memoria

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Mientras caminamos los dedos de Shuichi rozaron con mi mano.

—Una boda en luna nueva no es lo que tenía en mente pero...es mejor de lo que yo hubiera planeado.

—¿Llevabas mucho tiempo pensando en ello?— me pregunto.

—¡Por supuesto! Mi madrina de ramo ya sabe lo que quiero...lastima que no podré verla ese día, lo esperaba tanto...

Volvieron a rozarse nuestras manos y pareció que el chico quería tomar la mía.

—Podemos hacer dos fiestas si eso quieres, puedes invitar a quienes quieras.

—Dos fiestas, suena interesante.

Junte nuestras manos y, con naturalidad, se entrelazaron.

Sonrío al sentir su palma encajar tan bien con la mía, es una sensación cálida. Me puse feliz al instante.

Sus manos son calentitas, me gusta la sensación.

—¿Sobreviviras a dos fiestas, Shuichi?

—Eso espero, aunque, si puedo sobrevivir a tí, entonces lo demás es pan comido.

—No soy tan malo.

—Quizás por eso sigo en pie.

Le mire mal, arrugue la nariz e hice un puchero con mis labios.

Me miró con ternura.

—¿Tendré que estar contigo al reinar?

—Naturalmente, pero he hecho esto por mi cuenta por mucho tiempo, no debes preocuparte por nada.

—No me gustaría dejarte toda la carga...asegúrate de enseñarme lo básico de tu reino.

—No es tu área, eres médico.

—Si no puedo ayudarte en eso, me sentiría inútil.

—No lo eres, ayudas a mi pueblo ¿Por qué te sentirías inútil?

Pareció sorprendió de que no lo supiera.

—Seré tu esposo ¿Qué clase de esposo sería si no puedo ayudarte a tí?

Me detuve y le mire sorprendido, sentí unas mariposas por la sola mención de esa palabra.

Mi esposo. Eso significa que ha aceptado serlo.

—Dílo otra vez.

—Me escuchaste— parece que le dió vergüenza.

—Esta bien, espero que aprendas rápido porque es mucho trabajo.

—Cuenta con ello...ya casi llegamos.

Frente a nosotros hay una cabaña grande. Es un restaurante con jardín.

Con razón me pidió vestirme arreglado. Él también viene lindo.

—Este lugar me recuerda a casa.

Hay un lago, un pequeño puente y en el jardín hay algunos animales.

—Jamas había venido aquí, pero tenía muchas ganas de hacerlo...atendí alguna vez a la pequeña del dueño. Cómo no tenían dinero en ese momento, me dijo que era libre de venir cuando yo quisiera y hoy... queria venir contigo.

—¿Es un regalo?

—Puedes tomarlo así, diviértete todo lo que quieras, por eso estamos aquí.

Me dirigí en primera instancia al jardín, huele a tierra húmeda y hay una fuente, se escucha el agua caer tranquilamente.

Shuichi estaba distraído mirando a algún pato y le lancé una burbuja de agua.

Se sorprendió y yo mire a otro lado.

En el agua [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora