2da. Parte CAPÍTULO 5

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Me desperté con los brazos vacíos. Me estiré y busqué a tientas a Lena, pero comprobé que me encontraba sola en la cama. Abrí los ojos y pasé la mano por la parte del colchón que había a mi lado. Aún estaba tibia, y supe que hacía poco que se había levantado. Salí de la cama y fui a buscarla al baño.

Me topé con la escena más aterradora: Lena, vestida de pies a cabeza, metiendo apresuradamente sus cosas de aseo en su bolsa. Me mareé al ser consciente de la realidad.

Se marcha.

-¿Lena?

Apenas reconocí mi propia voz. Ella soltó un chillido y se giró bruscamente hacia mí con la mano aferrada al pecho.

-¿Qué estás haciendo? -pregunté en un hilo de voz.

-Yo, eh... Tengo que irme -respondió, y me rozó al salir. La seguí hasta mi despacho, donde se puso a recoger sus libros y apuntes.

-¿P-por qué?

La verdad es que no sabía con exactitud lo que le estaba preguntando.

¿Por qué me abandonaba? ¿Por qué volvía a cerrarme las puertas de su corazón? ¿Por qué no me permitía amarla?

Dejó lo que estaba haciendo y me miró.

-Muchísimas gracias por todo, Kara. Ya me siento mucho mejor y debería irme.

-Pero todavía no han terminado los exámenes finales -protesté.

-Ya. Pero puedo arreglármelas sola. En teoría, así debería ser.

-¿Cómo que así debería ser? ¿Qué quieres decir con eso? Lena, quiero que te quedes -insistí, observando impotente cómo terminaba de guardar sus cosas

-No puedo. Tengo que irme ya -repuso, y pasó por delante de mí en dirección al recibidor-. Adiós.

La habitación me daba vueltas. No solo se iba de mi apartamento. Se iba de mi vida. No sé de dónde me vino la certeza, pero estaba convencida de que si Lena salía por la puerta jamás volvería a verla en ese escenario. Quizá la viera casualmente en el campus, retomando su vida y saliendo con alguien más.

Jamás volvería a sonreírme o a dejar que la besara. Jamás la abrazaría mientras dormíamos ni le prepararía el desayuno. Jamás me haría merecedora de su amor y, al final..., se olvidaría de mí.

¡Oh, por favor, Dios! ¡No permitas que eso ocurra!

-¡Lena! -grité, abalanzándome tras ella.

Se dio la vuelta para mirarme. Esa mañana tenía los ojos carentes de expresión.

-No te vayas -dije con voz ahogada, conteniendo las lágrimas.

Alargué la mano hacia ella.

¡Por lo que más quieras, no te vayas! Quédate conmigo.

-No me mires así. Como si acabara de arrancarte el corazón. Tú sabías que esto sería algo pasajero. Sabes lo que hay entre tú y yo. -murmuró.

La ira hirvió en mi interior. Sabía de sobra lo que había entre ella y yo: estábamos enamoradas, y lo que ella intentaba ahora era reducirlo a mero sexo esporádico.

-Así comenzó -repliqué, procurando hablar con serenidad-. Pero ahora hay algo más.

Negó con la cabeza y miró al suelo.

-No, para nada -dijo en voz queda.

-¿Por qué haces esto? ¿Por qué lo echas a perder? ¡No lo entiendo!

FOREVER ∞ Supercorp G!P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora