𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑜𝑐ℎ𝑜

101 8 0
                                    

Daenerys se encontraba en su alcoba, sentada en una silla en su balcón, contemplando el cielo estrellado. Era algo que hacía todas las noches; la paz, las estrellas y la hermosa brisa de verano en la capital eran algo que amaba y que la relajaba profundamente.

Pero su paz no duró mucho, ya que Aegon llegó a su cuarto por el pasadizo secreto.

-Me alegra que te hayas quedado, sobrina.

-Órdenes del rey, Eg.

-¿Qué haces?

-Miro el cielo, las estrellas -dijo ella en un tono suave.

-Ah, tengo una propuesta mucho más divertida, mi hermosa sobrina -dijo él, parándose frente a ella.

-¿Qué?

-Vamos a festejar tu estadía aquí, a la calle de seda.

-Vives ahí, ¿cierto? -preguntó ella, sin ganas de ir.

-solo en ocasiones especiales como esta, vamos será divertido. yo pago-

-no hare nada Aegon-

-como quieras solo vamos-

-agh- ella se levanto y se puso su capa. mientras su tío sonreía viéndola.

-esa es mi sobrina-

-como digas-

ambos fueron por los pasadizos hacia la calle de seda de forma sigilosa. se sentaron juntos en una mesa y ordenaron cerveza y vino.

todos a su alrededor estaban desnudos y semi desnudos. las mujeres se paseaban por todos lados seduciendo a los hombres. Aegon se tomo el tiempo de mirar y analizar a cada una, para ver con cual iniciaba. mientras que su sobrian solo tomaba vino, con la cabeza quien sabe donde, o quien sabe en quien.

-y bien, por donde quieres empezar?- dijo el mientras tomaba y veía a las mujeres que se paseaban por ahí.

-solo voy a tomar- dijo ella tomando vino, con la capa cubriéndola.

luego de un rato hablando Aegon ya estaba mas que ebrio, había dejado a su sobrina sola para ir con una mujer y cada tanto volvía para pedirle dinero, así poder pagarles a las mujeres con las que estaba, pues ella era la única cuerda de los dos, así que evitaba que le roben y demás.

ella se dedico a beber mientras su tío se divertía con cualquier mujer que pasaba por ahí. cada tanto observaba en lugar pero por alguna razón esos lugares, esas personas o la situación no le generaba nada. ningún tipo de sentimiento o deseo. nadie le parecía lo suficientemente atractivo como para despertar algo en ella.

Las horas pasaban y ella seguía allí sola. Aunque estaba ebria, no lo estaba tanto como su tío. Aegon ya no podía mantenerse de pie ni mantener los ojos abiertos.

-Ya es suficiente por hoy -dijo ella, pasando el brazo de él por su nuca para ayudarlo a caminar.

-Mmm, no, un ratito más, hermosa -murmuró él, arrastrando las palabras.

-No, vamos -insistió ella.

Empezaron a caminar de regreso al palacio. Después de varios minutos, llegaron por los pasadizos al cuarto de Aegon. Ella lo dejó caer en su cama, ya dormido.

Daenerys le quito los zapatos y la capa para dejarlo durmiendo. ella fue a los pasadizos para ir a su alcoba pero al abrir y entrar vio que no eran sus cosas, esa no era su habitación.

Era la de Aemond.

Su embriaguez la llevó a confundir las puertas y al entrar en silencio en la habitación, se encontró con su tío dormido.

Él reposaba de lado, su perfil bañado por la luz de la luna que se filtraba por el balcón, creaba una imagen celestial.

Hipnotizada, observó cómo su respiración tranquila movía su pecho fuerte y marcado, y un deseo ardiente se encendió en su interior. Ella mataría por estar en sus brazos en ese momento.

Pero el recuerdo de que no eran nada le cayo como balde de agua fría. ellos no eran nada y no estaban ni cerca de serlo. Con el corazón roto, decidió retirarse a su habitación y tratar de conciliar el sueño.

𝐿𝑒𝑡 𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑟𝑙𝑑 𝐵𝑢𝑟𝑛 (𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑 𝑇𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora