☆Gαყ☆

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─ No quiero un solo ruido en este lugar. ─ La Madre Guía ordenó mientras caminaban. ─ En este momento, la madre y la hija están en totalmente contacto espiritual, necesito paz en este lugar.

─ Sí, Madre. ─ Tres alfas que le ayudaban con la labor de parto, respondieron en voz baja.

Vanu se encontraba en una habitación especial dentro de lo privado del reino. En ese mismo lugar, Harry, su primogénito, había llegado. Ahora era tiempo de Zag para nacer, en un ocho de Agosto.

─ Todo el reino está reunido, Majestad.

Harry miró a Jesfe, él estaba sentado mientras Jesfe estaba en la ventana que mostraba todo el jardín interior. Ahí donde se reunían todos los alfas del reino para las noticias importantes.

─ Les hará muy felices su llegada.

Jesfe lo miró al escuchar ese tono tranquilo. ─ ¿El rey está emocionado?

─ Sí, lo está. Mi madre lo dejó encerrado en su habitación. ─ Sonrió alegre. ─ Dijo que no quería un desastre como en mi nacimiento.

─ ¿Usted está emocionado, Majestad?

─ Lo estoy... solo me angustia lo que puede pasar en su vida. Empezando los cinco años, puede... que tenga la misma vida que yo.

Jesfe se acercó a él y preguntó con comprensión.
─ ¿Cree qué sería malo para ella?

Harry susurró, subiendo su tobillo a su pierna izquierda. ─ Puedo hacer algo. ─ Acomodó la tela de su vestimenta entre sus piernas. ─ Pero necesito tener a una alfa a mi lado para eso.

Jesfe abrió sus labios, tratando de decir algo. Su alfa y él sentir una presión en su pecho al pensar en Harry comprometido con una princesa. ─ ¿Eso... a usted le gustaría elegir ya a una princesa?

Con total tranquilidad Harry, acarició su mandíbula mientras hablaba. ─ Sí. Teniendo una prometida, las cosas van a estar más sobre mí, las reglas podrán llevar el camino que yo decida.

─ ¿No cree qué sería una decisión un poco precipitada?

─ Totalmente. Pero es lo único que puedo hacer para mantener a mi hermana tranquila.

─ Tiene razón, Majestad. Siendo los próximos reyes del único reino que tiene contacto con los dioses, todos desearán tener a uno de sus hijos comprometidos con este reino.

─ Así es Jesfe. No quiero que hablan de mi hermana como lo hacen conmigo.

─ Disculpe mi opinión, Majestad... pero...

Harry lo miró tranquilo. Jesfe sentía temblar y rogar por tener esos divinos ojos mirándolo siempre, con algo más que calma, con algo que pudiera sentir más intimo y único.

─ Dime, Jesfe, no te quedes callado.

─ Oh, sí. Lo siento Majestad. Yo... solo pienso que no sería totalmente posible cubrir a la princesa de todos los desafíos de su vida. ─ Bajó su cabeza. ─ Sé que usted sería capaz, Majestad, pero... solo pienso que...

─ Está bien, Jesfe. Entiendo tu punto. ─ Harry asintió. ─ No la pienso mantener en un manto, solo no es lo que quiero para ella. Si yo tuviera un hermano mayor, me gustaría que hiciera lo que está en su mano para ayudarme, yo haré eso por ella.

─ Lo siento por lo de antes, Majestad.

─ No tienes porque, entiendo tu punto de vista. Incluso tienes razón. ─ Harry asintió. ─ Me ayudas a ver lo que puedo hacer y lo que no.

─ Yo prometo ayudarlo en lo que necesite para con la princesa y para cada persona que sea importante para usted, Majestad.

─ Gracias Jesfe.

Harry tomó los papeles donde estaban escritos los nombres de las princesas.

Jesfe a su lado, miraba con impotencia como tomaba la pluma y la tinta, dirigiendo su mano a cualquier lugar, casi dejando que la gravedad eligiera el nombre de su futura esposa. Retenía su aroma, retenía sus palabras mientras su corazón sufría.

─ Listo. ─ Harry dejó la pluma, mirando la decisión que ya había tomado. ─ El libro de nuestro reino dice que en cuanto los herederos cumplan cinco años, pueden empezar su emparejamiento. Si llegan príncipes a conocer a mi hermana, todos los reinos hablaran de eso.

─ Sí Majestad.

─ También dice que el primer heredero, teniendo a una esposa, puede ejercer más poder. Casi igual que el de los reyes. Por eso necesito a alguien ya.

Jesfe preguntó mirando el suelo. ─ ¿Y qué será su mandato?

─ Que ningún reino puede ofrecer a un candidato para matrimonio con la princesa, hasta que ella lo decida. Si mis padres quieren obligarla, entonces será hasta que yo lo decida. Ella me dirá cuando se sienta cómoda para tener un alfa.

─ Eso suena bien, Majestad. Es una buena protección para ella. Seguramente le encantará tenerlo como hermano.

─ Gracias Jesfe.

─ ¿Majestad?

─ Sí, Jesfe.

Con respecto se acercó un poco. ─ ¿Puedo saber cuál fue su decisión? Respecto a las princesas.

Harry tomó el papel y se lo dio. ─ Por supuesto.

─ Gracias Majestad. ─ Tratando de ocultar ese temblor en su mano, lo tomó. Su corazón sentía quebrarse y sus ojos arder al leer ese nombre.

Dalilah.

Tu'ub ~𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒~ 𝐿𝒮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora