¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ESCENA II: Un cambio
El sol se alza en el horizonte, arrojando sus cálidos rayos sobre la ciudad de FusRoad y pintando el cielo de tonos dorados y rosados. Es un nuevo día en la vida de Red, un día que, sin saberlo él, marcará el comienzo de una transformación extraordinaria.
Red sale de su hogar con la misma apatía de siempre, su figura solitaria perdida entre la multitud de Sentis que deambulan por las calles de la ciudad. Aunque su rostro sigue impasible bajo la máscara que lo cubre, algo ha cambiado en su interior desde la experiencia con el Humablo. Una curiosidad latente, un anhelo por descubrir más sobre ese mundo desconocido de las emociones, se ha encendido en lo más profundo de su ser.
Sin embargo, el destino parece tener otros planes para Red en este día en particular. Mientras se dirige hacia su lugar de trabajo en el laboratorio, recibe una llamada urgente de su supervisor, quien le ordena desviarse hacia una ubicación remota para recuperar un equipo de investigación extraviado.
Intrigado por la inusual tarea, Red se adentra en un área poco transitada de la ciudad, donde los edificios se elevan hacia el cielo en formas retorcidas y angulares. A medida que avanza, una sensación de malestar comienza a apoderarse de él, una inquietud que no puede explicar pero que lo impulsa a seguir adelante.
Finalmente, llega a su destino: un edificio abandonado en el corazón de la ciudad, su fachada cubierta de grafitis y sus ventanas rotas. Red entra con cautela, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras explora las oscuras y polvorientas habitaciones.
De repente, sus dedos tocan algo frío y metálico en la oscuridad, una extraña reliquia que yace olvidada en un rincón oscuro. Con una curiosidad creciente, Red levanta el objeto y lo examina con atención, sus sentidos zumbando con una energía desconocida.
En el momento en que sus manos hacen contacto con la reliquia, una corriente eléctrica atraviesa su cuerpo, llenándolo de un calor ardiente y una sensación de vértigo. Una explosión de luz lo envuelve, cegando sus sentidos y sumergiéndolo en un mundo de pura energía y esencia.
Cuando la luz se desvanece y Red recobra el conocimiento, se encuentra rodeado por una atmósfera completamente nueva. Los colores son más brillantes, los sonidos más nítidos, los olores más intensos. Por primera vez en su vida, Red experimenta el mundo con todos sus sentidos, una cascada de sensaciones que lo deja aturdido pero asombrado.
El aroma a hierba fresca y tierra húmeda lo envuelve, inundando sus fosas nasales con una fragancia embriagadora. Las notas agudas de la ciudad se mezclan con el perfume natural del aire, creando una sinfonía de olores que le eriza la piel y le hace sentir vivo como nunca antes.
Con manos temblorosas, Red se lleva las palmas a los ojos y se frota con fuerza, tratando de despejar la bruma de su visión recién adquirida. Las formas y los colores danzan ante sus ojos, vibrando con una intensidad que casi duele.
Un grito de terror escapa de sus labios mientras se tambalea hacia atrás, sorprendido por la claridad y la nitidez del mundo que lo rodea. Cada detalle, cada textura, cada matiz cobra vida ante sus sentidos recién despiertos, envolviéndolo en un torbellino de sensaciones que lo sumerge en un terror abrumador.
El corazón de Red late con fuerza en su pecho mientras se sumerge en este nuevo reino de experiencias, una sonrisa incipiente curvando sus labios bajo la máscara. Ha pasado toda su vida en la oscuridad, privado de las maravillas del mundo que lo rodea, pero ahora, en este momento fugaz de revelación, siente que está viviendo por primera vez.
Y así, con el corazón latiendo con emoción y terror, Red se adentra en el mundo desconocido que se extiende ante él, listo para explorar cada rincón y descubrir los secretos que aguardan en las sombras. El viaje hacia el autodescubrimiento acaba de comenzar, y Red está listo para enfrentar cualquier desafío que se interponga en su camino.
Al salir a la luz del día, Red se detiene un momento para saborear la fresca brisa en su rostro, inhalando profundamente el aire limpio y revitalizante. El mundo que lo rodea parece más vivo que nunca, cada detalle más vívido y real que antes.
Sin embargo, la realidad de su situación pronto lo alcanza, y Red se da cuenta de que debe regresar a su vida cotidiana, al menos por el momento. Con un suspiro resignado, se encamina de vuelta hacia la ciudad de FusRoad, su mente llena de preguntas y especulaciones sobre lo que acaba de experimentar.
A medida que avanza, Red se encuentra con caras familiares, rostros que ha visto mil veces antes pero que ahora parecen diferentes, más vivos y reales que nunca. La experiencia de tocar y sentir el mundo con sus propias manos le proporciona una sensación de conexión y pertenencia que nunca había experimentado antes.
Sin embargo, también hay un lado oscuro en esta nueva realidad. A medida que Red se sumerge más en el mundo de los sentidos, se da cuenta de las muchas formas en que puede ser herido y dañado por el mundo que lo rodea. El tacto de una superficie áspera o afilada, el olor de la suciedad y la putrefacción, el sabor amargo del miedo y la desesperación: todos estos son ahora una parte tangible de su experiencia cotidiana.
Luego sin fijarse, Red cae a un agujero que había en el suelo, de un mini cráter, donde se golpea mucho, pero… El no siente dolor.
