𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑑𝑜𝑐𝑒

78 6 0
                                    

El rey se encontraba viendo como su nieta entrenaba con Daemond. La veía preocupado, pues era obvio que ella no estaba bien, ya que esa mañana tuvo una fuerte discusión con Daemon, pero jamás lo demostró.

A los minutos sus hijos llegaron a su lado y la vieron también.

-Nunca para, Parece una máquina- dijo Aegon viéndola luchar con una fuerza y habilidad sobrenatural.

-Lo es- dijo el rey en un tono suave pero preocupado.

-A qué te refieres padre ?- pregunto el mayor

-Daemond la entreno desde pequeña para ser una máquina, mientras ellos estaban acá yo lo controlaba y la cuidaba. Pero cuando se fueron, el permitió que su miedo a perderla tome el control, así que la crio y entreno para que sea una maquina...un arma. A la cual no se le permite parar, ni bajar la guardia, ni descansar, ni sentir, ni se le permite cometer errores- dijo el rey viéndola luchar.

-Eso es todo lo que tienes princesa ?- dijo Daemond provocándola mientras peleaban.

ella estaba desquitando todo su dolor en el entrenamiento, pegándole a su contrincante, quien también le daba pelea. Pero al oír eso, su mente se desconecto, ella empezó a ser controlada por el dolor, sin piedad alguna.

-Esfuérzate más- le dijo Daemond mientras luchaban.

Aemond escuchaba las palabras de su padre y sentía una punzada en el corazón. ella no era asi, ella era la niña mas dulce de los siete reinos. su sonrisa iluminaba toda la capital, y su risa era como un canto angelical para el. sus ojos morados, siempre brillaban, y amaba saber que cuando ella lo miraba, brillaban aun mas.

El vio como el su tio le pegó una patada justo en la herida que el había cocido la noche anterior, Aemond se pego a la baranda del palco con preocupación por instinto, cosa que su padre, el rey, noto.

Ella al sentir ese golpe sintió que su respiración se cortó del dolor, cayó de rodillas y aprovecho para derribar a su contrincante desde el suelo.

Ella estaba sangrando mucho, y lo sabía, pero para sorpresa de su tío, no se detuvo.

Siguió luchando hasta que logro tirar la espada de su padre lejos y puso la punta de la suya en el cuello de el, que se encontraba en el suelo.

-Bien hecho- dijo el en el suelo, la miraba con una pequeña sonrisa de orgullo, pero no se dió cuenta de lo que había creado.

Ella lo miraba con ira, dolor, sus ojos estaban cristalizados, su rostro tenía restos de tierra y de su nariz caía sangre.

Ella estaba fuera de si, era controlada por el dolor.

-Princesa eso es todo- ser Harwin se acercó a ella y la tomo de los brazos para alejarla. El la conocía a la perfección pues siempre fue su escolta.

Su padre se levantó y camino a unos metros para dejar su espada.

-Entrene conmigo ser- dijo ella agitada.

-Creo que es suficiente por hoy-

-No, nunca es suficiente- Ser Harwin, podria jurar que vio a Daemond en su expresion. eso lo asusto.

-No creo que deba-

-Lo demandó como futura reina- dijo ella viendolo.

El se limitó a asentir y se puso en posición para empezar a luchar.

-Seguirá ?!- dijo Aegon asustado viendo a su sobrina.

-Lo va a matar- dijo Aemond más que preocupado, el corrió por la escaleras para llegar a ella, que no paraba de perder sangre.

Daenerys luchaba fuerte con ser Harwin, quien trataba de no defenderse mucho para no lastimarla, pero ella sabia los puntos débiles del resto, y si no se defendía, lo mataría.

-Ser Harwin es todo por hoy- dijo Aemond serio.

-No, estás bajo mi mando y yo digo que no pares- dijo ella sin ver a su tío.

-Ser Harwin, son órdenes del rey-

El quería parar pero ella no lo hacía.

Aemond empujó a ser Harwin lejos y la espada de ella termino en el cuello de su tío, unas gotas de sangre bajaron por el, pues le había hecho un pequeño corte.

El la miro a los ojos tratando de calmarla. Mientras que ella lo miro con dolor, enojo, sus ojos reflejaban lo rota que estaba por dentro, sus ojos seguían llorosos pero jamás largo una lágrima, sangraba aún más que antes.

Pero ella no iba a seguir, no iba atacar...no a el.

-Ataca- dijo ella en un tono casi quebrado.

-No lo haré- dijo el suave.

-No, Hazlo, golpéame-

-Cariño ya está- dijo el casi en un susurro, algo que solo ella escucho.

Ella bajo la espada al oír eso y se apoyo en esta, usándola de bastón. Su herida dolía enserio. 

𝐿𝑒𝑡 𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 𝐵𝑢𝑟𝑛 (𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑 𝑇𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora