2da. Parte CAPÍTULO 10

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Deberíamos volver a la fiesta -murmuró Lena, presionando los labios contra mi hombro.

Seguíamos sentadas en mi vieja cama, unidas íntimamente después de hacer el amor; yo no estaba dispuesta a marcharme.

Recorrí con las manos sus costados una y otra vez hasta que se inclinó hacia atrás y me sonrió. Mis ojos vagaron por su cuerpo como si la estuviese contemplando por primera vez. Era como una visión: el destello de sus ojos; sus labios, un poco hinchados después de los besos; sus mejillas, su cuello y su torso, aún ligeramente azorados por el orgasmo; sus suaves y turgentes senos, sobre los que deseaba posar la boca de nuevo. Para mí no había nada en el mundo tan espectacular como esa imagen.

—Eres tan... -suspiré— tan jodidamente guapa -dije, añadiendo la grosería para recalcarlo, a pesar de que me había quedado muy corta en mi descripción.

Deseaba idolatrarla porque era una verdadera diosa. Y me amaba. Era inconcebible. Era joven, guapa, sexi y lista y por algún motivo había decidido brindarme su amor. De no ser porque era consciente de tenerla entre mis brazos, habría asumido que todo era fruto de un sueño imposible.

Ella era realmente mía y me quería.

Le aparté el cabello del cuello y se lo besé con ternura mientras aspiraba la fragancia de su piel.

—Me encanta tu olor -susurré. Deslicé la yema de los dedos en sentido descendente y le acaricié los pechos con delicadeza-. Eres tan suave -comenté, y seguidamente la tendí con cuidado sobre la cama y me coloqué junto a ella, cerciorándome de que nuestros cuerpos siguieran en contacto-. Nunca había conocido a nadie tan encantadora y dulce como tú-susurré antes de besarla en los labios.

La miré a los ojos y sonreí.

—Te quiero.

—Yo también te quiero, Lena.

Al oír sus palabras me dio un vuelco el corazón. Jamás imaginé que eso pudiera ocurrirme a mí, que llegara a ser tan feliz.

Cubrí su cuello y su pecho de suaves besos, al tiempo que la acariciaba con delicadeza.

—Como sigas así, vamos a tardar bastante en bajar a la fiesta -dijo Lena en un arrullo mientras yo le cubría un pezón erecto con la boca y se lo humedecía con la lengua.

Levanté la vista hacia ella con una sonrisa maliciosa.

—Lo tenía todo planeado.

Como asistía todos los años, sabía cómo se desarrollaría la fiesta y aún tardarían en empezar a comer. En ese momento la gente seguiría yendo de un lado a otro.

No, gracias. Estoy de lujo aquí.

—Me gusta mucho más nuestra fiesta -dije, deslizando la mano por el interior de su muslo en sentido ascendente y sonriendo al oír su gritito ahogado al llegar a mi destino.

Para cuando Lena estaba rozando el clímax por el efecto de mis dedos, yo ya estaba lista otra vez. Me coloqué entre sus piernas y se las levanté para deslizarme dentro de ella.

—Oh, te siento -gimió Lena-. Estás...

—Estoy empalmada de nuevo -susurré-. Por ti. Eres tan increíblemente sexi que me desato. No me sacio de ti.

—No me importa lo más mínimo -dijo. La voz se le entrecortó conforme yo empujaba-. Oh, yo tampoco me sacio de ti.

Me puse de rodillas sin despegarla de mí. Lena me había enseñado esa postura, la cual me resultaba más cómoda para tocarla por todas partes y al mismo tiempo controlar mis movimientos. Hasta hacía tan solo unos cuantos meses ni se me habría pasado por la cabeza, pero a esas alturas me resultaba de lo más natural. Me encantaba observarme a mí misma entrando y saliendo de ella mientras Lena gemía suavemente y acrecentaba mi deseo de darle más placer.

FOREVER ∞ Supercorp G!P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora