voz llena de ansiedad.

—Sí, estoy bien. Pero necesito tu ayuda, María. No puedo seguir escondiéndome de Alejandro. Necesito escapar de él de una vez por todas —le dije, tratando de mantener la calma a pesar de mi agitación interna.

María asintió con determinación, su expresión seria y decidida.

—Por supuesto, Valeria. Haré todo lo que esté en mi poder para ayudarte. ¿Qué necesitas que hagamos? —preguntó, lista para ponerse en acción.

Respiré hondo, tratando de organizar mis pensamientos. Sabía que necesitábamos un plan sólido si queríamos tener alguna posibilidad de escapar de Alejandro y su influencia.

—Necesitamos encontrar una manera de desaparecer sin dejar rastro. No puedo arriesgarme a que Alejandro me encuentre de nuevo. Y necesito asegurarme de que estés a salvo también —dije, mirando a María con seriedad.

Ella asintió, su expresión determinada.

—Entiendo. Podemos empezar por cambiar tu apariencia y tu nombre. Luego podemos buscar un lugar seguro donde puedas empezar de nuevo —sugirió, pensando rápidamente en soluciones.

Asentí, agradecida por su ayuda.

—Eso suena como un buen plan. Pero necesitaremos ayuda externa para hacerlo realidad. Necesito documentos falsos, dinero en efectivo y un lugar seguro donde esconderme —dije, consciente de la magnitud del desafío que teníamos por delante.

María frunció el ceño, pensativa.

—Conozco a alguien que podría ayudarnos. Es un amigo de confianza que tiene experiencia en situaciones como esta. Puedo contactarlo y ver qué puede hacer por nosotros —sugirió, con una chispa de esperanza en sus ojos.

Agradecí a María por su pronta respuesta y esperé con ansias la llegada de su amigo. Mientras tanto, comenzamos a planificar los detalles de mi nueva identidad y mi escape de la sombra de Alejandro.

Pasaron varios días de espera angustiosa antes de que recibimos noticias de la persona que María había contactado. Se llamaba Javier y era un experto en crear identidades falsas y ayudar a personas como yo a desaparecer del radar.

Nos reunimos con Javier en un lugar discreto y seguro, conscientes de los riesgos que implicaba nuestro encuentro. Pero sabíamos que era nuestra mejor oportunidad de escapar de Alejandro para siempre.

Javier nos escuchó con atención mientras explicábamos nuestra situación y nuestras necesidades. Asintió con comprensión, su rostro serio y decidido.

—Entiendo la gravedad de la situación, Valeria. Haré todo lo posible por ayudarte a desaparecer sin dejar rastro. Pero necesitaré algunos días para conseguir los documentos y el dinero que necesitas —dijo, su voz tranquila pero firme.

Asentí, agradecida por su ayuda.

—Gracias, Javier. Te lo agradezco más de lo que puedes imaginar —dije, sintiendo un rayo de esperanza brillar en mi interior.

Él me sonrió con sinceridad.

—No tienes que agradecerme. Estoy aquí para ayudarte. Pero necesitas estar preparada para cualquier eventualidad. Este tipo de operaciones pueden ser peligrosas y requieren extrema cautela —advirtió, su tono serio.

Asentí solemnemente, consciente de los riesgos que implicaba nuestra misión. Pero sabía que no podía permitir que el miedo me detuviera. Tenía que escapar de Alejandro a toda costa, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para lograrlo.

Durante los siguientes días, trabajamos arduamente para preparar mi escape. María y Javier se aseguraron de que tuviera todo lo que necesitaba para empezar de nuevo, desde documentos falsos hasta un lugar seguro donde esconderme.

Finalmente, llegó el día de la ejecución de nuestro plan de escape. Con el corazón acelerado y los nervios a flor de piel, me despedí de María y Javier, agradecida por su ayuda y apoyo incondicional. Sabía que este era el comienzo de una nueva vida para mí, lejos de la oscuridad y el peligro que representaba Alejandro.

Siguiendo las indicaciones de Javier, me dirigí al punto de encuentro designado, donde un vehículo me esperaba para llevarme lejos de la ciudad y de todo lo que conocía. Cada minuto que pasaba, mi determinación se fortalecía, recordándome por qué estaba haciendo esto y lo mucho que necesitaba dejar atrás mi pasado.

Al llegar al punto de encuentro, encontré a un conductor que me esperaba con una expresión seria y profesional. Sin decir una palabra, subí al vehículo y nos dirigimos hacia mi nuevo destino, dejando atrás todo lo que alguna vez había conocido.

El viaje fue largo y lleno de tensión, pero también lleno de esperanza y anticipación por lo que me esperaba al final del camino. Mientras observaba el paisaje pasar por la ventana, me prometí a mí misma que nunca volvería a permitir que alguien me tratara con la crueldad y el control que Alejandro había ejercido sobre mí.

Después de varias horas de viaje, finalmente llegamos a nuestro destino: un pequeño pueblo en las afueras, donde comenzaría mi nueva vida. Con el corazón lleno de esperanza y determinación, me despedí del conductor y me adentré en el desconocido, lista para enfrentar lo que sea que el futuro me deparara.

A medida que caminaba por las calles del pueblo, sentí una sensación de libertad y renovación que nunca antes había experimentado. Sabía que no sería fácil dejar atrás mi pasado, pero también sabía que tenía el coraje y la fortaleza para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en mi camino.

Con cada paso que daba, me sentía más fuerte y más segura de mí misma. Sabía que había tomado la decisión correcta al escapar de Alejandro y buscar una vida mejor para mí misma.

Y aunque el camino hacia la recuperación y la sanación sería largo y difícil, también sabía que no estaría sola. Tenía a María, a Javier y a todas las personas que me habían ayudado a escapar de las garras de Alejandro.

Con el corazón lleno de esperanza y determinación, me adentré en mi nueva vida, lista para enfrentar lo que sea que el futuro me deparara. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que finalmente estaba en control de mi propio destino, y no había nada ni nadie que pudiera detenerme.

The Toxic Boy | El Chico ToxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora