Récord de inapetenciasilenciosa, energética
como flores de pantano,
como hiedra, y helecho.
Celibato perenne,
histerismo encubierto
con sidra o vino tinto
en las calles y los surcos.
Miradas feroces
en ojos inocentes
un te amo leído
en labios desconocidos.
Y la realidad
con sus filos y sus mañas
viendo amenaza en la víctima
y consuelo en opresores.
Me gusta como se maquilla,
el ritual preciso, hermoso
de una hembra en el espejo
los tacones, el taconeo.
Me gusta tanto,
y sin embargo
estoy aquí sentado
sin apetito, sin deseo.
Desgastado y polvoriento
contando las noches sin sexo
de un caballo brioso,
que de tanta pasión, yace muerto.
Dalí del Exilio