CAPÍTULO 16

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¡No puedo estar enamorada de Lena! Es una locura. ¡No tiene ningún sentido!

Tiré el teléfono al sofá y me puse a caminar de un lado a otro de la sala de estar. Debería haberme sentido horrorizada ante el caos reinante, pero de momento me importaba un bledo; tenía cosas más importantes sobre las que reflexionar. No podía estar enamorada de Lena. Nuestro acuerdo no lo contemplaba. Se trataba de sexo y nada más. Ambas habíamos acordado eso cuando empezamos a vernos.

No puede ser amor. De ninguna manera. No tenía ningún marco de referencia en ese asunto en particular. Que yo supiera, nunca había estado enamorada. Me había encaprichado alguna que otra vez, claro, y siempre había sentido afecto por las mujeres con las que había salido, pero no había experimentado nada que pudiera definirse como amor.

No tenía ni idea de lo que significaba estar enamorada y, por lo tanto, no podía saber si eso era lo que sentía por Lena. Debía llegar a alguna conclusión antes de que ella se presentara. ¿Cómo podía averiguarlo?

Preguntar a Alex quedaba descartado. Ella nunca había abrigado sentimientos profundos hacia una mujer, de eso no me cabía la menor duda. Además, por nada del mundo se tragaría que le estaba planteando una pregunta inocente y se olería que había gato encerrado. Era preciso abordar el tema con lógica.

¿Qué haría si se tratase de una pregunta académica?

Enseguida encontré la respuesta. Investigaría. Encendí el ordenador y, mientras arrancaba, me vestí a toda prisa y cogí una botella de agua de la nevera.

Investigación. Eso se me da bien. Soy buena en investigación. Daré con la respuesta.

Pero no podía utilizar ninguno de mis motores de búsqueda habituales. El concepto del amor en la literatura y la poesía era demasiado vago y había que tener en cuenta un sinfín de variables. Yo necesitaba hechos. Aunque casi nunca consultaba Google en mis investigaciones académicas, en ese momento vi que no tenía elección y tecleé «Señales de que estás enamorada». Solté un fuerte gruñido y me froté la cara al ver los resultados.

Trescientos millones de resultados.

Encontré cierto consuelo ante el hecho de que al parecer no era la única que tenía dificultades en esta faceta concreta de la vida.

-«Señales de que estás enamorado... para tontos» -leí en voz alta. Eso parecía curiosamente apropiado, dado que en lo tocante al amor era una tonta de remate. Abrí en la página web y empecé a leer.

Sientes mariposas en el estómago al ver a esa persona.

Eso era cierto. Sí que notaba un aleteo en el estómago cuando Lena me sonreía, pero lo relacionaba a una simple indigestión.

Estás dispuesto a ir a algún sitio que odias.

¡Cierto! Odiaba en lo más profundo su apartamento, pero iba allí con tal de verla.

Renuncias a los encuentros esporádicos con otras mujeres.

Bueno, yo no había tenido más que una cita, pero había decidido no salir con ninguna otra mujer. De momento coincidían tres de tres. Esto no tenía buena pinta.

Te pasas todo el día fantaseando con esa persona.

¡Bingo! Fantaseaba y soñaba con ella.

Te comportas como un idiota.

Efectivamente. Para ser alguien que en teoría era inteligente, me asombraba mi propia estupidez siempre que estaba en compañía de ella.

FOREVER ∞ Supercorp G!P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora