𝐴𝑚𝑜𝑟 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐸𝑛𝑠𝑒𝑛̃𝑎𝑛𝑧𝑎 / 𝐷𝑎𝑛𝑖𝑒𝑙𝑎 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑟𝑟𝑒𝑎𝑙

11. 𝑹𝒊𝒔𝒂𝒔 𝒚 𝒍𝒍𝒖𝒗𝒊𝒂

𝑫𝒂𝒏𝒚'𝒔 𝒑𝒐𝒗.

Ya había pasado mas de mes desde que le pedí ser mi novia a Angie. Las cosas entre nosotras no podían estar mejor; Sigo dándole clases, aunque más que simples clases son excusas para pasar tiempo juntas. Nos encontrábamos en el parque y en algunas ocasiones en la casa de alguna de las dos, para después perdernos en nuestras largas y profundas conversaciones. También tenemos citas ocasionales, donde exploramos lugares nuevos, probamos experiencias nuevas, y claro, disfrutamos del tiempo juntas.

Nuestras citas eran sencillas, pues no tengo demasiado tiempo disponible, pero eso no quita el hecho de que fueran muy especiales. Hasta la cita más simple, como aquellas en las que cocinamos juntas en su casa mientras escuchamos música, hace que pueda olvidar mis pendientes y me hace sentir más conectada a ella.

Hoy nos encontrábamos en una de nuestras citas, estábamos en el parque, bajo la sombra del frondoso árbol qué conocíamos a la perfección. Extendimos una manta sobre el césped mientras dejamos nuestras cosas en sobre la manta para después sentarnos.

Tomé la bolsa que traia. —Traje fruta picada quieres, linda? — Le ofrecí, sacando un tupper de mi bolsa.

—Claro ¿Qué trajiste? —Preguntó.

—Traje un poco de todo ¡Toma lo que quieras! —Con eso le pasé un tenedor y dejé el tupper entre nosotras.

Comenzamos a comer la fruta, mientras hablábamos alegremente. Escucharla hablar es algo casi terapéutico para mi.

—Solo me falta un semestre para acabar mi carrera. Después de tanto sufrimiento, me libraré de eso. —Dijo Angie con una sonrisa de alivio. —Ya no aguanto a los viejos esos que se hacen llamar maestros. — Reí ante su comentario.

—¡Me alegro! No me imagino por todo lo que has pasado para lograrlo. — Respondí. — Todo tu esfuerzo valdrá la pena, lo sé.

—Eso espero, no me gustaría decepcionar a mi padre. —Mencionó, tomando un trozo de melón. —Aún no estoy muy segura de qué pasará con todo lo del negocio. ¿Y si no puedo con eso?

Me acerqué un poco más a ella, queriendo ofrecerle apoyo. —Seguro que lo harás bien, tu padre y yo te estaremos apoyando. Ádemas, Eres increíble en todo lo que haces, y todos lo sabemos. 

—Gracias, Dany. Significas mucho para mí. — Angie me sonrió, haciéndome sentir alegré de tenerla a mi lado.

Me acerqué mas a ella y tomé su mano suavemente. —Tu también eres importante para mí. Estamos juntas en esto, recuerdalo. —Ella apretó levemente mi mano.

Seguimos hablando mientras Angie comía algunas frutas que había traído. Yo solo disfrutaba cada momento de nuestra conversación.

—¿No quieres probar algo? —Preguntó Angie al notar que solo ella estaba comiendo.

—No, gracias, linda. Prefiero guardar mi apetito para él plato principal. —Respondí con una sonrisa, negando suavemente con la cabeza.

—Vamos, prueba un poco. Tú fuiste quien trajo estas delicias, deberías darles una oportunidad. —Insistió con una sonrisa traviesa. —Ábre la boca, Dany. —Añadió en broma, haciendo la voz más grave de lo normal, lo que me hizo reír. Acepté su juego y abrí la boca mientras ella colocaba un trocito de sandía.

Saboreé el bocado mientras masticaba, disfrutando del sabor refrescante. —Está realmente buena. Tal vez debería reconsiderar mi estrategia de ahorro de espacio. —Bromeé, provocando risas en ambas.

Después de eso, nos acabamos la fruta que traje y comimos unas empanadas de pollo que habíamos comprado antes, disfrutábamos de los intensos sabores, mientras intercambiabamos algunas palabras. El silencio era cómodo, solo ella y yo bajo las grandes ramas del arbol.