𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑑𝑖𝑒𝑠𝑖𝑠𝑒𝑖𝑠

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Daenerys se encontraba en la sala real, un lugar que había sido usado por el rey Viserys antes de que su salud se deteriorara. Ahora, la sala permanecía vacía, y ella solía ir a la alcoba de su abuelo, el rey, todos los días. Desde su cama, él le impartía las lecciones necesarias para que algún día pudiera convertirse en reina. 

Esa mañana, le había encomendado que leyera un libro sobre Aegon el Conquistador. Así que, allí estaba ella, buscando el libro en la sala real, hasta que escuchó la puerta abrirse.

—¿Qué haces? —preguntó Aegon, entrando con el ceño fruncido.

—Busco un libro. ¿Y tú? —preguntó ella, intrigada.

—Escapo —respondió él con resignación, mientras servía dos copas de vino.

—¿De quién? —inquirió ella, levantándose con el libro en la mano para mirarlo.

—De todos, menos de ti. Eres la única que no me trata como a un maldito idiota —dijo, frustrado, mientras daba un largo trago de vino y se sentaba en la mesa. Daenerys imitó sus acciones.

—¿Qué sucedió?

—No le importo a nadie. No me escuchan, no me miran, no me respetan. Hacen como si no existiera. Ni mi maldita madre me quiere —su voz y su expresión reflejaban más frustración y tristeza que enojo.

—¿Alguna vez has intentado ser tú mismo? —preguntó ella en un tono suave, observando a su tío.

—Soy yo mismo.

—No, no lo eres. Insistes en esconderte detrás de una fachada mediocre. Pensaste que si te veían bebiendo, rodeado de mujeres y montando tu enorme dragón, te respetarían, pero no fue así, ¿verdad? Los tratos que tu propia familia te dio te lastimaron mucho. Así que te escondes detrás de una máscara para evitar que eso vuelva a suceder —hablaba suavemente, como si comprendiera lo que él sentía, porque ella también había pasado por lo mismo.

Aegon la miraba con los ojos vidriosos, pero aún no soltaba las lágrimas. 

Su sobrina había acertado en cada palabra.

—Te conozco, Aegon. Sé cómo eres realmente. Sé que eres bueno, que tienes buenas intenciones para el reino y tu familia, y que eres más inteligente de lo que crees.

—No sé ni hablar Valyrio, nuestra lengua materna —lo interrumpió él.

—Eres lo suficientemente inteligente como para dominarlo a la perfección, si así lo deseas.

—¿Y cómo? Seré una burla para todos si hablo con los maestres.

—Yo te enseñaré todo lo necesario. Tú estuviste para mí en momentos muy difíciles, cuando nadie más lo hizo. Déjame devolverte el favor —ella le sonrió, y el sintió que se quebraba al ver cómo su sobrina era la única que siempre había estado realmente a su lado, la única que no lo trataba como un inútil, la única que se quedaba a apoyarlo cuando su madre lo abandonaba en varias ocasiones.

Aegon se levantó y la abrazó con fuerza, dejando que sus lágrimas cayeran en el hombro de ella. Daenerys correspondió el abrazo con igual intensidad, brindándole el consuelo que tanto necesitaba.

Así pasaron varios días. Por la mañana, Daenerys recibía lecciones de su abuelo en su alcoba y entrenaba con los soldados. Al mediodía asistía al consejo real. Por las tardes, entrenaba a Aegon en un jardín más privado para su comodidad y le daba lecciones de Valyrio. Por las noches, pasaba tiempo con Aemond, ya fuera teniendo relaciones, conversando sobre cualquier cosa o simplemente durmiendo abrazados.

Sin embargo, Aemond no estaba completamente bien. Sabía de las lecciones que Daenerys le daba a su hermano y estaba consciente de que, en apariencia, solo se trataba de entrenamientos. Su princesa jamás sería capaz de engañarlo con alguien más, y menos con su hermano.
Aemond confiaba en ella, pero no en Aegon, a quien veía como un simple borracho.

Durante esos días, Aemond nunca expresó sus incomodidades a Daenerys. Simplemente continuó con su vida, uniendo sus cuerpos cada noche como si estuviera bien. 

Sin embargo, cada mañana le llevaba té de hierbas para evitar un embarazo, pues su relación aún era un secreto.
No podían tener un hijo todavía, ya que su relación no estaba formalizada y lo que hacían estaba prohibido.








𝐿𝑒𝑡 𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 𝐵𝑢𝑟𝑛 (𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑 𝑇𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora