Tic-tac

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HongJoong había pasado la noche en una lucha constante con el insomnio y la incomodidad. La presencia de ChanMi en la misma habitación le resultaba asfixiante. Cada vez que se movía o respiraba, los recuerdos de sus discusiones, las mentiras y la frialdad de su relación se arremolinaban en su mente, haciéndole imposible conciliar el sueño.

Al amanecer, se levantó de la cama con pesadez, sintiendo que no había descansado en absoluto, ahora tenía un dolor de cabeza punzante. Miró a su esposa, que seguía dormida, y sintió una mezcla de culpa y resentimiento. No había nada en su matrimonio que lo hiciera feliz, y la situación solo se complicaba más con cada mentira que debía mantener.

San había insistido en que actuará como el marido respetable y cariñoso que ChanMi esperaba. Mantener un perfil bajo era crucial para evitar cualquier sospecha y mantener la estabilidad, tanto en su matrimonio como en sus actividades con Seonghwa. A regañadientes, HongJoong aceptó seguir su consejo.

Se dirigió al baño y se miró en el espejo, viendo el cansancio reflejado en su rostro. Se lavó la cara, tratando de despejar su mente y prepararse para el día. Cuando salió, encontró a ChanMi despertándose, su expresión era expectante y llena de esperanza.

-Buenos días,- dijo ella, tratando de sonar alegre. -¿Dormiste bien?

HongJoong forzó una sonrisa. -Sí, dormí bien. ¿Y tú?

-Sí, también-respondió ella, aunque ambos sabían que no era cierto. Habían compartido una cama, pero la distancia entre ellos era más que obvia.

Desayunaron juntos en silencio. HongJoong hizo un esfuerzo por parecer atento, preguntándole sobre su estancia en Londres. Ella intentó mantener una conversación ligera, hablando de tiendas, restaurantes y viejos amigos que había visitado. Pero bajo la superficie, sus verdaderas preocupaciones estaban claras.

HongJoong sentía su teléfono vibrar en su bolsillo. Sabía que probablemente era Seonghwa, esperando una respuesta a su mensaje. Cada vibración era un recordatorio del amor que no podía expresar abiertamente y de la vida que deseaba tener, lejos de las pretensiones y las mentiras. Pero ignorar los mensajes era parte de mantener las apariencias, por mucho que lo odiara.

Finalmente, San llegó a la casa, saludando a ChanMi con la formalidad de costumbre.

-Señora Kim, buenos días.

-Buenos días, San.


Respondió ella, esbozando una sonrisa.

San se dirigió a HongJoong, dándole una mirada significativa. -Señor, tenemos algunas reuniones programadas para hoy. Deberíamos irnos pronto.

HongJoong asintió, sintiendo un alivio momentáneo por tener una excusa para salir de la casa.

-Por supuesto. Vamos.

Se levantó y se despidió de ChanMi, dándole un corto beso en la mejilla. -Nos vemos más tarde.

Ella lo miró con un poco de tristeza.


-Sí, cuídate.


Mientras se dirigían al coche, HongJoong no pudo evitar soltar un suspiro profundo. -No sé cuánto más podré seguir con esto, San.

San lo miró con empatía. -Lo sé, jefe. Pero por ahora, es lo mejor. Mantén la calma y sigue adelante. Todo se solucionará.

Subieron al coche y, mientras se alejaban, HongJoong sacó su teléfono y vio los mensajes de Seonghwa. Su corazón se apretó al leer las palabras llenas de preocupación y amor. Quería responder, quería explicarle todo, pero sabía que no podía, porqué realmente no sabía qué decirle.

꧁•⊹٭𝙰𝚞𝚛𝚘𝚛𝚊٭⊹•꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora