Gatito

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San conducía de regreso a su departamento, recordaba el momento en que decidió invitar a Wooyoung a una cita. Había sido un impulso genuino, nacido de la atracción y la curiosidad que sentía por él.

Wooyoung estaba terminando su rutina de ejercicios, sudoroso y sonriendo como siempre, cuando San se le acercó, decidido a dar el paso.


-Wooyoung -dijo San, atrayendo su atención-, me preguntaba si tienes planes para el fin de semana.

Wooyoung, sorprendido pero contento por la atención de San, respondió rápidamente.

-No, no tengo planes. ¿Por qué?

No esperaba que se acercara a él de esa manera. Pero esa sorpresa pronto se transformó en una sonrisa cálida.

San se inclinó un poco más cerca, haciendo que el corazón de Wooyoung latiera más rápido.


-Me gustaría invitarte a cenar. Hay un nuevo restaurante que quiero probar y pensé que sería genial ir contigo.


-Me encantaría, San. Me encantaría mucho -respondió Wooyoung, sintiendo un cosquilleo de emoción.


Ambos se sentían emocionados, mientras acordaba los detalles para aquella cita.

Era curioso, pero también innegable qué había un genuino deseo entre ambos, se conocían realmente poco y aún así todo se sentía tan natural. Esa noche después de su entrenamiento Wooyoung aceptó que San lo llevará a casa.

-Bien, llegamos- comentó San al detenerse frente al hogar del otro.

-Gracias por traerme.

Sonrió de manera dulce antes de bajar del auto. Era más que obvio que ninguno deseaba que el momento de la despedida llegará, pero al menos ahora existía la promesa de un encuentro más íntimo que su simple rutina de entrenamiento juntos.



Después de ese momento, Wooyoung no podía dejar de pensar en la cita. Quería hacer algo que mostrara su interés genuino en San, algo que fuera más allá de las palabras, que el otro comprendiera sus intenciones. Decidió que un regalo sería la manera perfecta de expresar sus sentimientos.

Había llamado a Seonghwa para contarle las emocionantes noticias, habían acordado reunirse, para ponerse al día, tenía tanto que contarle a su amigo.



******



Wooyoung pasó la tarde con Seonghwa recorriendo varias tiendas en busca del regalo adecuado. Quería algo elegante pero significativo, algo que San pudiera apreciar y recordar.

Finalmente, en una joyería de lujo, encontró el regalo perfecto: un brazalete de plata, sencillo pero sofisticado.


El brazalete tenía un diseño elegante, con un grabado delicado que le daba un toque especial. Imaginó a San llevándolo, y eso lo hizo sonreír.

-Este es el indicado -murmuró para sí mismo, pidiéndole al vendedor que lo envolviera.

Las palabras de Seonghwa aquella tarde lo habían motivado, realmente deseaba que su cita saliera bien.




La noche de la cita, Wooyoung estaba nervioso y emocionado. Llevaba el brazalete cuidadosamente envuelto en una caja pequeña dentro de su bolsillo.

Por su parte San deseaba pasar más tiempo con él, conocerlo mejor pues sentía una enorme atracción por él enérgico chico. Había elegido un restaurante íntimo y elegante en el centro de Seúl, un lugar perfecto para una noche de buena comida y conversación.

꧁•⊹٭𝙰𝚞𝚛𝚘𝚛𝚊٭⊹•꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora