FOREVER ∞ Supercorp G!P.

Final Primera Parte

El tono de «Sexual Healing» me despertó a la mañana siguiente.

¡Ahora no!

Estaba disfrutando de un sueño absolutamente maravilloso con Lena. Nos encontrábamos en el campo, en alguna pradera, haciendo el amor. No estábamos acostándonos juntas, ni echando un polvo, ni ninguna de las otras denominaciones. No, estábamos haciendo el amor, y era hermoso. Yo le había dicho lo mucho que la amaba y ella me había acariciado la cara con gesto risueño antes de decir que también me amaba.

El teléfono volvió a sonar y salí de la cama trastabillando en dirección a la sala de estar para responder. El motivo por el que nunca lo dejaba encima de la mesilla de noche era algo que escapaba a mi comprensión.

-Hola, hermanita -dijo Alex alegremente cuando respondí-. Vente conmigo y con Imra a tomar el brunch. -Mi estómago rugió en el instante en que mencionó la comida.

-¿Al sitio de siempre?

-Sí. Puedes traer a Lena si te apetece -sugirió.

Noté que mis labios hacían un mohín de puchero al acordarme de que Lena y yo no habíamos pasado la noche juntas.

-No está aquí -dije escuetamente, sin querer entrar en detalles por teléfono.

-Vale -contestó mi hermana-. Lo siento, Kara.

-Gracias. ¿Cuándo nos vemos?

-¿Te viene bien dentro de media hora?

-Muy bien. Nos vemos allí. -Volví a la cama de un brinco y hundí la cara en la almohada.

Ojalá estuviera aquí.

Dejé que mi mente rememorara los besos que habíamos compartido sobre el capó del coche la noche anterior. El primero había sido de lo más salvaje y desenfrenado. Bueno, Lena se encontraba bastante frenada por mis manos, pero eso era harina de otro costal. Me encantaban su pasión y su lujuria cuando gemía y se restregaba contra mí. Aunque el siguiente beso había sido distinto, la sensación fue igual de buena, mejor. Había sido suave y tierno, pero igualmente apasionado, y yo la había estrechado entre mis brazos de principio a fin.

Pese a que Lena no había accedido a retomar nuestros encuentros, yo seguía considerando un éxito mi salida del armario de la noche previa. Ella me había perdonado, me había besado y habíamos quedado en vernos el martes después de clase.

Me duché en un santiamén, me vestí y me dirigí al café del centro donde Alex y yo siempre quedábamos para comer. Imra y Ella estaban sentadas en una mesa en la terraza cuando llegué y me extrañó verlas solas. Imaginaba que las acompañarían Gayle y Sam, pues sospechaba que habían pasado la noche con ellas después de marcharse del club. Ese era sin lugar a duda el modus operandi de mi hermana y, a juzgar por el lote que se habían dado Gayle e Imra, estaba convencida de que habrían pasado la noche juntas. Claro que eso no implicaba necesariamente que también pasaran la mañana juntas, pues lo sabía de buena tinta a raíz de mis visitas al apartamento de Lena. Siempre me marchaba antes del amanecer.

-¿Qué pasó anoche? -preguntó a voz en grito Imra en cuanto estuve al alcance del oído-. Alex me dijo que te habías ido con Lena.

-¿No te diste cuenta? -pregunté en tono cortante, si bien no pude no esbozar una leve sonrisa.

-Es que, hum... Supongo que estaba un poco distraída -respondió Imra con una sonrisita.

-¡No me digas! -bramó Alex, y le agarró del hombro-. Deberías haberla visto con la chiquilla, Kara. ¡Pensé que iban a colarse los dedos encima de la barra!