Escena IV: Mi Depresión

8 5 0
                                    

Escena IV: Mi Depresión
Los días que siguieron a la tragedia de mi madre se convirtieron en una espiral descendente hacia la oscuridad más profunda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escena IV: Mi Depresión
Los días que siguieron a la tragedia de mi madre se convirtieron en una espiral descendente hacia la oscuridad más profunda. El dolor y la confusión que me consumían amenazaban con arrastrarme a un abismo de desesperación del cual temía no poder escapar. Cada momento estaba saturado con su ausencia, con el vacío implacable que dejó su partida y la cruel realidad de su brutal muerte.
Me encontraba atrapado en un estado de duelo paralizante, incapaz de encontrar consuelo en ninguna parte. Las imágenes de su cuerpo mutilado se reproducían una y otra vez en mi mente, atormentándome en mis pesadillas y acechándome en cada rincón de mi conciencia. El dolor era tan intenso, tan abrumador, que apenas podía soportarlo.
Cada día se desvanecía en una neblina de tristeza y desesperación, y me encontraba sumergido en un mar de autodestrucción. El alcohol se convirtió en mi único consuelo, un refugio temporal de la oscuridad que amenazaba con devorarme por dentro. Me encontraba ahogándome en un mar de botellas vacías, buscando desesperadamente una vía de escape de mi propia angustia.
Pero el alcohol no era suficiente para calmar mi dolor, y pronto me encontré buscando consuelo en otras formas más oscuras y peligrosas. Las drogas se convirtieron en mi única salida, en una vía de escape de la realidad que me oprimía y me ahogaba. Me sumergí más y más en la oscuridad, perdiéndome en un torbellino de adicción y desesperación.
Cada día era una lucha por la supervivencia, una batalla desesperada contra la oscuridad que amenazaba con consumirme por completo. Me sentía atrapado en un ciclo interminable de autodestrucción, incapaz de encontrar una salida de mi propio infierno personal. La vida se había vuelto tan miserable, tan insoportable, que a veces pensaba en poner fin a todo de una vez por todas.
Las drogas eran mi refugio, cortarme los antebrazos y piernas, romper botellas de vidrio en mi casa, pensar en el suicidio, todo eso me mantenía cada vez más alejado de la realidad, mi padre preocupado por mí me regaña siempre, pero no me importa su puta opinión, el me dejo cuando era pequeño, no tendría por qué hacerle caso a ese maldito, pero aun así no dejaba de sentirme tan solo.
Ese día en el bar gaste mis últimos 200 dólares, cerveza, cigarrillos, algo que nunca consumí por puro asco ahora era mi vida, y siendo sincero, ni todo el alcohol o el dinero de este maldito mundo me devolvería a mi madre… Solo… Una cosa…

Onyx TitansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora