𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒

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𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑'𝑠 𝑝𝑜𝑣.

Esa noche, luego del juicio, el príncipe Aemond no logró dormir nada. Su mente no paraba de dar vueltas sobre la llegada de su sobrina. Ella era conocida como La Muerte Valyria y La Diosa Valyria, temida de día y deseada de noche, o al menos eso era lo que había escuchado en el pueblo. Pasó el resto de la noche tratando de convencerse de que la odiaba hasta que finalmente se quedó dormido.

Aemond pasó el día entrenando para tratar de liberar su mente hasta que le informaron que habría una cena especial con toda la familia, a pedido del rey. Estuvo un rato preparándose de manera tranquila, hasta que su puerta sonó.

-Pase -dijo él, y su hermano mayor entró.

-¿Estás listo? -dijo Aegon.

-Siempre -contestó Aemond.

Ambos hermanos fueron a la cena, donde estaban todos menos su sobrina y el rey. Tomaron asiento y los menores comenzaron a hablar y reír.

A los minutos, las puertas se abrieron y ella entró, con un vestido negro que tenía detalles de dragones en plata y transparencias en los brazos, con un escote que dejaba ver la curva de sus pechos y un colgante rojo, uno que le había regalado él mismo hace nueve años.

Eso fue algo que lo tomó por sorpresa; luego de nueve largos años, ella aún llevaba la joya que él le había obsequiado.

Daenerys tomó el único asiento libre entre sus dos tíos.

-Menos mal que llegaste, quizás así no sea tan aburrido -le susurró Aegon a ella.

-Creí que las noches de cenas familiares eran lo tuyo -dijo ella sin mirarlo, en susurros.

-Prefiero las noches en tu alcoba.

-No sé de qué hablas -dijo ella.

-La marca en mi cuello no dice lo mismo -terminó diciendo él, ganándose una sonrisa muy pequeña de ella.

Ellos hablaron muy bajito, pero Aemond llegó a escuchar todo. Él se tensó, y mucho.

-El rey Viserys Targaryen, primero con el nombre, rey de los Ándalos, de los Rhoynar y de los Primeros Hombres -anunció un caballero mientras el rey caminaba hacia su asiento. mientras todos estaban parados para recibirlo.

luego de varios minutos donde las cosas estaban tensas el rey se levantó para decir unas palabras, ganándose las miradas de todos.

-tanto alegra mi corazón, como me entristece el ver a estos rostros en la mesa. los rostros para mi mas queridos del mundo pero tan distanciados el uno del otro en años pasados- el hizo una pausa para respirar y quitarse la mascara de la cara. Aemond noto como su sobrina bajaba la mirada disimuladamente mientras se tensaba, pues le recordaba a una escena que vivió en una de las guerras a las que fue con su padre.

-mi rostro ya no es uno atractivo, si es que alguna vez lo fue, pero esta noche quiero que me vean como soy, no solo un rey. Si no su padre, su abuelo, su hermano, su esposo, quien no al parecer caminara con ustedes por mucho. dejemos de tener malos sentimientos en los corazones, la corona no podrá ser fuerte si la casa del dragón permanece dividida, dejen de lado sus diferencias! si no es por el bien de la corono, entonces por darle el gusto a este anciano que los ama a todos profundamente. disfrutemos de la música- el rey volvió a sentarse.

Jace rompió el silencio y se levantó para buscar a su tía, que estaba sentada al otro lado de Aegon. Le extendió la mano y ella la tomó gustosa. Ambos se dirigieron a bailar frente a la mesa.

Aegon giró para ver a su hermano, sin entender o saber cómo reaccionar. Daenerys, al ver sus caras, no pudo evitar reprimir una pequeña sonrisa.

-¿Qué es lo que le da risa, princesa? -preguntó Aegon.

-Sus caras, tío -respondió ella, sin borrar esa pequeña sonrisa.

Mientras hablaban, Aemond notó la gran cicatriz en la muñeca de su sobrina. Esa cicatriz que los unía a pesar de todo. Se quedó con la vista fija en ella, hasta que Daenerys se dio cuenta y lo miró sin que él lo notara.

Cuando él se percató, fijó su mirada en sus ojos, esos ojos que aparecían en sus sueños como un recordatorio cruel de su ausencia. No querían verse, no querían prestarse atención, pero eran magnéticos.

Aemond estaba hipnotizado, al igual que ella, pero su hermano interrumpió, haciendo que ella apartara la mirada.

-¿Vino? -dijo Aegon, interrumpiendo.

-¿Qué? -preguntó ella, distraída, pues su mente estaba en otro lugar, o mejor dicho, en otra persona.

-¿Quieres vino? -repitió Aegon, mirándola con paciencia.

-Sí, gracias -respondió ella, soltando un pequeño suspiro.

Él le sirvió vino y le pasó la copa. Ella dio un sorbo, dejando que el líquido calmara sus pensamientos dispersos.

Mientras todos hablaban y se divertían, el personal trajo un cerdo a la mesa y lo colocó frente a Aemond. Daenerys notó cómo Luke, desde la otra punta de la mesa, se reía burlonamente. Aemond se levantó de su silla, golpeando la mesa con fuerza y captando la atención de todos.

-Un tributo final, por la salud de mis sobrinos. Jace, Luke y Joffrey: atractivos, sabios y, como su padre, fuertes -dijo, alzando su copa.

-Aemond -intervino Alicent, mirándolo con preocupación.

-Vamos, vaciemos nuestras copas por los tres jóvenes fuertes.

-Te reto a que lo digas otra vez -dijo Jace, aún de pie.

Daenerys observaba en silencio.

-¿Por qué? Solo fue un cumplido. ¿No te consideras fuerte? -preguntó Aemond, acercándose a su sobrino, quien le pegó un fuerte golpe en la cara.

Luke se levantó para correr hacia su hermano, pero Aegon lo agarró por la nuca y le golpeó la cabeza contra la mesa, reteniéndolo. El resto se levantó alarmado. Daenerys se puso de pie y, de un movimiento, alejó a Aegon de su hermano. Aemond empujó a Jace y se volvió para dejar su copa.

Alicent corrió hacia su hijo menor y lo tomó del brazo.

-¿Cómo te atreves a decir eso con estas personas aquí?

Los guardias sujetaron a los dos menores que trataban de alcanzar a sus tíos, enfurecidos.

-Yo solo expresaba lo orgulloso que estoy de esta familia, madre, pero parece que mis sobrinos no están orgullosos de la suya -respondió Aemond.

Jace logró zafarse y trató de ir hacia Aemond, pero Daemond lo detuvo.

-Espera, espera -dijo, parándose frente a su sobrino con una mirada desafiante.

Aemond lo miró seriamente y, después de unos segundos, se dirigió a su alcoba.

Después de esa caótica cena, Rhaenyra decidió regresar a Dragonstone con su familia. Sin embargo, Daenerys se quedó en King's Landing por mandato del Rey.

𝐿𝑒𝑡 𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 𝐵𝑢𝑟𝑛 (𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑 𝑇𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora