Escena VIII: Matanza

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Escena VIII: Matanza: 
Abrí los ojos y estaba solo, mis amigos se fueron muy rápido, pero a donde pudieron haber ido, mierda, siento un ardor en mi estomago… Luego al verme tenía un machete atravesando mi estómago, no lo puedo creer, me duele much...

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Escena VIII: Matanza:
Abrí los ojos y estaba solo, mis amigos se fueron muy rápido, pero a donde pudieron haber ido, mierda, siento un ardor en mi estomago… Luego al verme tenía un machete atravesando mi estómago, no lo puedo creer, me duele muchísimo, e intento quitarlo, pero no puedo, me duele muchísimo, esta clavada a la pared, es raro que no haya sentido nada de lo que paso, y al frente mío vi a mi padre, estaba de pie al lado de Executioner, me iba a levantar, pero empecé a gritar, ellos me voltearon a ver, Executioner mató a mi padre, y corrió hacía a mi y…
• ¡David!¡Despierta! – Me dijo Ashley
• ¿Qué? – Dije yo confundido, pero fue un sueño…
• Tenemos que irnos – Dijo Jorge
• …
• ¿Sí?
• Vamos…
En ese momento Ashley y Jorge me abrazaron y empecé a llorar, me sentía tan solo, el maldito de Executioner me había quitado a mi madre, ahora a mi padre, y sin razón alguna mató a Thomas, Jorge estaba sufriendo también, pero él ya sabía a donde teníamos que ir, así que quería ir a vengarse, pero lloraba a mi lado, Ashley estaba conmigo también, pero sé que ninguno de los dos sabe lo que siento en ese momento, solo quiero ver muerto a Executioner, quiero que no viva más, al ver a Ashley tenia su cara cortada, estaba sangrando y tenia moretones, igual que Jorge, a este lo habían maltratado de una manera sádica, ya no aguantaba más, pero aun así íbamos a seguir a esos malditos, íbamos a vengar a nuestros seres queridos.
Nos íbamos a dirigir hacía el garaje abandonado de Executioner, The Amazing, El Increíble y Kat-Girl nos dirigíamos a matar a esa mafia y a ese hijo de puta…
Mientras nos dirigíamos hacia el garaje abandonado, el silencio entre nosotros era ensordecedor. El dolor y la ira bullían bajo la superficie, listos para explotar en cualquier momento. Cada uno de nosotros llevaba las cicatrices físicas y emocionales de nuestros encuentros anteriores con Executioner y su banda, pero esto no iba a detenernos. La venganza era lo único en nuestras mentes.
Al llegar al garaje, nos ocultamos detrás de unos viejos contenedores de basura para observar la situación. El lugar estaba vigilado por varios matones armados, pero sabíamos que teníamos que ser rápidos y precisos. Jorge, siempre el estratega, empezó a delinear un plan.
—Bien, tenemos que entrar sin que nos vean. Ashley, tú te encargarás de desactivar las cámaras de seguridad. Yo distraeré a los guardias del lado este. David, tú entrarás por la parte trasera y buscarás una forma de abrir la puerta principal para que podamos entrar juntos —dijo Jorge, con una voz firme que apenas ocultaba su sufrimiento.
Asentimos, sabiendo que nuestras vidas dependían de la precisión de nuestros movimientos. Ashley, también conocida como Kat-Girl, se deslizó hacia el panel de control con una agilidad sorprendente, mientras Jorge, El Increíble, se dirigía hacia el este. Yo, The Amazing, esperé, contando los segundos hasta que escuché el ruido de una distracción que Jorge había creado.
Con el camino despejado, me moví rápidamente hacia la parte trasera del garaje. La puerta estaba cerrada con un candado oxidado, pero no era rival para mi navaja. Unos segundos después, la puerta cedió y pude ver el interior del garaje. Estaba oscuro y olía a gasolina y aceite viejo.
El lugar estaba lleno de chatarra y vehículos desmantelados. Me moví con cuidado entre las sombras, intentando no hacer ruido. Desde mi posición, pude ver a dos guardias hablando cerca de un viejo coche. Con movimientos precisos, arrojé un cuchillo, que se clavó en la garganta del primero, silenciándolo de inmediato. El segundo, apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que yo cayera sobre él, torciéndole el cuello con un chasquido sordo.
Me moví hacia una escalera que llevaba a una plataforma elevada desde donde tenía una vista panorámica del garaje. Allí, en el centro, estaba Executioner, rodeado de más de sus hombres. El odio y la sed de venganza quemaban dentro de mí, pero tenía que ser paciente.
Desde mi posición, vi a Jorge y Ashley moverse sigilosamente por los pasillos laterales. Ashley desactivó las cámaras de seguridad con destreza, mientras Jorge colocaba cargas explosivas improvisadas en puntos estratégicos. Asentí en su dirección y nos preparamos para el asalto.
Con un clic en mi comunicador, señalé el inicio del ataque. Las explosiones resonaron en todo el garaje, lanzando fragmentos de metal y llamas por el aire. Aprovechamos la confusión para lanzarnos sobre los matones. Ashley, con su agilidad felina, se movía entre ellos, cortando y golpeando con precisión letal. Jorge, con su fuerza bruta, rompía huesos y lanzaba a los enemigos como si fueran muñecos de trapo.
Yo me dirigí hacia una de las torres de vigilancia, donde un francotirador nos estaba apuntando. Subí rápidamente, evitando sus disparos, y cuando estuve lo suficientemente cerca, lo lancé desde la torre. Su cuerpo cayó sobre una pila de chatarra con un crujido nauseabundo.
La sangre y el caos se mezclaban en una danza macabra. La batalla era una sinfonía de gritos, disparos y el sonido del metal al chocar. Ashley y Jorge se abrían paso hacia el centro, dejando un rastro de cuerpos a su paso.
Finalmente, llegamos a Executioner. Él estaba de pie en una plataforma elevada, observando la carnicería con una sonrisa torcida. A su lado, un hombre enorme, su mano derecha, empuñaba un hacha que goteaba sangre.
—Así que, han decidido venir a morir —dijo Executioner con desdén.
Ashley y Jorge se lanzaron hacia el matón con el hacha. La lucha fue brutal. Ashley esquivaba los golpes con gracia mientras Jorge usaba su fuerza para golpear con una furia desenfrenada. Finalmente, lograron desarmar al gigante y Ashley, con un movimiento rápido, hundió su daga en su cuello.
Executioner aplaudió lentamente, su rostro mostrando una mezcla de diversión y desprecio.
—Muy impresionante. Pero aquí es donde termina su pequeña venganza.
Antes de que pudiera reaccionar, lanzó una granada de humo. La habitación se llenó de una niebla densa y sofocante. Sentí una mano agarrarme y tirarme al suelo. Era Jorge, protegiéndome del estallido de balas que siguió.
Nos levantamos, tosiendo y tratando de ver a través del humo. Executioner se había movido hacia un pasadizo oculto. Lo seguimos, impulsados por la rabia y la determinación.
El pasadizo nos llevó a una sala subterránea, iluminada por luces fluorescentes parpadeantes. Executioner nos esperaba, armado con dos cuchillos largos. Sus ojos brillaban con una locura incontrolable.
—Vamos a acabar con esto —gruñó.
La sala subterránea resonaba con el zumbido de las luces fluorescentes, creando sombras danzantes que parecían burlarse de nuestra determinación. Executioner se erguía frente a nosotros, sus cuchillos destellando malévolamente a la luz parpadeante. Su figura imponente y musculosa proyectaba una presencia intimidante, pero estábamos decididos a ver el final de esta batalla.
Jorge fue el primero en cargar hacia él, su rostro contorsionado por el dolor y la furia acumulada a lo largo de años. Con un rugido gutural, se abalanzó con una ferocidad que hizo temblar el suelo. Executioner esquivó ágilmente su primer golpe, pero Jorge giró sobre sí mismo y lanzó una patada que conectó con la mandíbula de Executioner, haciendo que sus dientes chocaran con un sonido metálico. Executioner retrocedió, pero recuperó rápidamente su compostura, sus ojos brillando con un odio profundo.
Mientras tanto, Ashley se movía como una sombra, flanqueando a Executioner desde el lado derecho. Ella era una danza mortal de agilidad y precisión. Con un movimiento rápido y fluido, deslizó su daga hacia la garganta de Executioner. Sin embargo, este se movió justo a tiempo, y el cuchillo apenas rozó su piel, dejando una línea de sangre que empezó a fluir lentamente por su cuello.
Yo me posicioné a la izquierda de Executioner, listo para intervenir en cualquier momento. Nuestros movimientos eran coordinados pero frenéticos, cada uno de nosotros buscando el ángulo perfecto para acabar con nuestro enemigo.
Executioner lanzó un golpe rápido hacia Jorge, pero este lo bloqueó con su antebrazo, sintiendo el impacto vibrar a través de su hueso. Mientras Executioner retrocedía, aproveché la oportunidad y me lancé hacia él con un ataque directo. Nuestros cuerpos chocaron con fuerza, y luchamos en una lucha desesperada y desenfrenada.
Sus cuchillos cortaban el aire con precisión mortal, buscando abrirse camino hacia nuestra carne. Con cada movimiento, sentía el peligro acechar más cerca. Una de sus cuchillas encontró mi brazo, cortando profundamente a través de la carne. El dolor fue agonizante, pero mi determinación se mantuvo firme.
Detrás de mí, Ashley seguía presionando con su ofensiva, lanzando rápidos ataques que mantenían a Executioner en constante movimiento defensivo. Una patada bien colocada en sus costillas lo hizo gruñir de dolor, pero su resistencia era sorprendente. La batalla se convirtió en un baile sangriento de evasiones, bloqueos y contraataques brutales.
Jorge, con su fuerza impresionante, intentaba derribar a Executioner con cada golpe. Un gancho potente conectó con la mandíbula de Executioner, haciéndolo tambalearse momentáneamente. Pero antes de que pudiéramos capitalizar en su debilidad, Executioner se lanzó hacia delante con una velocidad asombrosa, empujándonos hacia atrás y ganando momentáneamente la ventaja.
En un movimiento audaz y repentino, Executioner se volvió hacia mí, su cuchillo brillando con malicia. Con reflejos rápidos, bloqueé su primer ataque con mi propio cuchillo, pero su segundo cuchillo encontró su camino hacia mi costado. El dolor fue agudo e inmediato, pero utilicé la adrenalina para seguir luchando.
La sala se llenó con el sonido de nuestra respiración entrecortada, el choque metálico de nuestras armas y el goteo de sangre que marcaba cada movimiento. El sudor y la ferocidad se mezclaban en el aire enrarecido, mientras continuábamos la batalla que determinaría nuestro destino.
Con un grito salvaje, Jorge lanzó a Executioner contra una pared, haciendo que se estrellara con fuerza. Ashley aprovechó la oportunidad y se lanzó sobre él con un ataque calculado. Su daga encontró su objetivo finalmente, hundiéndose profundamente en el corazón de Executioner. Un grito gutural de dolor resonó en la sala, mezclándose con el silencio pesado que siguió.
Executioner cayó de rodillas, sus cuchillos cayendo al suelo con un estruendo sordo. La vida se desvanecía de sus ojos mientras miraba con incredulidad su pecho empapado en sangre. El silencio era absoluto, solo roto por nuestra respiración agitada y el goteo monótono de la sangre que fluía.
• Bien hecho - Me dijo Executioner – Yo maté a tu madre por una orden… Pero tu padre… Ja, ja, ja… Dios…

Kat-Girl y El Increíble se fueron afuera a buscar atención medica para mí, pero, paso que…
Al voltear a ver estaba alguien en una armadura de metal, al quitarse el casco era mi padre
• Hijo… Te lo explicare
• Tu… Estas muerto…
• Ese no era yo, era un muerto nada más
• ¿Qué haces aquí?
• Sé que sonará mal, pero yo soy el dueño de esta organización
• O sea…
• Yo maté a tu madre, hijo
• …
• Tú madre le debía dinero a la mafia, era buena persona, pero pidió prestamos que no iba a pagarnos, un día agredió a uno de nuestros hombres, tuve que hacerlo…
• Pero… por qué volviste
• Porque necesitaba estar más cerca de mi almacén, habíamos buscado una nueva ubicación para poder seguir con nuestros planes, y a la vez seguir con negocios
• Padre… Tú…
• Sé que sonará mal, hijo, pero no tienes que asustarte, yo te quiero, pero mataste a mi mejor amigo, Executioner era mi amigo, esta organización que asesinaron era mi familia, esta mierda de garaje era mi hogar, y todo lo jodiste
• Padre…
• Y si te quiero hijo, pero ahora que sabes lo que te dije es mejor que lo olvides
• A que te refieres…
Luego mi padre sacó un arma de su bolsillo y me disparo de manera completamente fría al pecho, la bala impacto conmigo y sentí un dolor inexplicable, perdía la conciencia y… Lo ultimo que oí fue los pasos de mi padre corriendo para irse y una patrulla con una ambulancia llegando, escuché los gritos de mis amigos al ver como caía, pero… No escuchaba nada más, y esta sería mi ultima aventura, y te vería en el cielo… Madre… Fin.

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