Tu'ub ~𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒~ 𝐿𝒮

☆Cαϝé☆

─ Llevo el dibujo que pidió Majestad, también los cuarzos de los colores indicados.

─ ¿También los jabones y su comida?

─ Sí Majestad. Todo está listo.

─ Gracias Jesfe.

─ ¿Otra vez vas a ver a ese Tu'ub? ─ El rey le preguntó con molestia.

─ Una vida debe de ser vigilada y cuidada, ¿no es así?

─ Cuando se trata de un omega que estaba dejado a la muerte, no.

Harry lo miró molesto. ─ Ese no es un problema que te importe. Ya tiene siete años, ¿eso no te dice nada?

Haden cruzó sus brazos. ─ Solo espera, y estarás enterrando su cuerpo sin vida. Todo esto abra sido una estupidez.

Con un gruñido lo señaló. ─ No tienes al derecho de hablar así sobre el cachorro que estoy criando, ese omega tiene el esfuerzo de mis años de vida. Si no lo quieres, no menciones su vida con tu boca.

El rey acomodó su vestimenta. ─ Cuando seas la burla de todos los Clanes por darle cuidados a un omega, no quiero que me hables.

Sin mirarlo, dio la vuelta alejándose de ahí.

Gafe miró a su hermano, Jesfe aunque no dijera nada, no podía ocultar esa expresión de su rostro.

─ Hay que irnos. ─ Harry avisó y se subió al carruaje. Detrás de él, Jesfe subió. Gafe y Ezel hicieron a los caballos empezar a caminar.

─ Tu'ub... es un idiota.

─ El cachorro no es tu'ub... usted no ha permitido eso.

─ Lo sé Jesfe. Pero es ridículo que haga eso porque es un omega. Lo entiendo, yo tampoco tengo un aprecio por los omegas, pero dejar a un cachorro sin padres, sin cuidado, al ser un recién nacido, es una tontería. Es una ofensa a la diosa Vina.

─ A veces nos dejamos llevar por antiguos pensamientos, Majestad. Usted está haciendo lo correcto.

Harry asintió sin muchos ánimos. No tenía una relación especial con su padre, pero le dolía no tener su confianza, o al menos quería su silencio, ese que no le hacía sentirse desanimado.

Al llegar a la casa, todo fue como siempre. Gafe y Ezel les entregaron los frutos y comida, Harry y Jesfe fueron al rincón donde dormía el cachorro.

Al ser un poco más grande, ahora sus baños los tomaba en los lugares públicos de los omegas. Hoy, antes de tomar su baño, Harry puso en el piso el dibujo que había pedido.

─ Sabes qué es esto, ¿cierto? ─ Le preguntó. Hace tiempo que le quería expresar esto, pero sus gestos aún no le daban la seguridad de que entendiera todo.

Pero, después de cumplir siete años, parecía que empezaba a entender mejor. Su tranquilidad en esperar, se mantenía en las revisiones que solía hacerle desde bebé.

─ Cada parte del cuerpo es importante. Tu cuerpo es sagrado, cachorro. ─ Harry lo miró. ─ Desde que naces y hasta que mueres, nadie puede tocar tu cuerpo si no estás de acuerdo. Claro que al nacer, eres pequeño para decir que no, por eso estoy contigo todo el tiempo que puedo, para cuidarte y saber que estás bien.

El niño miraba el dibujo, sus ojos subían y bajan para prestar atención a las palabras de Harry.

─ Hay veces en las que alguien tendrá contacto físico contigo. En un abrazo, saludando, tal vez en algún juego. Pero, hay lugares donde, sin importar qué o quién, no pueden tocar. ¿Entiendes?

El niño lo miró, tenía una expresión que le pedía seguir hablando.

─ Este dibujo muestra nuestro cuerpo. Al parecer, en los omegas hay dos zonas que son igual de importante que los geniales. ¿crees saber cuáles son?

Mirando el dibujo, hecho por el mejor dibujante del Clan, pensó. Algo en él le hizo poner su pequeña mano en el cuello del dibujo.

Harry sonrió y asintió. ─ Perfecto. Los libros dicen que el cuello del omega es una zona muy íntima. ─ Lo miró alegre. ─ Algún día leeré porque.

El niño hizo un gesto que parecía una sonrisa.

─ Bien. Estas partes de tu cuerpo, nadie puede tocarlas, sería... ─ Fue señalando el dibujo. ─ Tu pene, tu trasero, tu pecho y tu cuello. Según un libro, esas son las partes más íntimas de un omega. ─ Le habló serio pero mostrando cariño. ─ No quiero que nombres las partes de tu cuerpo de alguna otra manera, no quiero que en algún momento alguien te diga otro nombre. El pene, el trasero, tu pecho y tu cuello, tiene nombre y es por algo, es importante llamar cada parte por su nombre.

Sacó una bolsita con los cuarzos.

─ Entiendo que aún no me puedas hablar, yo siempre estoy revisando cualquier cosa diferente en tu cuerpo. Pero si alguien llega a tocarte... cuando nos veamos, quiero que pongas esto sobre esa parte del dibujo. ─ Tomó sus manos y preguntó. ─ ¿Lo entiendes?

El inclinando su rostro, tomó la bolsita. Al querer ocupar sus mano, Harry lo soltó. Sonrió orgulloso al ver que ponía dos cuarzos en cada una de las manos del dibujo. Para saber que estaba en lo correcto, tocó su pequeña hombro.

El niño hizo un ruido que parecía alegre y puso un cuarzo, ahora en el hombro del dibujo.

Harry sonrió nuevamente. ─ Así es. Eres inteligente, cachorro. Incluso más de lo que puedo imaginar, ¿no es así?

Suspiró tranquilo. Este cachorro era algo nuevo, más allá de ser un omega, el primer omega con el que convivía. Tenía una inteligencia natural, lo podía saber al ver cómo guardaba los cuarzos que había ocupado, y el cuidado con que tomaba la bolsita.

─ Cachorro, algo que debes saber es que por ahora yo te ayudo con tus baños, porque no tienes mucha fuerza. Pero, en algunos momentos yo tampoco podré tocar tu cuerpo. Al ir creciendo, tu cuerpo necesita más privacidad. Por ahora, yo estoy haciendo un papel de madre, y las madres después de cierta edad, dejan de bañar a sus hijos. ¿Lo entiendes?

Con un pequeño movimiento, casi imposible de notar, asintió.

─ Bien. Ahora vamos a bañarte. ─ Él se levantó, tomando las manos del niño. Le costaba ponerse de pie y mantenerse así por él mismo.

Jesfe se acercó para tomar el dibujo y la bolsita que el niño le estaba dando a Harry.

─ Gracias Jesfe. Él es Jesfe, es un alfa muy bueno.

Jesfe le sonrió al niño. Se sentía como un padre orgulloso.

Sin importar mojar su vestimenta, Harry entró al lugar donde se bañaban los omegas. Era como una gran cisterna, pero no tan profunda. El agua la traían de un lago en el que pescaban, eso no le gustaba a él, pero ahora no tuvo tiempo de cambiar por agua de río.

─ Siéntate con cuidado. ─ Le ayudó a sentarse para quitarle la bata que le habían hecho por el momento, en lo que estaba lista toda la ropa que había mandado a hacer.

Harry se sentó, con sus manos fue mojando su cabello, dejando al agua bajar. No sabía si el agua fría no le molestaba o no podía quejarse.

─ Hoy te prepararon un postre, además de tu comida. Espero que te guste. Cuando era pequeño solía comerlo después de mis clases. Puedo hablarte de esas clases en otro momento.

Tomó el jabón para su cabello, fue haciendo espuma con el masaje quedaba. Después pasó a su cuerpo. Tenía cuidado y respeto, limpiando con sus manos pero enseñándole y dejando que poco a poco él limpiará su cuerpo.

Antes de salir, Jesfe ya debajo cerca una nueva bata para que el cachorro se la pusiera después de que Harry lo secará. La otra bata, la llevaría a lavar al reino. Al terminar, Harry le daba de comer para después regresar a la casa.