Mellitus: drive for my life

27 | Capitulo Veintisiete: Entre Haas y el Corazón

El sol brillaba sobre Guadalajara, México, mientras Olivia disfrutaba de un café matutino en la terraza de la casa de sus padres. Todo parecía tranquilo y perfecto hasta que su teléfono comenzó a sonar incesantemente con notificaciones de Twitter y mensajes.

Al desbloquear su teléfono, Olivia se encontró con una avalancha de tweets y titulares de noticias deportivas. Todos hablaban de lo mismo: el rumor de que Oliver estaba a punto de firmar con Haas.

— ¿Oliver a Haas? ¿Qué está pasando? —murmuró para sí misma, sintiendo una mezcla de confusión y preocupación.

Mientras intentaba procesar la información, Checo Pérez, su padre, se acercó a la terraza.

—¿Qué pasa, hija? Te ves preocupada —dijo Checo, con el ceño fruncido.

—Papá, hay rumores de que Oliver va a firmar con Haas. No me ha dicho nada al respecto —respondió Olivia, mostrando su teléfono.

Checo tomó el teléfono y leyó algunos de los tweets. Su expresión se endureció.

—Deberías hablar con él, Olivia. No es justo que te deje en la oscuridad sobre algo tan importante —dijo Checo, devolviéndole el teléfono.

Olivia asintió, sabiendo que su padre tenía razón. Decidió llamar a Oliver de inmediato. Después de unos pocos tonos, Oliver contestó.

—¡Hola, amor! —dijo Oliver, tratando de sonar casual.

—Oliver, ¿qué está pasando? —preguntó Olivia sin preámbulos—. Hay rumores por todas partes de que vas a firmar con Haas. ¿Es verdad?

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Oliver respondiera.

—Olivia, estaba esperando el momento adecuado para decírtelo. Sí, es verdad. Estoy cerca de firmar con Haas —confesó Oliver.

Olivia sintió que el mundo se detenía por un momento.

—¿Por qué no me dijiste nada antes? —preguntó, su voz cargada de decepción—. Pensé que éramos honestos el uno con el otro, Oliver.

—Lo sé, lo sé —dijo Oliver, tratando de calmarla—. Es solo que no quería preocuparte hasta que fuera definitivo. La decisión fue muy reciente.

—¿Reciente? —Olivia se sintió traicionada—. Todo esto parece haber estado en marcha por un tiempo. ¿Cuánto tiempo llevas cerca de las instalaciones de Haas sin decirme nada?

—Unas semanas —admitió Oliver en voz baja—. He estado en contacto con ellos y visitando sus instalaciones para discutir los términos.

Olivia se sintió abrumada por una ola de emociones. La decepción y la traición la golpearon con fuerza.

—No puedo creer que me ocultaras algo tan importante —dijo Olivia, con lágrimas de rabia y tristeza comenzando a formarse en sus ojos—. Siempre hemos sido honestos el uno con el otro. ¿Qué cambió?

—Nada cambió, Olivia. Sigo siendo yo, y sigo amándote. Solo que la situación fue complicada y no quería que te preocuparas hasta que estuviera seguro —intentó explicar Oliver.

—¿Complicada? —replicó Olivia—. ¿Complicada? ¿Sabes lo que es complicado? No poder confiar en la persona que amas. Sentir que te han dejado fuera de una parte importante de su vida.

Oliver permaneció en silencio, sabiendo que cualquier cosa que dijera solo empeoraría la situación.

—Necesito tiempo para procesar esto, Oliver —dijo Olivia finalmente—. No puedo seguir hablando ahora. Me siento demasiado herida.