-Angie...Angie...-Empecé a escuchar como una voz me llamaba suavemente, mientras, alguien tocaba levemente mi hombro.
-Despierta, ya llegamos... -Continuó hablándome aquella dulce voz. Comencé a abrir los ojos lentamente, mientras intentaba acostumbrarme a la luz. En cuanto terminé de despertar vi que la persona que me llamaba era Dany.
-¿Ya llegamos? -Pregunté y ella asintió.
-Sí, llegamos hace un rato. -Respondió suavemente. -Te dormiste como una hora. -Comentó. No supe en qué momento me dormí, ni siquiera me sentía cansada.
-¿Y los demás? -Cuestioné al notar que aparentemente éramos las únicas en el auto. ¿Tanto me había tardado en despertar?
-Ya están adentro, están guardando las cosas. -Aclaro Dany, viéndome cálidamente. -Ven, deberíamos de hacerlo también. -Dijo mientras salía del auto. Yo la seguí hasta la cajuela y empezamos a sacar nuestras cosas.
-Lo hiciste genial. -Comento alegremente Dany, yo la mire con confusión sin saber a qué se refería. -Con lo de mis padres y eso. Te dije que no había nada que temer. - Sonrió mientras tomaba una mochila color amarillo.
-Todo fue gracias a ti. -Le agradecí -Me hiciste sentir bienvenida y segura desde el principio. - Añadí, sintiendo la mirada de Dany sobre mí.
Ella se acercó rápidamente y me dio un fuerte abrazo. -No tienes que agradecerme, significa mucho para mí que hayas venido. - Dijo con tanta sinceridad, qué pensé que moriría de ternura.
Ya con nuestras cosas en mano, caminamos juntas hacia la cabaña; esta era de dos pisos y estaba rodeada de árboles, es un lugar muy bonito.
Entramos por la puerta principal y de inmediato pude sentir la calidez del lugar; los muebles lucían viejos, pero estaban en buen estado, la luz cálida que alumbraba todo el lugar le daba el toqué hogareño perfecto.
En cuanto la señora nos vio Mónica se acercó a nosotras.
-Vayan dejando sus cosas arriba, en un rato más empezaremos con la carne. -Dijo la señora Mónica. Dany y yo asentimos. -Vayan al cuarto donde están Ale y Pau, ahí dormirán ustedes también.
-Claro, pero antes voy a meter algunas cosas en el refri. No quiero que se echen a perder. - Dije y ella asintió.
-Ahorita te alcanzo, Dany, tú ve acomodando tus cosas.
Con eso, caminé hacía la cocina que también era el comedor; esta era pequeña, pero tenía todo lo necesario: Microondas, estufa, una mesa con sus respectivas sillas, etc.
Comencé a guardar en el refrigerador la comida que lo necesitaba. Sonreía ligeramente, consciente de que la madre de Dany me estaba observando. Si tengo suerte, tal vez piense que soy alguien responsable.
-Veo que trajiste muchas cosas. -Comentó la señora Mónica con una sonrisa amable mientras se acercaba.
-Sí, no quería venir con las manos vacías. -Respondí, devolviéndole la sonrisa. -Además, Dany me dijo que iban a asar carne, así que traje algunas cosas para compartir.
-Es muy considerado de tu parte, Angie. -Dijo ella, asintiendo con aprobación. -Mi hija siempre habla bien de ti, y ahora entiendo por qué.
Sentí como la sangre viajaba hasta mis mejillas, haciendo que me pusiera roja. Ya era costumbre sonrojarme cómo tonta cada que la mencionaban.
-Gracias señora Mónica, es un placer estar aquí con ustedes.
-El placer es nuestro, querida. - Afirmó ella. -Me puedes llamar Moni, no es necesario tanta formalidad. - Dijo y yo asentí.
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𝐴𝑚𝑜𝑟 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐸𝑛𝑠𝑒𝑛̃𝑎𝑛𝑧𝑎 / 𝐷𝑎𝑛𝑖𝑒𝑙𝑎 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑟𝑟𝑒𝑎𝑙
Fiksi PenggemarOye...¿Me enseñarias a tocar la guitarra?¿Serias mi maestra?-Murmure. Apenada, busque su mirada atraves del espejo. -Sí, si quiero. -Respondió, Daniela. Sus ojos brillaban mientras sonreía ampliamente. Ninguna de las dos sabían que este sería el com...