Mellitus: drive for my life

11 | Capitulo Once : Entre Estrellas Brillantes

Era diciembre, y los días festivos llenaban de emoción y nostalgia a los miembros del equipo Prema. Sabían que esta Navidad sería especial, ya que Ollie Bearman y Olivia Pérez pronto dejarían el equipo para integrarse a la Fórmula 1. Decidieron pasar juntos estos días antes de la inevitable despedida.

Los preparativos para la celebración de Nochebuena fueron intensos, con todos colaborando para crear un ambiente acogedor. La nieve cubría el exterior del refugio en el que se encontraban, y dentro, las luces navideñas y los adornos llenaban de calor y color cada rincón.

Mientras decoraban, Ollie no podía evitar fijarse en Olivia y Kimi. Olivia, con su sonrisa radiante, pasaba mucho tiempo con Kimi. Recordó cómo Kimi se había declarado a Olivia semanas antes, y aunque ella no había respondido claramente, seguían llevándose bien. Ollie sentía una mezcla de confusión y celos, preguntándose si Olivia solo lo veía como un amigo.

La noche cayó, y la celebración de Nochebuena comenzó. La música llenaba el aire, y las risas resonaban mientras los miembros del equipo compartían historias y recuerdos.

Después de la cena, llegó el momento de intercambiar regalos. Kimi se levantó primero, con una pequeña caja en las manos.

—Este es para ti, Olivia —dijo con una sonrisa tímida.

Olivia abrió el regalo y encontró un anillo con la forma de una luna creciente. Kimi sonrió, visiblemente nervioso.

—Pensé que te gustaría, ya que siempre hablas de las constelaciones.

Olivia sonrió, agradecida, aunque Ollie pudo ver un ligero titubeo en su expresión. Ella agradeció a Kimi y se puso el anillo, pero Ollie sabía que algo faltaba.

La noche continuó con juegos y anécdotas. Algunos bebieron más de la cuenta, añadiendo un toque de diversión y desinhibición a la velada. Ollie observaba a Olivia, notando cómo a veces sus miradas se cruzaban, y él se preguntaba si ella sentía algo más por él.

Eventualmente, Olivia salió al balcón para admirar el cielo estrellado. Ollie decidió seguirla. Se detuvo a su lado, observando las estrellas que brillaban intensamente.

—Son hermosas, ¿verdad? —dijo Olivia sin apartar la vista del cielo.

—Sí, lo son —respondió Ollie, pero sus ojos estaban más enfocados en ella que en las estrellas.

Un silencio cómodo se instaló entre ellos, solo roto por el leve susurro del viento. Finalmente, Ollie se atrevió a hablar.

—Ese anillo... Kimi no sabe que tu favorito son las estrellas, ¿cierto? —preguntó con suavidad.

Olivia quedó en silencio por un momento antes de negar con la cabeza.

—No, no lo sabe —admitió.

Ollie suspiró, sacando de su bolsillo un pequeño collar con una delicada estrella colgante. Se lo mostró a Olivia, cuyos ojos se iluminaron de inmediato.

—Pensé que te gustaría esto más —dijo, su voz baja y cálida.

Olivia no dijo nada, pero sus ojos hablaban por ella. Ollie se acercó y, con manos temblorosas, le colocó el collar. El suave roce de sus dedos contra la piel de Olivia hizo que ambos se estremecieran. Ella pudo sentir su aliento en la nuca, y un calor recorrió su cuerpo.

El momento se llenó de una tensión palpable, un deseo contenido que ninguno de los dos se atrevía a romper. Pero antes de que pudieran hacer algo más, Dino apareció en la puerta del balcón.

—Oye, chicos, regresen adentro. Vamos a abrir más regalos —dijo con una sonrisa.

Ollie y Olivia se apartaron lentamente, intercambiando una última mirada cargada de sentimientos no expresados. Volvieron adentro, donde la celebración continuó. Aunque no volvieron a hablar directamente, sus miradas y sonrisas compartidas decían más de lo que las palabras podían expresar.