Este no es precisamente el número predilecto,
sino el inmencionable
pero hasta acá lo dejo esta noche onceonce
de mayo de dos mil trece,
y me extraña no haber perdido la noción
de la marca absurda que un idiota inventó.
Se me está acercando el sol por la ventana
otra vez horas eternas sin sueño.
Dalí del Exilio