14 - Novios

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Novio, lo que tanto desea Kevin poder decirle a Diego al menos cuando sea presentado ante las demás personas, procuraría decirle "amor" o algo por el estilo en caso de que logre llegar así de lejos.

Era el día, la semana de su vida había llegado.

Como había llegado nuevamente a la casa de Ángel ni idea, pero ahí estaba, siendo alentado de buenos ánimos para que pudiera realizar la acción de al menos presentarse en el restaurante, tenía miedo sinceramente capaz todo salía mal o no le agradaba del todo a Diego.

El rechazo no es precisamente algo que le encante a las personas, probablemente ello es causa de sus nervios extremos.

—Que puto miedo.

—Tranquilo Kev, entre más te estreses peor saldrá, solamente deja que fluya y le dices. — animó el portero a su amigo el cual parecía estar listo

—¿Me veo bien?

Si Diego no veía como una obra de arte al lateral enserio estaba más que ciego, o al menos no estaba igual de embobado en la belleza de Kevin tanto como él lo estaba. La cabeza de Ángel asintió varias veces con delicadeza pues se había quedado en un trance observando al contrario con esa vestimenta raramente colorida, por no decir que al menos no era de color negro como siempre.

—Wey.

—Ah si, te ves bien, si.

—¿Seguro? Osh, ya me arrepentí de esto capaz y me dice algo que no quiero escuchar. — los nervios de Álvarez estaban al tope literalmente, podía sentir sus manos temblar al momento de tomar el ramo de flores que había comprado — okey, respira, no puede ser tan malo.

Justo en ese momento en que volteó se detuvo por la presencia de su amigo delante suyo, lo siguiente que sintió fueron unos brazos atrayéndolo para poder abrir paso a un abrazo que le dio cierta tranquilidad a lo que pasaba por su mente como tormenta.

—Vas a ver que todo va a salir bien y si te dice que no pues aquí voy a esta para ti, Kev.— hubo una breve pausa — después le voy a partir su madre al pendejo, pero estoy seguro que te dice que si. Al rato vamos a celebrar juntos.

El más bajo solo suspiró y sonrió a la par que correspondía el abrazo, podía sentir como todo se volvía más cómodo e incluso dulce, no tenía ya nervio alguno sobre su cuerpo con la paz sintiéndose nuevamente.

—Gracias wey, me acabas de quitar un peso encima, te quiero un chingo, eres como un hermano para mi. — auch, eso le dio en la madre a Malagon.

Kevin miró al otro chico y aunque fueron máximo 3 segundos de este contacto visual, para Malagon fueron una eternidad entera en la que pudo ver con amor otra vez esos ojos caídos.

—Si, para eso estamos.

—Bueno, me doy de una vez y gracias de nuevo, después te cuento bye. — no hubo más palabras, el colimense se dirigió a la puerta y salió sin más directo al lugar donde se vería con su enamorado.

Y Ángel... bueno él se quedó ahí, sin más que decir, pero si por sentir.

Álvarez ya se encontraba esperando en aquel restaurante que sus amigos que ya llevaban bastante tiempo viviendo ahí le habían recomendado, parecía un lugar bastante agradable además de que no quería hacer tanto escándalo.

Por fin el momento llegó pocos minutos después, sentir la presencia de alguien sin mirar es algo que por dicha se nos da y fue lo que pasó, ocasionando que Kevin volteara y se encontrara con aquellos ojos de diferente color cada uno.

Podía jurar que había sentido las dichosas cosquillas en el estómago con tan solo verlo, quedó boquiabierto creando una pequeña sonrisa en el rostro de quien se acercaba cada vez más y más, apenas lo tuvo lo suficiente cerca el colimense se levantó de su lugar para recibirlo adecuadamente.

Ninguno de los dos [Malakev]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora