29 | Capitulo Veintinueve : Entre la Pasión y el Rencor

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El rugido de los motores llenaba el aire del circuito de Yas Marina. La última carrera de la temporada había comenzado, y la tensión entre Oliver y Olivia era palpable. Ambos pilotos, consumidos por sus emociones, parecían estar compitiendo solo el uno contra el otro, ajenos a los demás corredores.

Las vueltas pasaban rápidamente, y la competencia entre ellos se intensificaba. Olivia, con una mezcla de coraje y determinación, mantenía a Oliver a raya en cada curva. Oliver, por su parte, conducía con una ferocidad inusitada, tratando de demostrar su valía y recuperar algo de lo que había perdido con Olivia.

Finalmente, en la última vuelta, Oliver logró superar a Olivia en una maniobra arriesgada, cruzando la línea de meta en primer lugar. El público estalló en aplausos, pero para Oliver, la victoria tenía un sabor agridulce. Mientras recibía su trofeo en el podio, su mirada se cruzó brevemente con la de Olivia, quien estaba en el segundo lugar. No hubo sonrisas ni felicitaciones, solo una fría distancia entre ellos.

Después de la ceremonia, mientras se dirigían a sus respectivos lugares, Olivia pasó junto a Oliver, chocando su hombro contra el de él. El gesto fue pequeño, pero cargado de tensión. La noche había caído sobre el circuito, y el paddock estaba desierto cuando Oliver decidió seguir a Olivia, determinado a hablar con ella.

La alcanzó justo cuando ella estaba a punto de salir del área. La tomó del brazo con firmeza, deteniéndola en seco.

—Olivia —dijo, su voz ronca de emoción contenida.

Ella se giró para enfrentarlo, sus ojos llenos de ira y dolor.

—¿Qué quieres, Oliver? —espetó, tratando de liberarse de su agarre.

—Necesito hablar contigo. No puedo seguir así —dijo él, su mirada intensa.

—¿Hablar? ¿Ahora quieres hablar? —Olivia soltó una risa amarga—. ¿Después de todo lo que has hecho?

—Lo sé, cometí errores. Pero no puedo soportar esta distancia entre nosotros —confesó, su tono más suave.

—¿Errores? ¿Llamas a eso errores? —replicó Olivia, su voz temblando de rabia—. Me traicionaste, Oliver. Rompiste nuestra confianza.

Antes de que pudiera responder, algo en él se rompió. La acercó bruscamente y la besó, con una intensidad que lo sorprendió tanto a él como a ella. Olivia, después de un breve momento de resistencia, correspondió al beso con la misma agresividad. Era como si ambos estuvieran desquitándose de todo el dolor y la frustración acumulados en esas semanas.

El beso se volvió más intenso, casi salvaje, mientras la tensión entre ellos aumentaba. Se separaron solo cuando la falta de aire los obligó a hacerlo, respirando pesadamente, pero sin apartarse del todo. Oliver, sin soltar el brazo de Olivia, la condujo hacia su motorhome.

—Oliver, esto es una locura —murmuró Olivia, sin embargo, no hizo ningún esfuerzo por detenerlo.

—Lo sé, pero no puedo evitarlo —admitió él, abriendo la puerta y llevándola adentro.

Entraron en la habitación y la puerta se cerró tras ellos. Sin mediar palabra, volvieron a besarse, con una urgencia que no admitía dudas. Olivia empujó a Oliver hacia la cama, haciéndolo caer sobre el colchón. Se inclinó sobre él, besándolo en el cuello y dejando marcas leves, mientras él respondía acariciando su espalda con intensidad.

—Te odio por lo que hiciste —susurró Olivia, con la voz entrecortada.

—Y yo me odio por hacerte daño —replicó Oliver, su voz cargada de emoción.

Ambos se desquitaron de todo lo que había pasado, ignorando cualquier pensamiento racional. La pasión y el resentimiento se mezclaban en cada caricia, en cada beso, creando un momento de entrega total.

A la mañana siguiente, Olivia se despertó con la luz del sol filtrándose por la ventana. Miró a su lado y vio a Oliver, dormido y sin camisa, con las marcas de la noche anterior aún visibles en su piel. El peso de lo que habían hecho cayó sobre ella, y una oleada de confusión y arrepentimiento la invadió.

—¿Qué he hecho? —murmuró para sí misma, levantándose con cuidado.

Decidida a evitar enfrentar la situación, se levantó con cuidado, recogió su ropa y salió de la habitación sin hacer ruido. Necesitaba tiempo para pensar y procesar todo lo que había sucedido, lejos de Oliver y de las emociones encontradas que sentía hacia él.

Mientras salía, echó un último vistazo a Oliver, que aún dormía. Su corazón se apretó en su pecho, pero sabía que no podía quedarse. No después de todo lo que había pasado. Con lágrimas en los ojos, se dirigió hacia la salida, dejando atrás el caos de la noche anterior.










Nota de Autora: Sin comentarios ,pero disculpen que la escritora es una adolescente de nuevo puberta que trató de mantener este fanfic totalmente limpio 🫡

Mellitus: drive for my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora