19 | Capitulo Diecinueve: Mónaco y el Beso Misterioso

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El sol brillaba intensamente sobre el Circuito de Mónaco, un reflejo del ánimo en el paddock. Para Olivia, el Gran Premio de Mónaco era más que una carrera; era un renacimiento. Después de semanas, finalmente estaba de vuelta en el volante, en uno de los circuitos más prestigiosos del calendario de la Fórmula 1. Coincidentemente, la carrera caía en su cumpleaños, un día que prometía ser inolvidable.

Desde el primer momento, la tensión en la pista era palpable. Charles Leclerc, el favorito local, mostraba una determinación feroz. Oliver, por otro lado, estaba más concentrado que nunca. Pero Olivia, con una mezcla de nervios y emoción, se sentía imparable.

Cuando las luces se apagaron y la carrera comenzó, cada piloto luchó con todo su ser. Vueltas intensas, adelantamientos al límite y una estrategia impecable definieron la jornada. Al final, Oliver cruzó la línea de meta primero, seguido muy de cerca por Olivia y Charles en tercer lugar.

En el podio, las celebraciones eran eufóricas. Olivia no solo celebraba su retorno triunfal sino también su cumpleaños. La felicidad era tangible en el aire mientras los pilotos se rociaban con champán, y el público vitoreaba con entusiasmo.

**Más tarde esa noche...**

La discoteca estaba llena de luces brillantes y música ensordecedora. Todos los pilotos de la Fórmula 1, junto con Kiley y Alison, las mejores amigas de Olivia, y Kimi, el inseparable amigo de Olivia y Oliver, estaban allí para celebrar. El ambiente era de pura euforia.

—¡Feliz cumpleaños, Olivia! —gritó Kiley, abrazándola efusivamente.

—¡No puedo creer que lo hayas logrado! ¡Segundo lugar en Mónaco! —añadió Alison, levantando su copa en un brindis.

Oliver, siempre el protector, se acercó con una sonrisa amplia. —Eres increíble, Olivia. Hoy has demostrado de qué estás hecha.

Olivia sonrió, aunque notaba un brillo extraño en los ojos de Oliver, algo que no podía descifrar del todo.

—¡Esta noche es para celebrar! —exclamó Kimi, sosteniendo una bandeja de shots. —¡Por Olivia y su cumpleaños!

Los tragos comenzaron a fluir y, con cada copa, la atmósfera se volvía más desenfrenada. La pista de baile se llenó de risas y movimientos descoordinados, todos disfrutando de una noche sin preocupaciones. Olivia se sentía liviana, como si la adrenalina de la carrera aún corriera por sus venas.

Horas más tarde, en medio del frenesí de la fiesta, Olivia se encontró en la pista de baile, rodeada de amigos y desconocidos. En algún momento, sintió que alguien la tomaba de la mano y la guiaba hacia un rincón más tranquilo. Entre las luces y la música, un beso robado ocurrió, un momento fugaz y borroso en su memoria.










El zumbido de su teléfono despertó a Olivia. Con la cabeza palpitante y el estómago revuelto, alcanzó el dispositivo. Decenas de notificaciones llenaban la pantalla. Abrió el primer mensaje y vio un video que la dejó helada: ella, besándose apasionadamente con alguien en la discoteca. Sin embargo, la calidad del video y las luces del lugar hacían imposible distinguir al chico.

—¿Qué demonios...? —murmuró, el corazón acelerándose.

Oliver, en su propia habitación, también había visto el video. Un sentimiento de angustia lo invadió. Había estado a punto de confesarle sus sentimientos a Olivia, y ahora esto. ¿Quién era ese chico? ¿Ya había encontrado a alguien más?

El resto del día fue un torbellino de confusión y susurros en el paddock. Kiley y Alison intentaron consolar a Olivia, mientras que Kimi, fiel como siempre, intentaba juntar las piezas de lo que había sucedido.

Mellitus: drive for my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora