problemas

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—Sabia que vendrían— el pescador estaba listo para recibirlos.

Saihara tomo el tridente de Ouma en sus manos, el cual se hizo grande por su devoción para protegerlo.

Dejó el cuerpo de Ouma recostado cuidadosamente sobre el asiento del bote. Lentamente se quedó dormido.

Sus ojos brillan en determinación.

El pescador sacó su arma y sin dudarlo disparó.

La bala rozo el costado del pelinegro quien llamo con rapidez a las olas para alejarlo.

Funcionó, pero es difícil de controlar algo que no sabe cómo funciona. La red hizo que se enredará más su bote.

Entre la niebla es difícil ver el rumbo. Las campanas suenan a su alrededor y el agua advierte que alguien se acerca. 

Apunto el tridente hacia el ruido pero parece que le engaña el mismo océano, pues no logra encontrar al pescador.

Algo duro choco contra el bote y el pelinegro al girarse se encontró con el bote del pescador...vacío.

Tuvo un mal presentimiento y miro a Kokichi.

El pescador está recostado a su lado con un cuchillo sobre su cuello.

El corazón de Shuichi sintió miedo.

—Si dejas el tridente, le dejaré vivir.

El silencio es tan profundo. El mar sigue tambaleando el bote.

El pescador al ver que no accedía, acercó más el filo.

El pelinegro apretó en sus manos el tridente antes de aceptar.

—Muy bien.
Le paso el tridente el cual el pescador tomo.

—Sabes, antes yo creía que estás creaturas eran monstruos, después de todo, ví con mis propios ojos como uno de ellos rapto a mi padre para ahogarlo bajo el mar... Monstruos come humanos...pero resulta que estaba equivocado.

—Dejalo ir, te di el tridente.

El pescador sonrió —No son monstruos, pero sí son asesinos, son como nosotros a fin de cuentas, tambien sueñan y son ambiciosos.

Saco de su bolsillo el pergamino sobre la luna y la promesa.

—Ser rey del mar por un ritual tan simple suena mejor que cualquier recompensa que habría imaginado— Togami le miró con desdén
—demasiado para alguien que sueña despierto— le apunto con el arma.

Shuichi sintió una adrenalina recorrer su cuerpo. Un choque que le recorrió el sistema nervioso provocó que el tridente hiriera al pescador.

El objeto volvió a su mano.

Sorprendido por la conección que tiene con el objeto. Shuichi aprovecho su distracción y lo aparto del tritón.

El hielo que provoca el tridente le quema las manos. El pescador debajo suya con la punta del tridente sobre su pecho, la respiración de Togami es visible ante el frío que se esparce su cuerpo.

—Tienes razón, es demasiado para alguien que sueña despierto como tú— el hielo le congela el cuerpo y los dientes del pescador tiemblan —alguien que cree cuentos aunque ve la realidad no puede tener ni comprender algo tan importante.

Antes de que el pescador se congelará por completo, el tridente se despojo de las manos del azabache.

La adrenalina se disipó de su cuerpo y se remplazo por la extrañeza.

Se giro para ver qué Ouma había despertado, pero hay algo distinto en él. Reclamo el tridente y se paró erguido mirando a ambos con una mirada firme.

En el agua [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora