CAPÍTULO 19

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En lo tocante a las mujeres, no conocía a nadie con más experiencia que mi hermana. Aunque el hecho de incluirla en esto probablemente conllevaría un implacable interrogatorio, en ese momento necesitaba su ayuda y estaba dispuesta a aguantar su burla con tal de tener la oportunidad de ganarme a Lena. Los momentos desesperados requerían efectivamente medidas desesperadas.

Al día siguiente por la tarde le mandé un mensaje preguntándole si podía pasar por el bar más tarde y prácticamente de inmediato me respondió que ya estaba allí tomando algo. Puse los ojos en blanco y miré la hora. Aún faltaba mucho tiempo para la happy hour, pero, dado que tenía el ánimo por los suelos, decidí pasar por alto esa circunstancia.

-¡Vaya, hermanita! ¿Qué te pasó? -preguntó Alex cuando llegué al bar media hora después.

-¿Tan obvio es? -pregunté con desgana, dejándome caer pesadamente en el asiento que había al otro lado de su mesa.

-Desde luego que sí. Estás hecha un asco.

Sabía que tenía razón. Llevaba la ropa arrugada. Dudo que hubiese tenido un aspecto tan descuidado en mi vida. Al pasarme las manos por la cara, me di cuenta de que hasta había olvidado ponerme las gafas. Ni siquiera había reparado en ello, pues la verdad era que no había hecho gran cosa en todo el día.

-¿Quieres... tomar algo? -preguntó.

Asentí y se dirigió a la barra, no sin antes lanzarme otra mirada de preocupación. Me puse a pensar cómo pedirle que me ayudara. No podía ponerme a contarle sin más los profundos sentimientos que albergaba hacia Lena. Era mucho mejor hacerle creer que no se trataba más que de un rollo esporádico que se había ido a la basura por mi culpa, puesto que ese era el ámbito que Ella dominaba. Alex volvió a la mesa y me dio una copa llena de un líquido del color ámbar. Le di un sorbo y tosí.

-Qué asco -dije, atragantándome.

Alex se rio por lo bajo desde el otro lado de la mesa.

-Es bourbon. Pensé que te vendría mejor algo un poco más fuerte que la cerveza.

Aparté la copa y suspiré.

-Bueno, ¿vas a contarme lo que está pasando? -preguntó. Levanté la cabeza para mirarla.

Mi vida sería muchísimo más fácil si fuera como Alex. Feliz y tan despreocupada todo el tiempo.

-Estoy enamorada-dejé escapar.

Oh, no. Bien, has ignorado por completo tu plan.

Alex puso los ojos como platos y acto seguido sonrió de oreja a oreja.

-Vaya, ¡enhorabuena! -exclamó a voz en grito.

¿Se alegra por ello?

-Así que me figuro que la profesora y tú se hicieron muy buenas amigas, ¿no?

Oh. Cómo no iba a pensar eso.

-No, no se trata de..., hum..., Diana -dije con voz queda, apartando la mirada.

-¿Cómo que no es Diana? -la oí preguntar. Hubo una larga pausa hasta que ató cabos-. ¡No puede ser! -exclamó.

Mi secreto era un secreto a voces.

Levanté la vista y Ella se inclinó hacia delante.

-¿Tu alumna? -cuchicheó con complicidad-. ¿La caliente inaguantable?

Asentí y le di otro sorbo a la espantosa bebida.

-¿Estás enamorada de... cómo se llama? ¿La señorita Luthor?

FOREVER ∞ Supercorp G!P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora