4. 𝑳𝒂 𝒄𝒍𝒂𝒔𝒆.

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𝐃𝐚𝐧𝐲'𝐬 𝐩𝐨𝐯                                                                         

Al llegar a casa, me sentía cansada después de a ver manejado tanto, así que en cuánto entre a casa me dirigí al sillón y me deje caer sobre éste. Ya en esa posición, empezé a repazar en mi cabeza toda la conversacion que tuvimos Angie y yo. Si dijiera que no me emocionaba el hecho de enseñarle a tocar, estaría mintiendo. 

Me sentía emocionada por compartir mi gustó por la música y mis conocimientos con alguien qué no fueran mis hermanas. A su vez, me sentía halagada por qué ella quisiera que yo le enseñará; eso significaba que, aunque somos casi desconocidas, ella confía en que yo le podré ayudar a aprender a tocar.

Seguía sumida en mis pensamientos, hasta qué la voz de Pau gritando mí nombré logró regresarme a la realidad.

—¡Mandé! —Grite, pues estábamos en diferentes lugares y quería que me escuchará.

—!Dice mamá qué vengas a cenar! —Grito, desde la cocina. No dije nada, solo solté un suspiro y me levanté pesadamente.

 Llegué a la cocina y yá todos estaban acabando de cenar. Era la última en llegar. Fije mí mirada en Paulina según lo que recordaba; dijo qué se sentía mal, pero ahora se veía perfectamente bien.

—¿Tu no te estabas muriendo?— Pregunte, sentandome en mi silla aun viendo a mi hermana.

—Yá me sentí mejor. No me duró mucho el maréo. — Respondió con simpleza, mientras tomaba otra cucharada del caldo en su plató. Todos la miramos algo extrañados.

—Ora, te curaste asi nomás, por obra del señor. —Chasquee la lengua incledula. Ella asintió.

—Fue un milagro navideño.— Dijo, mirando el techo mientras alzaba sus manos en el aire.

—Si sabés qué estamos a febrero ¿Verdad? —Se metió mi otra hermana a la discusión. Nuestros padres solo sé miraban entré ellos con una mirada que decía "¿Qué hicimos mal pará merecer esto?".

—Eso solo lo hace mejor.—Respondio, Paulina mientras terminaba su plato.

—Bueno ya. Estas mejor y ese es el punto.—Dije, antes de que Alejandra pudiera responder, evitando lo que pudo aver sido una guerra con mis hermanas.

—Sí, eso. Pero bueno ¿Como te fue dejando a Angie a su casa?—Me pregunto Alejandra.

—¿La hija de Marco?—Cuestiono, mi padre antes de que pudiera responder. Paulina afirmo. Todos me miraron esperando mi respuesta, me senti presionada por responder.

—Todo bien. Vive medio lejos, pero estuvimos platicando, el tiempo paso rapido.—Ellos no apartaron la mirada de mi, parecia que esperaban que dijiera algo mas. Tomé un poco de la limonada en mi vaso, evitando sus miradas.

—Talves la vuelva a ver mañana.— Era un hecho, mañana la veria. Solo faltaba establecer el lugar y la hora. Lo que dije, solo hizo que sus miradas sobre mi se volviera mas insistentes. "Todos son unos chismosos aqui" pense.

—Pooor?— Interrogo, mi hermana la medio metro con una ceja ligeramente levantada."¿Porque tuve que abrir la boca? Eres una tonta Daniela" me queje internamente.

—La enseñaré a tocar la guitarra —confesé, intentando no darles demasiada información. Conozco perfectamente a mis hermanas; sabía que Paulina no pararía hasta saber todo lo que quería. Si hablaba de más, terminaría teniendo que contarle minuto a minuto lo que hablé con Angie, y eso sería agotador. Afortunadamente para mí, la pequeña confesión que hice los dejó satisfechos, así que siguieron comiendo mientras hablaban de otra cosa.

𝐴𝑚𝑜𝑟 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐸𝑛𝑠𝑒𝑛̃𝑎𝑛𝑧𝑎 / 𝐷𝑎𝑛𝑖𝑒𝑙𝑎 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑟𝑟𝑒𝑎𝑙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora