capitulo 6: Pandilleros

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Por debajo de la puerta se ve una luz moviéndose en medio de la oscuridad, cuando me quede dormido sólo las luces fluorescentes estaban encendidas, pero ahora esta todo oscuro, solo la luz de la luna de filtra por la ventana. La luz que se mueve por debajo debe ser una linterna, podría ser un intruso o la madre de esta chica, lo que sea es una señal de alguien que anda afuera. Me muevo lo mas silencioso hacia la puerta, levantar el carrito al cual estoy encadenado y llevarlo hasta el para no hacer el menor ruido. Luego se escucha una voz afuera.
-Hooo-laaa- es una voz juguetona.- ¿Hay alguien aqui?. No logro distinguir cuantos son, hasta que se escuchan cosas estrellándose, el ruido viene en distintas direcciones, suena como si hubiera por los menos tres de ellos. Luego observo a la chica dirigirse hacia la ventana, usa su mano para comprobar la resistencia del cristal. Mientras tanto afuera se escuchan risas, gritos y golpes, al parecer están actuando para nosotros,para dar miedo. Me encuentro inmovil, pensando mi siguiente movimiento, ya que no puedo hacer nada por impulso, tengo que calcular bien, ya que no solo debo moverme, sino que debo cargar con un carro, lo que me hará perder tiempo y si hago un movimiento en falso, puedo hacer ruido con el y alertar a los intrusos sobre nuestra ubicación. Luego un grito de mujer corta de cuajo la noche, me imagino que es su madre. Se escuchan voces de hombres, gritos y burlas, divertidos y excitados, como una jauria de perros frente a un gato acorralado. Sin pensar miro de reojo a la chica, acaba de agarrar una silla e intenta estrellarla con la ventana, solo logra hacer ruido y doblar la silla, pero el cristal no se rompe. Nose si su plan consiste en romper el cristal para escapar o solo quiere hacer ruido para distraer a la pandilla que tienen acorralada a su madre, si es la primera, entonces no sirvió, si es la segunda, nose que espera que pase luego. Aún asi sigue intentando estrellar el cristal, sin resultados obviamente. Se vuelve a escuchar otro grito, y luego voces que se acercan, Al final me aburro de los intentos fallidos de esta humana, me acerco a la ventana, agarro mi carro y lo lanzo a la ventana,el vidrio explota en todas direcciones, ella se agacha para protegerse, pero se que no será suficiente, rápidamente me giro y uso mi cuerpo para proteger a la humana. Algo golpea fuertemente la puerta,esta se sacude pero no se abre. Ella coge mi carrito y lo coloca debajo del alfeizar, intenta ayudarme a salir, luego la puerta se abre de un golpe y rebota en la pared, con las bisagras rotas. Le lanzo una mirada dura y rapida. -Huye, le ordeno. Ella salta por la ventana, luego la veo correr alrededor del edificio. Mientras tanto, me quedo esperando a la entrada de los pandilleros, me pongo en guardia, nose cuanto aguantare si son demasiados, aún no me he recuperado del todo y me encuentro desarmado y encadenado a un incómodo carrito. Desearía tener mi espada en estos momentos, pero me imagino que quedo tirada luego del ataque con Beliel y los otros. Dejo escapar un suspiro de dolor por mi espada perdida. Al final, sacó mis ideas de la cabeza, y decidí enfrentarme a estos pandilleros, al menos debo aguantar lo suficiente para darle tiempo a la chica de huir lo mas lejos posible y que encuentre un refugio. Estos entran en la oficina, son como 6, 8 nose, me rodean, decido usar el carrito como arma, estos comienzan a atacarme, levanto mi brazo con el carro y para lanzar todo su peso contra ellos, dos o tres caen al suelo, creo que funciona, pero todavía quedan bastantes, nose cuanto aguantare. Sigo blandiendo mi carro de izquierda a derecha, asestando golpes, pero así incluso recibo algunos golpes, son demasiados para atacarlos a todos y no puedo defenderme en cada dirección. Me estoy cansando, me tienen acorralado. Creo que ya advirtieron que estoy herido. Luego de la nada se escucha el ruido de un florero estrellándose, esto llama la atención de todos, luego una silueta aparece en la oscuridad, una silueta con alas aparece, todavía no logró entender lo que estoy viendo.
-¿Que tenemos aqui?, dice la silueta.
-Miguel, Gabriel, venid a ver esto.- ahora resulta que estos monos creen que pueden atacar a uno de nosotros. Los pandilleros estan paralizados. No puedo entender como se creen algo tan absurdo. Luego el ala de la derecha se tambalea y cae unos centímetros mas abajo. Un intento desesperado de enderezarla que atrae más la atención. Miro hacia el cielo.>>No puedo creer que estoy ante un ser tan patético>> Luego decido romper el silencio elevando mi carrito y lanzando con toda la fuerza a tres que están parados fijos a la silueta. Estos persiguen a la chica, esta salta y comienza a pelear con los tres, debo admitir que la chica sabe pelear. Decido solo observar la situación, mientras recupero el aliento. Al final sin darme cuenta la miro con satisfacción y admiración. los tipos comienzan a levantarse y salen corriendo. Sin pensar dejo escapar una risa, ella me mira.
-te veías ridícula con esas alas. Le digo. Me río a pesar de que mi labio está sangrando al igual que un corte cerca de mi ojo, pero aún así no puedo evitar reir por la escena que vi. Luego me lanza una llave, la atrapo y logro deshacerme del carro.
-salgamos de aquí- me dice. Estiro mis brazos, estos crujen, luego decido quitarle una chaqueta a un tipo tirado y se la lanzo, ella se lo coloca, pero es obvio que le queda grande. Voy en busca de su mochila, mientras tanto ella recoge y envuelve nuevamente mis alas, cuando vuelvo al vestibulo observo lo que tiene la chica en su espalda. Es mi espada, no puedo creer que ella la tuvo todo este tiempo, la creía perdida, sin darme cuenta saco una sonrisa.
-¿tenias mi espada todo este tiempo?-le pregunto.
-es mi espada ahora- me dice.
¿tu espada? Ya lo veremos. ¿tienes idea de lo fiel que ella ha sido conmigo durante todos estos años?
-¿ella? No eres de esos tipos que le ponen nombres a sus coches o a sus tasas de café, ¿o si? Es un objeto inanimado. Supéralo.
Intento alcanzar la espada, pero ella se hace para atras.
-¿que vas hacer, pelear conmigo por ella? Le pregunto.
-¿y que vas hacer tu con ella?
Suelto un suspiro. -usarla como muleta. ¿o que se te ocurre que voy hacer con ella?
-yo te salve la vida- me dice.
Arqueo una ceja. -eso es cuestión de puntos de vista.
-dos veces. Me dice.
Finalmente dejo caer la mano rendido. - No me vas a devolver mi espada, ¿verdad?
Al final agarra la silla de ruedas, coloca mi espada en su bolsillo trasero del asiento. Solo puedo seguir mirando mi espada con una sonrisa. No importa si la dejo que ella la cargue. Luego gira la silla y sale.
-creo que ya no nesesitaré la silla- le digo.
-No es para ti. Es para mi hermana. Decido no decirle nada. Pero dudo que su hermana vuelva a ver su silla. Comenzamos a caminar en silencio.

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