Capitulo 9; ¿niños o Monstruos?

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Una Familia tendida sobre un charco de sangre. Los padres se encuentran en medio de la carretera, mientras que la niña se encuentra al margen del bosque. Me imagino que la niña salió huyendo cuando los padres eran atacados. O se habrá escondido y la agarraron cuando salió. No llevan mucho tiempo muertos, ya que la sangre de su ropa sigue siendo de un rojo brillante. Observó un poco los cuerpos, sus cabezas están intactas, sus cuerpos sin embargo están en mal estado. Parte de sus torsos han sido devorados y todavía hay carne pegada a los huesos, faltan algunas piernas y brazos. Penryn se queda paralizada mirando a las víctimas. No quiere acercarse, creo que se esfuerza por mantener las croquetas de gato en su lugar. Sin embargo decido acercarme para analizar mejor, que es o quienes podrían causar tal destrucción.
Observo en las zonas donde la carne fue desgarrada.
-marcas de dientes.
-¿de que tipo de animal estamos hablando?. Me pregunta. Me pongo en cuclillas para buscar la respuesta.
-del tipo que camina en dos pies y tiene los dientes planos.
-¿que estas diciendo? ¿que son dientes humanos?.
-es probable. Inusualmente afilados, pero tienen forma humana.
-No puede ser. Me dice. -pero es demasiado desperdicio. Si estas lo suficientemente desesperado para comer carne humana, no das unas cuantas mordidas y luego te vas. - estos cuerpos tienen mas de unas cuantas mordidas.
Penryn tiene razon. Miro detenidamente donde debería estar la pierna de la niña.
-las extremidades parecen haber sido arrancadas de cuajo.
-basta. Me dice.
-bueno. Me pongo de pie y repaso los arboles. -esperemos que quien haya sido siga controlando esta área.
¿Por que?
-por que eso quiere decir que no tendrán hambre.
-estas bastante enfermo, ¿sabes? La miró confundido. <<¿como se atreve a decirme eso a mi?>>.
-¿yo? Los mios no hicieron esto.
-¿como lo sabes? Vosotros tenéis los mismos tipos de dientes que nosotros.
-pero los mios no están desesperados. Ni tampoco están locos. Le respondo un poco frustrado. <<Como piensa acusar a los ángeles de comer carne humana>>. Me pongo a pensar y luego le hablo de mi posible teoría. Pero ella está mirando hacía lo lejos, como hipnotizada.
¿penryn? Intento llamar su atención.
-¿que?
-¿podrían ser niños?
-¿quienes podrían ser niños? La verdad parece pérdida.
-Los atacantes, le respondo lentamente. -como te he dicho, las marcas de dientes me parecen demasiado pequeñas para ser de adultos.
-deben ser animales. Me dice. Que humana tan necia.
-¿animales con dientes planos?
- si. Eso tiene mucho más sentido que un niño capaz de atacar a una familia entera.
-pero no más sentido que una pandilla de niños feroces atacándodolos. Trata de mirarme enojada. Pero se que se lo esta pensando mejor antes de decir algo.
-será mejor evitar la carretera y dirigirnos cuesta arriba a través del bosque. Ella asiente con la cabeza, pero se que no me está escuchando. Solo me sigue. La buena noticia, es que las hojas secas de Otoño estan mojadas por la lluvia, lo que evita el sonido del crujir cuando uno las pisa. Lo malo es que no dejan de quedarse atrapadas en la silla de ruedas que carga penryn. Al final me lanza una de las mochilas y otra se la coloca ella, además de colgarse mi espada a la espalda para alivianar el peso de la silla. Aún asi no puede evitar que la silla derrape en el lodo. Lo malo es que vamos más lento por culpa de la humana que es tan terca para renunciar a la silla. Decido seguir caminando, no le ofrezco mi ayuda. Si ella quiere cargar con ella, deberá trabajar sola, pero decido no hacer comentarios sarcásticos porque se que la sacaría de sus casillas y armaría un alboroto. Cosa que debemos evitar para no atraer a las pandillas o esos minis monstruos sedientos de carne. Al final nos encontramos con un sendero bien definido, pero es todo un lodazal. Observo a la chica que pliega la silla y decide cargarla en brazos. Se que eso no durará mucho. Luego de un rato se cansa de cargarla y la despliega. Apenas da unos pasos las ruedas se hunden, ella con un palo comienza a sacar el lodo, pero a cada rato para para hacerlo. A éste paso no llegaremos nunca. Luego de un rato. Se para completamente. La observo de reojo, tiene los ojos llenos de lágrimas que se esfuerzan por no salir. Decido animarla para poder hacer que avance.
-todavía tienes sus chocolates. Con la voz más gentil que tengo. -el resto es sólo cuestión de logística. Ella evita mirarme, se que no quiere que la vea vulnerable. Al final se despide de la silla y continuamos caminando.
Ha pasado como una hora, no ha dicho nada y es inevitable ver su rostro.
-¿en serio os sirve a los seres humanos estar tan apáticos para luego sentirse mejor? Le susurro.
-No estoy Apática.
-seguro que no. Una chica como tú, que pasa su tiempo con un guerrero semidios como yo. ¿por qué habrías de estar apática? Dejar una silla de ruedas abandonada en el camino ni siquiera se registraría en el radar si lo comparamos con eso. Observó como casi se tropieza con una rama.
-espero que estés bromeando.
-nunca bromeo acerca de mi estatus de semidios.
-Dios...mío. Rápidamente baja la voz. Creó que se olvido de susurrar.
-no eres más que un pájaro con temperamento. Cierto, tienes algunos músculos, lo admito. Pero por si no lo sabes, un pájaro no es más que un lagarto que apenas ha evolucionado. Eso es lo que eres.
Se me escapa una risa.
-Evolución. Me acerco hasta su oreja para responderle.
-Debo decirte que yo he sido así de perfecto desde el comienzo de los tiempos.
-ay, por favor. Tu cabeza enorme es demasiado grande para este bosque. Muy pronto, te vas a quedar atascado al tratar de pasar entre dos árboles. Y luego, tendre que rescatarte, me mira. -<<otra vez>>.
Acelera el paso, seguramente espera una astuta respuesta. Pero no digo nada, solo lo hice para que se sintiera mejor. Creerá que la estoy dejando ganar.
Pensé que tardaríamos todo el día en llegar a Skyline, pero arribamos a media tarde. Que es bueno, no creo aguantar otra porción de las croquetas para gatos. Tendremos bastante tiempo para hurgar las casas, estás casas no están cerca una de otras, como en los suburbios. Sin embargo, no mucho después de que llegamos a skyline, Vemos un grupo de coches atravesados por la carretera. Esto no fue accidental, estos coches están perpendiculares al camino y repartidos a lo largo de varios metros. Intento observar bien el ambiente, inclino mi cabeza para escuchar en la distancia. Luego le señalo con la barbilla.
-están ahí, observándonos. Le susurro. Ella intenta mirar. Pero obviamente no puede.
-¿como lo sabes?
-puedo oírlos.
-¿A que distancia están? La miro. Otra vez intenta recabar información. Decido volver al refugio de los arboles. Luego de quedarse pensando una eternidad.
-¿que escuchas?, me giro y le respondo.
- a dos personas susurrando. Luego de eso se queda callada y me sigue. Creo que entendió la indirecta. Al final comienzo acelerar el paso cuesta abajo. Casi estoy corriendo. Ella me sigue sin saber que pasa. Pero luego ambos escuchamos lo mismo. Perros. A juzgar por el sonido de sus ladridos, vienen directo hacía nosotros.

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