#13 Noche de Pasión🔥

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La noche caía lentamente sobre la ciudad cuando Alejandro llegó a mi apartamento. Habíamos pasado días tratando de reconstruir nuestra relación después de los eventos recientes, y aunque las cosas habían mejorado en cierta medida, todavía había una tensión palpable entre nosotros. Sin embargo, esa noche, parecía que ambos estábamos decididos a dejar atrás nuestras preocupaciones y sumergirnos en el placer del momento.

Alejandro entró en mi apartamento con una mirada intensa en sus ojos, como si estuviera decidido a conquistarme de nuevo. Su presencia llenó la habitación con una energía cargada de deseo y anticipación.

—Valeria —murmuró suavemente, tomando mi rostro entre sus manos y mirándome con intensidad.

—Alejandro  —susurré, sintiendo una oleada de calor recorrer mi cuerpo ante su contacto.

Sin decir una palabra más, nos dejamos llevar por el deseo que había estado ardiendo entre nosotros desde el principio. Sus labios encontraron los míos en un beso apasionado, y su lengua exploró mi boca con urgencia, buscando la complicidad que solo el otro podía ofrecer.

Nuestras manos se movieron con fervor, deslizándose sobre la piel desnuda en un intento desesperado de saciar el hambre que sentíamos el uno por el otro. La ropa se deslizó al suelo en un montón desordenado, dejando al descubierto nuestros cuerpos entrelazados en un baile de deseo y necesidad.

Alejandro me llevó hacia la habitación con pasión desenfrenada, y nos encontramos sobre la cama, envueltos en un torbellino de sensaciones ardientes. Sus manos expertas exploraron cada centímetro de mi piel, encendiendo fuego en su camino y despertando una lujuria que amenazaba con consumirnos por completo.

El deseo ardiente nos envolvió en una nube de placer, y pronto nos perdimos en la vorágine de la pasión desenfrenada. Cada toque, cada beso, cada susurro de placer nos llevó más y más cerca del borde del éxtasis, donde la realidad se desvaneció y solo existía el fuego del deseo.

Pero en medio de la ardiente pasión, comenzaron a surgir sombras de duda en mi mente. Cada vez que Alejandro me tocaba con una intensidad que rozaba lo doloroso, un destello de miedo se encendía en lo más profundo de mi ser. Una parte de mí quería alejarse, protegerse de la intensidad de sus avances, pero otra parte, más oscura y prohibida, anhelaba el peligro y la emoción que solo él podía ofrecer.

Sus manos se volvieron más dominantes, más posesivas, y sentí el peso de su presencia sobre mí, como si estuviera marcando su territorio con cada roce y cada mordisco. Cada embestida era una demostración de su poder sobre mí, una prueba de su dominio sobre mi cuerpo y mi alma.

En medio del placer intoxicante, me encontré luchando con una mezcla de emociones contradictorias. Por un lado, estaba el éxtasis del placer físico, la sensación de estar completamente consumida por la pasión de Alejandro. Pero por otro lado, estaba el miedo, la sensación de estar atrapada en una telaraña de deseo y dominación, incapaz de escapar de su abrazo asfixiante.

A medida que la noche avanzaba y el calor del deseo alcanzaba su punto máximo, me encontré sumergida en un torbellino de emociones turbulentas. Cada movimiento de Alejandro me arrastraba más y más cerca del borde del abismo, donde el placer y el miedo se fusionaban en una danza peligrosa y prohibida.

Y cuando finalmente llegamos juntos al clímax, nos perdimos en la oscuridad del placer, donde el mundo exterior desapareció y solo existíamos el uno para el otro, envueltos en la vorágine del deseo y la pasión desenfrenada.

Pero incluso en el éxtasis del momento, una sensación de inquietud persistía en el fondo de mi mente. Sabía que había cruzado una línea peligrosa esa noche, una línea que amenazaba con consumirme por completo si no tenía cuidado.

Y mientras yacíamos juntos en la oscuridad de la habitación, me di cuenta de que la lucha interna entre el placer y el miedo estaba lejos de terminar. En el mundo turbulento que compartíamos, nunca había certezas, solo la incertidumbre de lo desconocido y la peligrosa atracción que nos mantenía unidos en la oscuridad.

The Toxic Boy | El Chico ToxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora