Existía una regla de vida. Los cachorros que no tenían un futuro de salud, debían ser abandonados para ser llevados por su muerte.
Para el clan Had, esa regla siempre se respetaba, los omegas no tenían la posición de alimentar a un cachorro que solo sería un desperdicio.
Los guardianes y fundadores del clan Had, no intervenían en esas reglas. Eran Alfas, no tenían empatia por cachorros que no fueran de su reino y puros de sangre, nacidos de Alfas.
Cada Alfa de sangre pura debía formar su familia con otra Alfa de sangre pura, combirtiendolos en los Alfas más fuertes de toda la región y clanes.
Cada Clan de Alfas, debía cuidar a su pueblo de omegas. A pesar de su debilidad, los omegas eran un tanto valiosos, pero no se les trababa de una manera más especial, simplemente recibían protección y visitas.
Los omegas tenían prohibido subir al reino de los Alfas, solo podían verlo desde abajo. Todo esto se respetaba y se hacía en cada clan.
Pero, en un nacimiento, las cosas empezaron cambiar.
Por fin llegó esta historia. Ya solo tengo que escribir dos casi tres capítulos y ya acabo la historia, así que puedo empezar a publicar. Espero que disfruten esta historia.
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