Desperté después de mediodía.
Baje las escaleras estresado del calor que hace y vi a alguien nuevo.
La dueña de la casa está hablando con el nuevo compañero que será nuestro roomate.
—Este chico es Shuichi Saihara.
Salude apenas despertando, el chico sonrió.
—Yo soy Rantaro Amami, espero que nos llevemos bien.
Es alto, hombros hanchos, debe ser más grande que yo...
Parece agradable, un mochilero que anda de aquí para allá, la piel le huele a bloqueador solar y tiene algunas pecas por estar tantas horas bajo el sol.
—Amami, yo conozco de un lugar que te gustará ¿Vienes conmigo?— en la otra habitación escuche la voz de Akamatsu hablando con el chico nuevo.
Abrí y cerré varias veces mi mano, estuve escribiendo por horas y siento que me está a punto de dar un calambre.
—Claro, le diré a Shuichi que venga con nosotros.
Estaba algo enojado así que me negué, después me arrepentí por dejarlos ir.
Pasaron varios días en los que me sentí aislado y lleno de celos.
Cuando supe que el de ojos verdes se iría por el día entero me llene de valor para decirle como me siento a Akamatsu.
Pero supongo que...
—Shuichi...— la chica rubia me miraba con la cara roja y nerviosa hasta la coronilla, con la piel tan roja al igual que si hubiera dormido bajo el sol, con las pequeñas pecas que apenas resaltan sobre su piel.
El vestido claro que lleva consigo, es tan fresco.
A diferencia de afuera, dentro de la casa, pequeña que apenas caben cinco personas, con ese toque latino y el aroma de las plantas, es tan fresco que en la noche debes abrigarse, con esa delicia llamada "chocolate caliente".
Tomo mis manos, sus dedos suaves acariciaron mis pulgares y me ayudó a levantarme, tomo la cajita negra que sostenía y la cerró.
Con el sonido del click dejándome estupefacto. Era una posibilidad que pasará esto y aúnque pensé mucho en ello es dificil aceptar la realidad.
Dejo cuidadosamente la caja en una de las mesas de madera, sin siquiera haber tomado el anillo y firmemente pensó en que debería decirme. Apretó los puños y se giro hacia mi.
—Yo no quiero casarme.
Un rechazo, tan fuerte como parece me dejó sin habla, ella me mira directamente a los ojos con un poco de tristeza.
Sin embargo, no puedo evitar que mi ánimo decaiga y siento la cara caliente por las emociones que querían explotar en ese momento.
—¿Hay algo malo en mi?— no es lo que quería decir, pero salió esa pregunta de mis labios, esperando algo que me haga sentir mejor. Simplemente quería escuchar algo más antes de irme y lo dije sin pensar.
—No, no Shuichi, eres un chico maravilloso pero yo no te veo de la misma forma— acaricio mis mejillas al ver que agache la mirada.
—Pero yo te amo muchísimo, Kaede... siempre me es difícil tomar un rumbo por mi cuenta, y contigo, parece que agarro fuerza para continuar...verte cada mañana, escuchar tu voz en el altavoz del teléfono, la manera en que te culpas cuando olvidas algo...tu caminar...te quiero tanto.
Me dio un golpesito en la frente
—Rercuerda porque viniste aquí: a estudiar medicina y salvar a millones. Conmigo perderás eso... nuestros ideales son distintos.
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En el agua [Saiouma]
Fanfic《Ambos al poco tiempo de comprender que existen más mundos a parte del suyo, sintieron gran curiosidad por saber más. Pasaron meses intercambiando las cosas más hermosas que conocían y ese dulce sueño tuvo que llegar a su fin como cualquier otro. El...