Josiah, el albino entre en la sala, seguido de una mujer, Laylah; siempre tan hermosa y con su gracia delicada al caminar. Esta se concentra en mirar a penryn, la revisa de pies a cabeza, esta tiene las mejillas infladas de comida. La miro, le hago una seña tocando la mejilla, ella se pasa la mano por la cara y se limpia la mancha de salsa que tenía. <<Es tan linda>>. Luego laylah se gira hacía mi, ignorando totalmente a Penryn. Ella me mira con acusación, luego se acerca y deja correr sus delicados dedos sobre mi pecho.
-Asi que realmente eres tú. ¿donde has estado todo este tiempo, Raffe?¿Y que has hecho para merecer que te corten las alas?
Sin vacilar le pregunto.
-¿puedes volver a coserlas, laylah?
-Directo al asunto. Mientras se traslada al ventanal. ¿hago un espacio en mi ocupada agenda para atenderte y ni siquiera me preguntas como estoy?
-No tengo tiempo para juegos ¿puedes hacerlo o no?
-En teoría, puede hacerse. Claro, suponiendo que todas las estrellas se alineen. Y hay muchas estrellas que necesitan alinearse para que funcione. Pero la verdadera pregunta es ¿por qué debería de hacerlo?. Está abre de golpe las cortinas. -Después de todo este tiempo, ¿existe acaso la posibilidad de que te hayan atraído al otro lado?¿por qué debería ayudar a los caídos?.
Me dirijo al mostrador, donde se encuentra mi espada, la deslizo de su funda, la hago girar en el aire y luego atrapo el mango. Luego en un movimiento enfundo la espada de nuevo y observo a laylah con expectación.
Luego josiah, qué había estado callado todo este tiempo asiente con la cabeza y responde.
-Bien. Su espada no lo ha rechazado.
-No significa que no lo hará. A Veces se aferran a su lealtad más tiempo de lo qué deberían. No quiere decir...
-Significa todo lo que se supone que debe significar.
-No estamos hechos para estar solos. No más de lo que los lobos fueron creados para estar solos. No existe un ángel que pueda soportar tal soledad por mucho tiempo, incluyéndote a ti.
-Mi espada no me ha rechazado. Fin de la discusión.
Luego josiah, se aclara la garganta y pregunta.
-¿Qué hay de las alas?
Siento la mirada fulminante de laylah.
-No tengo recuerdos bonitos de ti, Raffe, si es que lo has olvidado. Después de todo este tiempo, llegas de nuevo a mi vida sin avisar. Y luego me exiges cosas. Me insultas al presumir de tu juguete humano en mí presencia. ¿Por qué debería hacer esto por ti, en vez de dar alarma y avisar a todos que decidiste regresar?.
-Laylah, sabrán que fui yo quien lo ayudó. Dice este nervioso.
-Te mantendría fuera de esto josiah. ¿Y bien, Raffe?¿Ninguna explicación?¿Ni una súplica? ¿Ni una adulación?
-¿Qué es lo que quieres?. Dime Tu precio
Ella se gira a ver a penryn y luego se gira de vuelta. <<Me asusta pensar que su precio sea Penryn. Si es así. ¿Que elegir? ¿Mis alas o a Penryn?>>.
Luego alguien llama a la puerta, laylah se tensa en señal de alarma y josiah parece como si lo condenaran al infierno.
-Es solo mi cena. Abro la puerta, en ella se encuentra, uno de los gemelos del campeonato, los que hablaban con Penryn, el mismo que la saco de su congelamiento ahí abajo. <<Espero que no me reconozca>>. Este mira hacia adentro, observa a todos de un vistazo.
-¿Donde quiere que lo ponga, señor? Me pregunta. <<Ni una gota de reconocimiento>>.
-Yo lo llevo. Tomo la bandeja. Luego cierro la puerta, no puedo evitar que la cara del gemelo sea de observar todo lo posible hacía el interior, hasta que la puerta queda totalmente cerrada. Luego puedo ver como laylah se relaja y se sienta en un sillón de piel.
-Apareces de la nada, sin invitación, te comes nuestra comida, te sientes como en casa en nuestro lugar, como una rata, ¿Y todavía tienes el descaro de pedir ayuda?.
Antes de que pueda responder. Penryn habla.
-No es tu comida y tampoco es tu lugar. Prácticamente escupiendo cada palabra.
-Penryn. Le digo con una voz de advertencia, mientras apoyo la bandeja en la barra.
-Y no te metas con nuestras ratas. Sus manos se aprietan. -Ellas tienen derecho a estar aquí. A diferencia de vosotros.
-Tranquilos. Dice josiah. -Tomemos un descanso y nos enfoquemos en lo importante. -Raffe necesita sus alas. Todo lo que necesitamos hacer es averiguar que puede obtener la bella laylah de todo esto y estaremos contentos. Eso es lo único que importa, ¿verdad?. Luego mira a cada uno en la sala.
-Muy bien, entonces, Laylah... ¿Qué podemos hacer para complacerte?.
Sus pestañas descienden tímidamente.
-Ya pensare en algo. Ven a mi laboratorio dentro de una hora. Me llevará tiempo prepararlo todo. Necesito las alas ahora mismo.
Titubeo un poco, siento desconfianza. Siento que estoy a punto de firmar un pacto con el diablo. Pero al final me retiro, me dirijo a la habitación y dejo a Penryn con ellos. Pero luego ella me sigue, me encuentra en el baño, envolviendo mis alas en una toalla.
-No confio en ella. Me dice.
-Te pueden escuchar.
-No me importa. Y se apoya en el marco de la puerta.
-¿Tienes una idea mejor?
-¿Que pasa si se queda con tus alas?
-Entonces me preocupare por eso en su momento. Continuó envolviendo mis alas.
-No tendrás ventaja en ese momento.
-No tengo ventaja ahora.
-Tienes tus alas.
-¿Que puedo hacer con ellas, Penryn? ¿colgarlas en la pared?. No me sirven de nada a menos que pueda cosérmelas de nuevo. Luego cierro mis ojos. Luego paso a su lado con mis alas envueltas, se las entrego a laylah, luego ambos se retiran.~~~~~~~~~~∆∆∆~~~~~~~~~~~~~~~~
Gracias por haber llegado hasta aquí, por favor sigan leyendo, y comenten que les parece hasta ahora. Y den su voto, se los agradecería muchísimo. Es mi primera historia.Florchuu fuera🥰
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El Arcangel Raphael🥰
Fanfictionla historia de Ángeles caidos, de la Autora Susan Ee, pero la historia contada a través de los ojos de Raffe. 😉😉